- Deposita tus cápsulas de café en los dos puntos limpios fijos de la ciudad o los cuatro puntos limpios de proximidad.
Una cápsula de café puede tardar hasta 500 años en descomponerse, por el aluminio y plástico del que está hecho el escueto recipiente. Preocupada por el impacto ambiental que generan estos envases monodosis, la empresa municipal Rivamadrid ha firmado un convenio con la compañía Nestlé para que las cápsulas que la ciudadanía deposita en los dos puntos limpios fijos del municipio y los cuatro de proximidad tengan una gestión sostenible posterior.
El acuerdo tiene una vigencia de cuatro años y no acarrea ningún coste para el Ayuntamiento. El resultado es la creación de un circuito sostenible: el aluminio y plástico se reutilizan como materia prima para producir otros productos, como bicicletas, estuches de reloj o navajas suizas. Y los posos de café que perduran en las cápsulas se transforman en compost que alimentan luego los arrozales del delta del Ebro, en Tarragona.
Esta iniciativa se integra en el Plan de Economía Circular activado por Rivas en 2020. Además del beneficio ambiental, existe otro de tipo social: la entidad encargada del transporte de las cápsulas a plantas especializadas es Otro Tiempo Otro Planeta, que emplea a mujeres víctimas de violencia machista o en riesgo de exclusión social.
DEPOSITARLAS EN LOS PUNTOS LIMPIOS
En Rivas, las vecinas y vecinos pueden depositar las cápsulas en los dos puntos limpios fijos de la ciudad (calles de la Fundición y de Severo Ochoa) y los cuatro de proximidad (en las inmediaciones de los dos polideportivos municipales Cerro del Telégrafo y parque del Sureste; junto al centro deportivo Supera; y en la plaza Pau Casals, en el barrio de Covibar).
Se trata de ubicaciones estratégicas que facilitan a la ciudadanía el traslado de materiales reciclables aprovechando desplazamientos cotidianos, como puede ser la visita a instalaciones deportivas.
EL VIAJE
Una vez depositadas las cápsulas en los ocho mini puntos limpios o los cuatro de proximidad, los servicios municipales de Rivamadrid las recogen y trasladan a los dos puntos limpios fijos. Allí se separan las unidades de aluminio y las de plástico. Y emprenden el viaje a una planta especializada para revivir en una bicicleta o un estuche.
“De un residuo que se genera en la ciudad, el Ayuntamiento y Rivamadrid se preocupan de su correcta gestión medioambiental sin coste económico para las arcas municipales”, explica la concejala de Transición Ecológica y consejera de Rivamadrid, Vanesa Millán.
