- En profundidad: entrevistas a ripenses que hablan en este reportaje sobre los desafíos de la ciudad.
Rivas ya tiene más de 100.000 habitantes. Es la cuarta ciudad del país con mayor esperanza de vida, la primera en tasa de actividad, la tercera más joven y la primera de la región en vivienda pública de alquiler. El 74% de su término municipal forma parte del Parque Regional del Sureste, espacio natural protegido.
¿Cómo seguir siendo una ciudad habitable, con servicios y a la medida de sus habitantes? 101.806 vecinos y vecinas, síntoma de que esta es una ciudad que atrae a la gente, se convierten también en una oportunidad para crecer de manera sostenible, para que Rivas siga siendo aún más Rivas.
En este sentido, el profesor José María Ezquiaga, doctor arquitecto y Premio Nacional de Urbanismo, explica que la planificación urbanística es “la herramienta a partir de la cual es posible gobernar el territorio de tal manera que se conduzca donde queremos, no a donde nos lleven ciegamente las tendencias del mercado”.
También lo señala así Blanca Valdivia, socióloga urbana y miembro del Col·lectiu Punt 6, cooperativa de trabajo asociado formada por arquitectas, sociólogas y urbanistas de procedencias diversas, cuando habla de la ciudad en conflicto y el análisis del diseño urbano: “Hablamos de la ciudad en conflicto en relación a que al final hay un diseño urbano que está priorizando unas necesidades frente a otras”.
¿Superar la barrera de los 100.000 habitantes puede ser un problema para el modelo de ciudad que Rivas representa? Ambos expertos coinciden en que la escala de población no debe ser un problema, “siempre y cuando se garanticen unas condiciones de usos, de diversidad o de proximidad”, apunta Valdivia. También Ezquiaga señala que el crecimiento en sí mismo “no solo no es un elemento negativo, sino más bien al revés”, ya que “demuestra que la ciudad es atractiva y por tanto su modelo es un éxito”. “Lo que a todos nos preocupa es el hecho contrario, la España vacía, municipios de la Comunidad de Madrid que se vacían, provincias enteras que se vacían. Este realmente es el problema principal del urbanismo”.
CRECIMIENTO SOSTENIBLE
Ezquiaga argumenta que una de las claves para el crecimiento sostenible es que quienes hayan nacido o crecido en Rivas “puedan quedarse a vivir aquí”. Ejemplo de ello son Vanessa Herreros y Lucía Calderón, representantes del movimiento ciudadano, de la asociación vecinal del barrio de La Luna. “Nosotras vivimos aquí desde 1987 y 1984 respectivamente y hemos visto Rivas desde los orígenes”, explican.
También residen en esta ciudad los hijos e hijas de Antonio Martínez Vera, el primer alcalde de Rivas (1979-1987), cuando la población osciló de 700 habitantes a 6.302. Antonio contempla con cariño la ciudad, de la que se siente aún parte activa, ahora, desde la Asociación Vecinal de Amigos de Vaciamadrid.
Una de las señas de identidad en Rivas es haberse convertido en una ciudad de servicios públicos. Nueve escuelas infantiles, 16 colegios, cinco institutos, tres polideportivos, cuatro centros para mayores, tres casas de la juventud, cuatro bibliotecas, una universidad popular, tres centros de salud, una casa feminista, un centro sociocomunitario. Rebasar la cifra de 100.000 habitantes supone un reto, también para los servicios. “La calidad de una ciudad es un equilibrio”, señala el profesor Ezquiaga: “La clave está en que cuando crece la población crecen en la misma proporción los servicios y la calidad de los mismos”.
Muchos de estos servicios son fruto de una lucha vecinal que se remonta a los años de la expansión de Rivas hacia el oeste, cuando recalan en la ciudad cerca de 5.000 nuevos vecinos y vecinas que con sus reivindicaciones fueron forjando el carácter luchador ripense. “Todos y cada uno de los rincones de esta ciudad son ejemplos de lucha vecinal”, señaló la alcadesa Aída Castillejo en el número anterior de esta revista, lo que “genera un sentimiento de comunidad único”. En este sentido, Dani Gayo, vecino de Rivas con su familia desde hace cuatro años, apunta a la mejora del transporte: “Nos gustaría algún tipo de autobús lanzadera desde Rivas a Madrid, que pasase cada menos tiempo. Se trata de facilitar un poco más la comunicación con Madrid”. “Otros municipios con menos habitantes cuentan con su acceso a la M-50, su hospital, su centro de especialidades médicas. Estamos pidiendo servicios necesarios para la ciudadanía”, defienden a su vez Vanessa Herreros y Lucía Calderón, apuntando a reclamaciones históricas que la Comunidad de Madrid lleva desoyendo durante décadas.
VIVIR EN COMUNIDAD
Las ciudades se han diseñado siempre para resolver problemas. A esta conclusión se llegó en las conferencias de ‘Rivas, párate a pensar’. ¿Y qué problemas?: de movilidad, de condiciones de vida o climáticos, pero también de derechos, como el de una vivienda digna y asequible que resolvieron cooperativas como Covibar y Pablo Iglesias a finales de los setenta y en los ochenta del siglo pasado, aportando también esencia comunitaria. Una esencia comunitaria que continúa y que también es reivindicativa, como explica Vanessa Herreros: “La asociación Barrio La Luna surgió de un grupo que había vivido ese aspecto asociativo en su niñez en Rivas y quería formar parte de una asociación, sobre todo para hacer barrio, que es lo que une a los vecinos y vecinas. Había mil necesidades”.
El urbanista Ezquiaga argumenta que “las generaciones más jóvenes tienen deseo de espacio público, de hablar, convivir, socializar voluntariamente”. Según indica, es la tendencia en la mayoría de ciudades europeas y también algo muy importante para la población mayor. Además apunta a las ciudades integrales, donde hay diversidad y mezcla de edades, orígenes o renta “frente a la homogeneización que suponen los procesos de gentrificación”. Para el experto son fundamentales las políticas públicas que caminan hacia ese modelo de ciudad integral, accesible. Los programas de vivienda joven en alquiler “son un buen ejemplo” (Rivas cuenta actualmente con un plan de 83 pisos), así como las iniciativas de cohousing o vivienda colaborativa para personas mayores, entre las que destacan las tres asociaciones organizadas en Rivas: Cosmos, Taray y La Corrala.
A Dani Gayo también le atrajo de Rivas su modelo de participación ciudadana: “Nos gusta cómo se involucra el ciudadano”, señala. Rivas se caracteriza por tener un alto índice de asociaciones de todo tipo, más de 300 según los datos del propio ayuntamiento. Un lugar destacado lo ocupan los foros infantil y juvenil, donde niñas, niños y jóvenes reclaman la ciudad que quieren hoy y no solo hacen propuestas de futuro.
CIUDAD FEMINISTA
Blanca Valdivia habla también de la ciudad feminista, y de la importancia de la “política de la vida cotidiana”. Su crítica a los modelos urbanos apuntan al exceso de infraestructuras de transporte que priorizan “llegar al trabajo cada mañana, sea un polígono o una oficina” y que se olvidan en la mayor parte de los casos “de las actividades de cuidados que normalmente requieren de una infraestructura que acompañe más, especialmente la accesibilidad”.
Para ella “sería uno de los temas clave que se tendría que priorizar en una ciudad que además está aumentando de escala”. “Cuando nosotras hablamos de vida cotidiana en la ciudad, realmente de lo que estamos hablando es de un territorio próximo”, concluye.
En este sentido, Dani Gayo, señala como uno de los motivos por los que vive en Rivas, que es “fácil y cómoda para vivir una familia”. Alba Pérez, de La Ecologita resume esta idea: “Aporta seguridad, vida, ganas de relacionarte con otras personas y pasear por las calles. Todo lo que tenga que ver con relacionarse con otros seres humanos aporta calidad y calidez”. Alba lleva además como bandera el comercio local: “Las tiendas no solo somos espacios donde se hacen transacciones económicas, son lugares de refugio donde se puede hablar”.
Por otro lado, preguntada por la seguridad de las mujeres y la ciudad libre de violencias machistas, Valdivia se referencia en el modelo de ciudad basado en los seis principios de Montreal, recogidos en el documento ‘Por un entorno urbano seguro. Guía de planificación. Programa Mujer y Ciudad de la Ciudad de Montreal, 2002’. Los principios son: la señalización, saber dónde se está y adónde se va; la visibilidad, ver y ser visto; la concurrencia de personas, oír y ser oído; la vigilancia formal y el acceso a ayuda, poder escapar y obtener auxilio; la planificación y el mantenimiento de lugares, vivir en un ambiente limpio y acogedor; y la participación de la comunidad, actuar en conjunto.
CIUDAD ACOGEDORA
Gemma Peribáñez, arquitecta y coautora, junto al profesor Ezquiaga, del diagnóstico previo a la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Rivas, documento que recoge y sintetiza los planteamientos hechos por la ciudadanía durante el proceso participativo ‘Párate a pensar’: “Rivas es una ciudad acogedora porque sus espacios y su gente son acogedores y amables”. Según apunta, “todo este tipo de cosas son las que la gente tiene en cuenta cuando decide vivir aquí con sus familias”. Y como ella misma señala, “seguir acogiendo es seguir dando unos servicios y unas políticas públicas de calidad”.
Entre otras herramientas, Peribáñez destaca el PGOU como política espacial, “cómo organizo el territorio para dar servicio a mis ciudadanos: dónde está el comercio, los colegios, o cómo será la vivienda”, pero no solo. Para ella son fundamentales “las políticas acompasadas, y esas políticas son sociales: cómo atiendo a mis mayores y dónde, cómo les cuido, o cómo cuido de los niños y las niñas de la ciudad”. Todo ese tipo de políticas se acompañan, además, de la movilidad y la promoción cultural y deportiva. “Son políticas al servicio de la ciudadanía”, concluye.
101.806 habitantes. ¿Problema u oportunidad? “No se ha perdido, esa esencia pervive en la ciudad”, sostiene Vanessa. Y Antonio, el ex alcalde, lo tiene claro: “Yo estoy enamorado de todo lo que se ha hecho. Creo que tenemos de todo y me da igual quién lo hiciera. Sigo pensando que Rivas Vaciamadrid, que lo conocí en los años 50 cuando era todo campo, es hoy uno de los mejores pueblos de España”.
Una ciudad diferente, en cifras
VIVIENDA
3.487 viviendas públicas construidas desde 2003.
1ª ciudad de la región, y 4ª del país, en vivienda pública de alquiler: una por cada 137 habitantes.
EDUCACIÓN
9 escuelas infantiles.
16 colegios públicos de infantil y primaria.
5 institutos públicos de educación secundaria.
4 bibliotecas y una universidad popular.
32 asociaciones de familias de alumnado (ampas).
MAYORES
85 años. Rivas es la cuarta ciudad del país con mayor esperanza de vida.
3 centros municipales de mayores.
8.039 personas de más de 65 años residen en el municipio.
5.136 son socias y socios de los centros de mayores.
INFANCIA Y JUVENTUD
5 equipamientos públicos para la infancia y juventud.
25.515 personas tienen entre 0 y 20 años en Rivas.
DEPORTES
3 polideportivos.
9.594 ripenses en las escuelas deportivas municipales este curso.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA
321 asociaciones
ciudadanas registradas.
600.000 euros para proyectos de ciudad del Presupuesto Participativo 2023.
EMPLEO
1.281 comercios.
7 años seguidos como la ciudad española con mayor tasa de actividad: 69,8%
9,61 % tasa de desempleo en Rivas, según datos del INE de 2022.
SOSTENIBILIDAD
4.250 paneles fotovoltaicos municipales.
10.000 paneles fotovoltaicos en viviendas e instalaciones industriales.
500 familias del barrio Pablo Iglesias, en La Pablo Renovable, proyecto energético comunitario.
1º municipio de la Comunidad de Madrid y el 3º del país que realiza compra directa en el mercado libre de la electricidad.
1 Oficina de Transformación Comunitaria, que asesora sobre sostenibilidad.
Proyecto 50/50 para el ahorro de energía en los colegios de Rivas.
MEDIO AMBIENTE
55.000 árboles en la ciudad: 25.163 en calles, 19.245 en parques y 9.322 privados.
Colegios: al máximo de su masa arbórea.
Dos premios ‘Tree Cities of the Word’, por la gestión del arbolado.