Todavía no ha amanecido cuando tres camionetas pequeñas salen de Rivamadrid, la empresa pública de servicios, hacia el Casco Antiguo, Covibar y Rivas centro. En el interior de cada vehículo van dos trabajadores que se dedican a retirar de los recintos de contenedores aquellos enseres u objetos pesados y de grandes dimensiones que puedan dificultar la posterior tarea de recogida de residuos en la calle. Son las cinco de la mañana.
Cuando empieza a clarear se ponen en marcha los camiones que realizan las tres rutas de recogida de basura y, por la tarde, Christian y sus compañeros se encargarán de terminar las tareas mañaneras inconclusas, como el «vaciado de vehículos». Antes, Fernando habrá repartido instrumental entre los integrantes del servicio de Jardinería para afrontar la jornada que, en esta época del año, la acaparan las podas.
Mientras, Carmen se preparará para acometer la limpieza de aceras y Almudena para adecentar cualquier posible imprevisto en el colegio José Hierro, donde ahora trabaja, de manera provisional, como personal de mantenimiento.
Esta podría ser una jornada cualquiera de Rivamadrid, la empresa pública de servicios, que el pasado abril cumplió 15 años. Sus funciones tienen que ver con la recogida de residuos sólidos urbanos, limpieza viaria, en colegios, edificios e instalaciones deportivas públicas y limpieza y mantenimiento de parques y jardines.
Además, gestiona los dos puntos limpios, el servicio de alquiler de bicicletas Bicinrivas y el mantenimiento de las fuentes ornamentales de la ciudad. También, desde Rivamadrid se restauran paredes cubiertas de pintadas, y el servicio de Primera Intervención trata de prevenir situaciones que supongan riesgo de incendios.
El carácter público de la entidad supone, entre otras cosas, que el coste de la recogida y la gestión de los residuos sólidos urbanos es inferior al de otros municipios. Según datos de la Asociación Nacional de Empresas Públicas de Medio Ambiente (ANEPMA) de 2012, los últimos disponibles, el gasto por habitante al año era de 23,90 euros en Rivas, frente a la media estatal de 70,39 euros.
Por otro lado, la entidad cuenta con un presupuesto que se ha ido incrementando cada año, pasando de los 2,3 millones de euros ese primer año a los 16.211.274,77 en 2015, según datos del Plan de Actuación, Inversiones y Financiación (PAIF), de Rivamadrid. Aun así, este incremento no se corresponde con la realidad de creciente asunción de nuevos servicios por parte de la empresa pública.
«Desde 2012, con la crisis, el presupuesto de Rivamadrid no crece al mismo ritmo que la ciudad, pero tiene que dar servicio a más población con menos recursos económicos y de personal», concreta Sira Rego, consejera delegada de Rivamadrid y concejala de Ciudad Sostenible.
«El descenso de las fuentes de ingresos del Ayuntamiento condiciona una disminución de todas las partidas. También la de esta empresa, pero tratamos de mejorar en la eficiencia de un servicio básico para la ciudadanía que cuenta con unos recursos limitados», añade.
Con todo, la empresa municipal alcanza las cotas de calidad y medio ambiente que marca la normativa europea, y cuenta con distintas certificaciones que avalan la eficacia de sus servicios, como las normas ISO 9001:2008; ISO 14001:2004 y OHSAS 18001:2007.
LOS ORÍGENES
Rivamadrid comenzó su andadura el 5 de abril de 2001, con 224 personas y, con su nacimiento, se municipalizaban los servicios de limpieza que hasta entonces ofrecían diversas empresas y alguna cooperativa.
Del total de contratos con los que comenzó, 165 fueron a trabajadores que ya realizaban estas labores en entidades de iniciativa privada. Por entonces, la ciudad contaba con 32.228 habitantes, frente a los 82.000 de la actualidad. Hoy, Rivamadrid emplea a 469 personas. La mitad, sobrepasa los 45 años. Fernando Muñoz, oficial de Jardinería, fue una de las personas cuyo contrato fue subrogado por la empresa municipal. Hace 15 años cuidaba las zonas verdes de Covibar, y aún hoy desarrolla esta labor.
«Ahora estamos más con la poda y a prepararnos, que a partir de abril comienza el trabajo más fuerte, desbroce, siega, primeros riegos o mantener el riego automático. De aquí a verano llega la mayor carga de trabajo», explica.
También se encargan de preservar plantas y arbolado de las plagas en los once parques y en las más de 200 zonas verdes, y vecinos y vecinas les piden consejos para sus trozos de tierra. «Hay bastantes huertos urbanos y la empresa colabora con ellos llevándoles mantillo en temporada o con movimiento de tierras. La gente está concienciada con la jardinería y el respeto del medio ambiente», considera. Desde este servicio, Rivamadrid ha comenzado este año una serie de talleres de jardinería que imparte en cinco centros educativos del municipio.
TRABAJOS POR TURNOS
Otro de los históricos de la empresa pública es Christian Iglesias, que lleva doce años a bordo de los camiones de recogida. «Empecé de noche, haciendo una suplencia. Por entonces había mucho trabajo, y me dieron a elegir turno. Escogí el nocturno, que nadie lo quería. Me acostumbré y estuve así varios años, trabajando también sábados y domingos», relata. Después la empresa fue creciendo, abrió un turno específico de fin de semana y festivos, y Christian pasó a la tarde. «Estoy encantando porque utilizo todos los camiones, el cisterna, la grúa, la cuba y el de basura», enumera.
Rivamadrid suprimió el turno nocturno y, en la actualidad, sus primeros camiones empiezan a las 05.00 de lunes a domingo. Entre las tareas que aglutinan los cinco conductores de la tarde está la del vaciado de camiones en el vertedero de Alcalá de Henares tras los itinerarios de recogida por la mañana.
«También salimos a terminar la ruta que por la mañana no haya podido dar tiempo, sobre todo lunes y martes, que es cuando más basura se acumula. O con el camión grúa para retirar la poda que hay en calle o para rebajar la carga de los contenedores del punto limpio, que cuando están muy saturados la aplastamos para aprovechar más el volumen del mismo».
Este turno también se dispone para hacer frente a emergencias, como ramas o árboles caídos o recogida de cristales tras accidentes de tráfico. «Esta tarde hemos ido a recoger unos palés que se le habían caído a un camión en la avenida de Los Almendros», ejemplifica.
A lo largo de los doce años, el trabajo le ha dejado a Christian algunas anécdotas, como el susto que se llevó una noche al levantar la tapa de un contenedor: «Eran las tres de la mañana. Abrí el cubo y vi unas piernas. Pensé, ‘es una persona, a ver qué hago ahora’. Luego vi a otros compañeros que se estaban riendo. Era un maniquí». Otro día tuvieron que ‘rescatar’ un colchón de la copa de un árbol. «Es de lo más raro que he visto», remacha.
COLEGIOS Y CALLES
Almudena Guzmán forma parte de los equipos que acicalan los 14 colegios públicos. Dispone de una plaza en el turno de tarde, pero ahora trabaja de manera excepcional por la mañana, como personal de mantenimiento de limpieza en el centro José Hierro, un turno que, según valora, le permite conciliar su vida familiar. Pasó a integrar la plantilla de Rivamadrid hace diez años, a través de la Agencia de Colación.
«Aquí por la mañana ningún día es igual que otro; interactúas con los niños, profesores, conserjes o personal de cocina, y el tiempo pasa más rápido», opina. Por las tardes, grupos de cinco personas, con distintos horarios, comienzan desde las 15.00 a preparar aulas, baños y patio para el día siguiente, en turno de cinco, seis o siete horas.
Por su parte, Carmen Torregrosa contribuye a adecentar calles y aceras del área del centro comercial El Zoco y del barrio de La Luna. «Estoy en la zona 28, pero si tengo que ayudar a compañeros en otra zona porque está más sucia, me voy cambiando», aclara. Ella se apuntó a una bolsa de empleo y la llamaron enseguida para entrar a trabajar. Fue hace diez años, el tiempo que lleva en el servicio de limpieza viaria. «Empecé con el carro, barriendo y vaciando papeleras», anota.
Rivamadrid: algunos hitos
2008. Rivamadrid asume la gestión de los puntos limpios, municipalizando este servicio que ofrecía antes una empresa privada. Ese primer año, se hicieron 24.125 usos.
2009. Inauguración de la nueva sede en la calle Mariano Fortuny, 2. Puesta en marcha del Servicio de Primera Intervención, para combatir incendios en fase inicial. Funciona de junio a septiembre. Obtención de certificados de calidad establecidos en las normas europeas ISO por la buena adaptación de procesos administrativos y operáticos.
2010. Logro de un certificado europeo de calidad en materia de prevención de riesgos laborales.
2011. Rivamadrid asume el mantenimiento de las fuentes ornamentales.
2012. La empresa pública se encarga también del servicio de alquiler de bicicletas Bicinrivas.
2013. Adhesión al Pacto Mundial de Naciones Unidas sobre responsabilidad social empresarial.
2014. Una encuesta de Indra sitúa a Rivas como una de las ciudades mejor valoradas por sus habitantes en materia de servicios de limpieza.
2015. Comienzan los talleres de jardinería en cinco colegios públicos de Rivas.
¿CUÁNTO CUESTA RIVAMADRID?
SERVICIOS Coste en euros por habitante al año en 2015
Limpieza de edificios 39,14
Limpieza instalaciones deportivas 12,16
Parques y jardines 65,48
Residuos Sólidos Urbanos 20,29
Puntos limpios 2,63
Tasa vertedero 8,63
Limpieza viaria 45,58