Texto: José Miguel Fdez-Layos y P.C.C Fotos: Luis García Craus
A un lado y otro de una puerta del centro de salud Santa Mónica hay dos mujeres. Una de ellas se llama Andrea y está embarazada, tanto que hoy mismo sale de cuentas. La otra se llama Vanesa, es madre de dos hijos, y policía de Rivas. Andrea está a punto de ser madre primeriza, y viene cargada de dudas. Vanesa es la primera vez que da esta charla de seguridad infantil, y se esfuerza en hacerse entender.
El acompañante de Andrea se llama José Carlos y es el padre de su futuro hijo. Vanesa no se separa de Celia, su compañera de la unidad de menores de la Policía Local. Cuando la puerta del aula de educación maternal se abre, 40 personas se sientan a escuchar a las dos agentes. En un momento dado, la foto de un coche medio destrozado alumbra el aula. Es el coche de Vanesa. «Hace 8 años tuve un accidente», dice.
«No me pasó nada porque llevaba cinturón.» La separación entre lo personal y lo profesional se derrumba. Y muchas manos se alzan para hacer preguntas, que ella resuelve como policía y como madre. A su lado, Celia también contesta. Y sentada muy cerca, Puri, la matrona que ha ayudado a organizar todo esto, asiente satisfecha.
Todo empezó hace ya tres años, cuando Puri Vicente estaba de matrona en Coslada y, entre sus pacientes, conoció a Carlos, un policía local, padre de dos niñas, que ya había dado clases en otros centros sobre cómo llevar a los niños en el coche. Le invitó a dar clase y le encantó: «La gente salía muy agradecida porque no solamente te hablaba de la ley, sino que te motivaba mucho a que tuvieses cuidado con el coche. Y cuando llegué a Rivas, hace un año, conocí a Celia y le dije que me gustaría hacerlo aquí también».
Celia Fernández también estaba pensando en proponer algo parecido, por lo que en seguida se pusieron de acuerdo: «Llevamos tiempo detectando que hay muchísima falta de información por parte de los padres. Entonces, fuimos a algunas de las sesiones de Carlos y nos pareció muy interesante. Empezamos a dar forma a este proyecto, se lo presentamos a Jefatura y al centro de salud, nos dieron el visto bueno y hoy empezamos».
El proyecto se enmarca en la campaña ‘Cero niños sin sistemas de retención infantil’, de la DGT y se llama ‘Toy abrochao’. Su icono es Toy, el muñeco verde de las pegatinas, que aparece con un chupete y un cinturón de seguridad. Vanesa Díaz nos cuenta que van a dar tres charlas al mes: «Cada curso de preparación al parto tiene nueve sesiones. De esas nueve sesiones, una la vamos a dar la Policía Local. Y las demás sesiones, las matronas».
Los asistentes agradecen la idea. Paloma Baltés, de 38 años, reconoce que andan un poco perdidos, y su acompañante, Juan Carlos Casáis, de 42 años, confiesa que «como primerizos, tampoco es una cosa en la que tengas interés hasta que no llega el momento, y cuando llega el momento, te tienes que poner al día». Una frase marca el comienzo de la presentación: «El sistema de retención infantil es el mejor abrazo que puede recibir un niño». Y entre las fotografías y vídeos que muestran, hay imágenes curiosas, como la del príncipe Guillermo de Inglaterra que lleva su Maxi-Cosi con el bebé al coche.
«Lo lleva perfectamente bien, ¿verdad?», pregunta Vanesa. Y tras unos segundos de suspense, resuelve que no, porque no ha puesto los arneses como debiera. También hay fotografías antiguas de los años 50 en las que aparecen niños atados con cadenas. Eso ilustra una típica postura, la de quienes dicen que antes no había tantas cosas como ahora y aun así, nos iba bien. Se lo preguntamos a Vanesa y contesta: «Yo creo que cuanta más seguridad mejor. Te dicen que antes íbamos siete en el coche y nunca pasaba nada. Mentira, está comprobado que antes había muchísimos más accidentes, sobre todo, con los pequeños, que salían disparados».
DUDAS RESUELTAS
La mayoría de las preguntas de los asistentes son de índole muy práctica, muchas de ellas en torno al cambio de legislación. ‘Rivas al Día’ también interroga y Celia responde que «lo que ha cambiado es que antes era obligatorio en función de la edad, hasta los doce años, y ahora es en función de la talla, 1,35 metros, aunque es recomendable que lleven un sistema de retención infantil hasta que midan 1,50».
Y Vanesa apunta que «debido a la norma, los fabricantes también están modificando las sillas, con el objetivo de que vayan a contramarcha cuanto más tiempo mejor, porque son muchos más efectivas en caso de accidente.» Cuando dan por terminada la charla, la matrona se despide hasta el próximo jueves, cuando seguirán con las clases preparatorias al parto. Muchos se acercan y siguen preguntando. No es para menos. Como dice Vanesa: «Si durante el embarazo se protege al bebé, más hay que protegerle una vez nacido». Y nos quedamos con la duda de si lo dice más como policía o más como madre.
LECCIONES APRENDIDAS
Catálogo de buenas prácticas
1. La palabra convence, pero el ejemplo arrastra. Nosotros debemos también llevar el cinturón. Si los padres lo usan, los hijos también lo usarán.
2. El asiento más seguro es el central trasero, y el más peligroso, el del copiloto.
3. Es obligatorio que todas las sillas lleven su etiqueta de homologación. Si una silla no la lleva, significa que no está homologada.
4. Antes no era obligatorio que las embarazadas llevasen cinturón, ahora sí.
5. El airbag es un complemento del cinturón. Tiene que ir desactivado si colocamos un sistema de retención infantil a contramarcha.
6. Es muy difícil elegir una silla porque algunas son mejores para impactos laterales, otras para los frontales, etc. Pero sí hay algunos factores a tener en cuenta: que vaya en función de la talla y el peso, que estén homologados, y que los más recomendables son los que tienen refuerzos laterales.
7. Hay que vigilar que el niño no saquen los brazos de los arneses. Para eso hay que ajustarlos bien.
8. Hay que fijarse bien en las sillas recicladas, que no estén modificadas por ningún golpe.
9. Tan importante es elegir la silla como luego saber colocarla.