Rivas se paró a pensar. No para detenerse, sino para mirarse con detalle y decidir cómo quería crecer. “Organizamos paseos ciudadanos para identificar lo que nos gustaba de nuestro modelo de ciudad”, recuerda siempre la alcaldesa, Aída Castillejo. Ese ejercicio colectivo, que arrancó en 2021 bajo el nombre de ‘Rivas, párate a pensar’, fue pionero en España: conferencias, asambleas, paseos urbanos con la ciudadanía y más de 14.000 personas que votaron en la consulta ciudadana que batió récord de participación. La pregunta era clara: ‘¿Debe Rivas parar su crecimiento urbanístico y poblacional para definir, entre todas y todos, un nuevo modelo de desarrollo urbano para las próximas décadas?’ El 82 % respondió que sí.
De aquel mandato nació el camino que ha llevado al Avance del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), presentado el pasado mes de junio, y cuyo proceso participativo acaba de concluir con centenares de aportaciones vecinales: 370 sugerencias por escrito, además de las que se debatieron en los espacios de participación como las asambleas de barrio y el Consejo de Ciudad.
La ciudadanía ha podido expresar sus opiniones en torno al documento a través de varios canales, como el buzón de sugerencias, la atención personalizada en la Concejalía de Urbanismo y Vivienda, el registro o la propia web municipal, así como el Consejo de Ciudad y las asambleas de barrio.
El resultado es un documento que marcará el rumbo de la ciudad en las próximas décadas y que, sobre todo, responde a un mandato ciudadano que hoy sigue vigente. Como explicó la alcaldesa de Rivas, Aída Castillejo, en la presentación del Avance: “Se trata de crecer garantizando el acceso a la vivienda y cuidando nuestro modelo de ciudad”.
Este no es un documento técnico, o no sólo técnico: es un compromiso político con la ciudad, una rendición de cuentas a la ciudadanía y la devolución del proceso ‘Rivas, párate a pensar’. “Un plan que define planos, sí, pero que también traza derechos”, resumió la alcaldesa.
El Avance del PGOU se sostiene en tres grandes consensos que marcan el modelo urbano que la ciudadanía quiere para Rivas y que recorren las voces recogidas en este reportaje: crecer de forma ordenada y con límites, conectar la ciudad con la naturaleza y consolidar a Rivas como una ciudad de servicios públicos y calidad de vida.
RIVAS QUIERE CUIDAR SU MODELO DE CIUDAD
La expansión ilimitada dejó de ser una opción. Por un lado, por los propios límites de la ciudad; por otro, porque es un objetivo estratégico adaptar Rivas a los grandes retos del siglo XXI, como el cambio climático, la cohesión social o la garantía de bienestar a través de los servicios públicos. Con el suelo urbanizable prácticamente agotado, el Avance del PGOU plantea consolidar lo existente, coser las brechas de la ciudad y regenerar espacios.
La vecina Silvia Vesperinas, urbanista y experta en participación, autora de un TFM sobre ‘Rivas, párate a pensar’, lo resume así: “Independientemente de a quién vote cada persona, hay un sentir mayoritario: Rivas debe crecer con criterio”. Ese consenso atraviesa a toda la ciudadanía: “La gente eligió Rivas porque le gustaba cómo era, y quiere que el crecimiento no haga que deje de ser lo que fue”.
La asociación Ladera del Almendro, una de las 29 entidades que ha presentado propuestas por escrito en el proceso de exposición pública, recuerda la importancia de no repetir errores: “En líneas generales, el plan creemos que va a traer cosas positivas […] sobre todo que haya más zonas verdes y que haya una integración de los espacios verdes con el propio parque regional”. Pero advierte sobre el riesgo de densificación en Mirador Norte: “Si ya ha sido muy castigado el barrio con unas densidades de población muy altas en un espacio muy pequeño […] queremos que eso se evite”.
Desde el estudio Ezquiaga Arquitectura, Sociedad y Territorio, responsable de la propuesta técnica del Avance, su socia directora, Gemma Peribáñez, arquitecta y experta en urbanismo, lo subraya con mirada técnica: “El nuevo Plan General no busca crecer sin límite, sino ordenar con cuidado el territorio”. Y añade: ‘El futuro de Rivas no pasa por ocupar más suelo, sino por aprovechar mejor lo que ya tenemos’. Peribañez también hace hincapié en aquello que hace que Rivas sea un lugar único, su ubicación privilegiada, que la convierte en una ciudad distinta dentro del área metropolitana de Madrid: “Un lugar donde naturaleza y vida urbana se encuentran, y que nos invita a pensar su futuro desde el respeto al territorio, la sostenibilidad y la calidad de vida”. Es decir, Rivas no es una ciudad cualquiera, tal y como resume el título de este reportaje.
En lo concreto, el Avance reorganiza el planeamiento para duplicar zonas verdes y equipamientos. En cifras: incorpora más de 1.000.000 m² de espacios verdes, suma 280.000 m² para equipamientos públicos y reserva 190.000 m² para actividad económica, configurando un conjunto estratégico que refuerza el equilibrio entre vida urbana, empleo y la conexión con el entorno natural.
NATURALEZA Y PARQUE REGIONAL: RIVAS, PULMÓN VERDE DEL SURESTE
El 73 % del territorio de Rivas pertenece al Parque Regional del Sureste. Esa condición define la ciudad, su identidad y su futuro. La propuesta del Avance no mira al parque como un límite, sino como una oportunidad. Lo explica bien Silvia Vesperinas, cuando señala que la clave es “acercar el parque regional a la ciudad”, como algo “muy positivo y propio de Rivas”. “Una ventaja que otras ciudades no pueden tener”, reivindica Silvia.
También lo subraya Begoña Pineda, consejera del barrio Oeste y vecina de Rivas desde hace décadas: “Tenemos que cuidar ese parque regional, evitar la urbanización descontrolada y reforzar los espacios verdes”. Vecina de la urbanización Pablo Iglesias, defiende un modelo de ciudad en el que la naturaleza y la vida comunitaria van de la mano, como en los primeros años que vivió en Rivas: “Me encantaría que se quisiera volver a ese modelo de ciudad”.
La concejala de Urbanismo y Vivienda, Yasmín Manji, lo expresó así en el pasado Pleno municipal, donde se informó del proceso de exposición pública del Avance: “Rivas es y seguirá siendo el pulmón verde del Sureste”, es decir, una ciudad que se consolida en su conexión con el entorno natural, a la vez que se desarrolla como un espacio urbano capaz de articular vivienda, servicios, actividad económica y ocio. La mirada experta de Gemma Peribáñez refuerza este enfoque, destacando aquello que es para Rivas “irrenunciable”, como los valores vinculados a la ciudad verde, inclusiva y con calidad de vida.
El proyecto Renatura Rivas, que ya transforma entornos escolares y zonas estratégicas del barrio Oeste de la ciudad, encarna esa apuesta. Begoña, que además de consejera de barrio ha sido una vecina muy activa en la comisión vecinal de Renatura Rivas, habla con mucho cariño del mismo, que considera “innovador y esencial, porque ayuda una educación muy temprana en el cuidado de la naturaleza”.
La asociación Ladera del Almendro añade un matiz importante: la necesidad de que el crecimiento respete la fisonomía del Parque Regional. “Creemos que para proteger el parque la construcción debería ir en sentido descendente, con las viviendas más bajas junto al parque y más altura hacia el interior de la ciudad”, explican desde la asociación.
SERVICIOS PÚBLICOS, INCLUSIÓN Y CALIDAD DE VIDA
La fortaleza de Rivas siempre ha sido su red de servicios públicos. Esa fue la razón por la que muchas familias eligieron instalarse aquí y lo que hoy sigue marcando la diferencia: su calidad de vida.
Carmen Huber Alonso, vecina del barrio Este y enfermera jubilada, participó como consejera en la asamblea del barrio donde se presentó el Avance. Ella lo explica con claridad: “Queremos que la gente tenga tiempo para sentarse y para reunirse”. Para ello, entiende que la clave pasa por acompasar el crecimiento de la ciudad con el desarrollo de una movilidad que facilite a los vecinos y vecinas sus desplazamientos. “Necesitamos un servicio público […] para ir a otra parte de Rivas sin tener que utilizar el transporte privado”, afirma esta vecina, que comparte la propuesta de nuevos líneas urbanas e interurbanas que se ha promovido desde el Ayuntamiento, y conecta de manera directa la movilidad con el urbanismo, apuntando a uno de los grandes retos que debe acompañar el desarrollo del Plan.
En el barrio centro, la consejera Noemí Pérez Robles, vecina desde 2004, aporta una mirada nueva e interesante: “El barrio centro necesita ganar en identidad propia, que sus vecinos se sientan parte del municipio, identificados con el lugar que han elegido para vivir”. Valora positivamente la apuesta por la vivienda pública, acentuando que a los vecinos y las vecinas les gusta que haya opciones para “que las nuevas generaciones de ripenses puedan seguir viviendo en su ciudad”.
El Ayuntamiento impulsa el Plan Estratégico de Vivienda, con el objetivo de facilitar el acceso a la vivienda a través de la promoción de vivienda pública asequible, la rehabilitación de edificios para mejorar su eficiencia energética y su accesibilidad, y la puesta en marcha de programas que refuercen un modelo de ciudad inclusiva y sostenible. En total, se ha planificado la construcción de más de 500 nuevas viviendas públicas, para lo que el Consistorio ha reservado seis parcelas municipales que suman más de 103.000 m² destinados a vivienda protegida.
Entre los objetivos principales del Plan de vivienda, se busca garantizar que la juventud ripense tenga acceso a una vivienda asequible. “Que quien haya crecido en Rivas pueda, si lo desea, desarrollar también su proyecto de vida”, subrayó la alcaldesa Aída Castillejo durante el sorteo de las 83 viviendas públicas en alquiler para jóvenes de entre 18 y 35 años, que están a punto de entregarse en la ciudad.
La visión de Noemí, maestra especializada en atención a la diversidad y mamá de una peque atendida por el equipo de atención temprana de Aspadir y que empieza segundo ciclo de infantil en un cole público de Rivas, aporta además un voz inclusiva: “Hay que perseguir la inclusión de todas las personas en nuestra ciudad, y eso quiere decir que tengamos o no tengamos discapacidad o necesidades de movilidad reducida o sensoriales, nuestra ciudad nos acoja y no nos excluya de la vida pública”. Tal y como se recoge en el propio Avance, se trata de coser la ciudad tanto territorial como socialmente.
La asociación Ladera del Almendro coincide en la necesidad de definir el modelo: “No basta con hacer vivienda, sino qué tipo de vivienda estás ofreciendo”. Por su parte, Tina Sánchez, también consejera del barrio Este, reclama más homogeneidad en la ciudad: “Que se igualará en todos los sentidos las tres zonas de Rivas Vaciamadrid”.
Aquí vuelve a ser central la participación, como recuerda Inés Díaz, vicepresidenta del Consejo de Ciudad. Inés, vecina de Rivas desde 1989, tiene una biografía con forma de ‘mapa de solidaridades y luchas sociales’, tal y como se recogía en el número de septiembre de 2024 de esta misma revista. Para ella la participación en el diseño del Avance y del Plan es “una herramienta para garantizar el derecho al espacio, a la movilidad sostenible o a los entornos saludables”.
La cultura de la participación en Rivas no es nueva. Viene de los orígenes cooperativos del municipio y se ha consolidado en cuatro décadas de democracia local. Como recuerda Begoña Pineda: “Cuando vienes de fuera te llama mucho la atención que haya mecanismos de participación tan consolidados”.
Ese hilo colectivo atraviesa la ciudad y sus barrios. Se expresa en los presupuestos participativos, en el Consejo de Ciudad y las asambleas de barrio y en la implicación cotidiana de asociaciones y colectivos. Para Inés, el urbanismo participativo va más allá de planos y normas: “Las ciudades no son solo un ladrillo sobre otro, sino ladrillo de diálogo”.
Como bien resume esta vecina hablando de participación, “quien más sabe de nosotros, somos los vecinos y vecinas”. Inés pone en valor todo el proceso participativo que ha acompañado el diseño del Plan, desde el ‘Rivas, párate a pensar’ hasta nuestros días, destacando que da confianza, y “sobre todo, sentido de pertenencia”. “Si eliges qué hacer con el presupuesto y el ayuntamiento te escucha, entiendes la ciudad como propia”, concluye.
En ese diálogo se encuentra también la clave del sentido de pertenencia. “La participación mejora siempre un modelo de ciudad, porque lo conecta con las necesidades reales de la gente”, afirma Silvia Vesperinas.
CONCLUSIÓN: CRECER BIEN PARA VIVIR MEJOR
Rivas afronta un momento decisivo. Mientras en su entorno se multiplican desarrollos urbanos que siguen modelos que se han demostrado fallidos, con pocos servicios y falta de vida en común, aquí se apuesta por otro camino: crecer con cuidado, justicia social y participación ciudadana.
El nuevo PGOU proyecta más de un millón de metros cuadrados de zonas verdes, casi 300.000 para equipamientos públicos y un refuerzo del parque de vivienda pública. Pero más allá de las cifras, el plan encarna un mandato ciudadano: proteger lo que hace de Rivas una ciudad viva, cohesionada e inclusiva.
Cuando se pregunta a las vecinas por qué eligieron Rivas, muchas, como Noemí, responden que les gustó sentirse parte de la ciudad desde el primer momento. Otras, como Begoña, mencionan la vida comunitaria. Silvia buscaba un lugar con colegio público y servicios para su hija. En general, todas coinciden: valoraban Rivas porque ofrecía calidad de vida y un modelo de ciudad distinto.
Ese es el legado del ‘Rivas, párate a pensar’, una ciudad que se piensa a sí misma, que se atreve a poner límites y que apuesta por un futuro donde la calidad de vida, la naturaleza, los servicios públicos y la participación sigan siendo la mejor herencia.
