El paisaje urbano de Rivas se modifica día a día al tiempo que genera cambios sustanciales en el modo como su ciudadanía se desplaza. Con la aprobación inicial de la nueva Ordenanza Municipal de Movilidad, refrendada en el Pleno de septiembre con los votos a favor de todos los grupos políticos, la ciudad se adelanta a las tendencias que ya son una realidad en las principales capitales europeas y que, en nuestro país, sólo recogen hasta la fecha las leyes valenciana y catalana.
A partir de ahora, quedan reguladas en el municipio las diversas maneras en que automovilistas, peatones, ciclistas y transportes públicos ocupan el espacio público. La nueva normativa municipal ripense, que sustituye y amplía lo regulado en la anterior Ordenanza de Tráfico, plantea la movilidad como una cuestión más compleja que la mera ordenación de la circulación de vehículos.
En su articulado se cita la responsabilidad de operadores urbanísticos y ciudadanos en la toma de iniciativas que puedan generar trabas a la movilidad urbana. El objetivo es fomentar la coexistencia amable entre las diversas modalidades de desplazamientos por las que la ciudadanía opta a diario (a pie, en bicicleta, en autobús o en coche).
También se incrementa el espacio público que facilite que actividades como andar o desplazarse en bicicleta se conviertan en alternativas reales al vehículo privado como forma de ir a trabajar, a los centros educativos, comerciales o de ocio.
NOVEDADES
El texto de la ordenanza adelanta algunas medidas innovadoras: en el carril bici la prioridad la tiene ahora quien pedalea frente al peatón. Éste tiene que recordar que no debe transitar por una vía prioritaria para las bicis. La red ciclista, que en la actualidad está segregada y cuenta con 16 km de trazado, se va a ampliar, integrándose en los viales por donde circulan otros vehículos y señalizándose sobre el asfalto.
El primer tramo va a ser el de la avenida de José Hierro que enlaza con los Almendros: el último que faltaba para cerrar el trazado que une Rivas Este con Rivas Oeste, de punta a punta. «Con estas actuaciones queremos atemperar la velocidad del tráfico. Los y las automovilistas cada vez entienden mejor que la bici es otro vehículo más con el que convivir y al que deben respetar», recuerda Fausto Fernández, edil de Medio Ambiente y Movilidad.
Otra novedad es la creación en los pasos de cebra de zonas señalizadas de espera avanzada para bicis, tal y como sucede en Barcelona y Sevilla.
LA BICI, BENEFICIADA
Sin duda, la bici se convierte en una de las principales beneficiadas con la nueva norma. Se va a promover una red de aparcamientos de bicicletas en centros municipales, educativos, comerciales y puntos estratégicos de la ciudad. Se fija la obligación, para las nuevas superficies comerciales, de dotarse de ‘aparcabicis’, así como de casilleros y taquillas en las que las personas usuarias puedan dejar sus cascos.
Para los centros comerciales ya existentes se marca un periodo de dos o tres años para que se adapten a la normativa. «Lo que hacemos ahora es poner las bases, desde nuestra capacidad normativa, para avanzar hacia un modelo de movilidad más respetuosa con el medio ambiente, saludable y segura», subraya Fausto Fernández.
Estas medidas promueven alternativas al transporte privado contaminante y, por tanto, impulsan los objetivos de ‘Rivas Emisiones Cero’, un programa municipal que persigue lograr en 2030 un balance neutro de emisiones de CO2 en la ciudad.
MENOS VELOCIDAD
La ordenanza, que se aprobó tras un proceso de discusión pública de varios meses, supone la introducción de medidas con las que se logra reducir la velocidad de circulación en la trama urbana. Esta ralentización del tráfico, una decisión que termina redundando en la mejora de la seguridad vial, se verá apoyada por la fijación de las conocidas como ‘zonas 30’, en las que la velocidad de los coches disminuye y permite una mejor cohabitación de los vehículos a motor con las personas que van a pie.
- Esta información aparece en el número de noviembre de la revista municipal ‘Rivas Al Día’.
