Texto: Héctor Juanatey
Recoger la materia prima, diseñar un producto, producirlo, distribuirlo, consumirlo y… tirarlo. Este suele ser el camino habitual de un artículo de consumo. Es lo que se conoce como dinámica de usar y tirar, un procedimiento que muchas personas llevan a cabo sin ser del todo conscientes del perjuicio ecológico de esa suma de decisiones. Por eso desde hace unos años se ha planteado un cambio de método, uno que modifique el modelo de gestión de los residuos que existe actualmente y transforme así el camino que realiza un producto.
Si en lugar de arrojar un artículo como inutilizable tras su uso, se recogiera y reciclara, este mismo artículo serviría como materia prima para, de nuevo, diseñar otra mercancía. Se cerraría su círculo de vida. De ahí que se le haya puesto el nombre de Economía Circular, hoy uno de los principales compromisos que han adquirido los países de la Unión Europea, donde se producen más de 2.500 millones de toneladas de residuos al año.
La Economía Circular es, en definitiva, un modelo de producción y consumo que requiere compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. Implica, por tanto, reducir los residuos al mínimo.
Con la Economía Circular no solo se extendería la vida útil de un producto, sino que serviría como tapia ante la escasez de materias primas y recursos, que no son infinitos. Asimismo, es una de las mejores vías para luchar contra el cambio climático, gravemente dañado por la continua extracción y uso de materias primas debido al consumo de energía y las emisiones de CO2. Cambiar el modelo económico actual por uno basado en la Economía Circular ayudaría a reducir la presión sobre el medio ambiente, mejoraría la seguridad de suministro de materias primas y favorecería la competitividad, la innovación, el crecimiento y el empleo.
Por todo ello, el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, con el impulso de la Concejalía de Transición Energética, pondrá en marcha desde este mes de noviembre un ambicioso Plan de Economía Circular cuyo objetivo último es el de sentar las bases institucionales para la progresiva reducción de la emisión de gases de efecto invernadero en el municipio así como apoyar la transición hacia una Economía Circular 2030 en el municipio.
Dicho Plan comenzará con un nuevo modelo de gestión de los residuos para progresivamente incluir medidas de otros ámbitos como energía, transportes, edificación y planeamiento urbano. Se trata de un proyecto en el que participarán todas las Concejalías y el conjunto del Ayuntamiento, partidos políticos y los agentes sociales y económicos de la ciudad.
El proyecto se prolongará, como mínimo, durante un año en el que cada mes se destinará a una acción determinada que, en conjunto, dan nombre a la idea: Plan de Economía Circular ‘Con R de Rivas’. ¿Por qué con R de Rivas? Lo explica la propia concejala de Transición Ecológica, Vanesa Millán: “Queremos utilizar la R de Rivas con todas las R que puedan ser símbolos de la Economía Circular. Queremos que Rivas sea vanguardia en esta transformación”.
Reflexionar, replantear, rechazar, reincorporar, reducir, respetar, recuperar, reciclar, reorganizar, renunciar, revertir y reutilizar. Doce R, doce acciones. Todas destinadas a un único propósito, lograr el mejor residuo posible, es decir, el que no se genera. Y ello a través de los ejes estratégicos marcados por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP): minimización de la utilización de los recursos naturales, gestión del consumo del agua, sostenibilidad de los espacios urbanos, espacios y conductas saludables, y políticas de transversalidad.
DECLARACIÓN DE SEVILLA
El Ayuntamiento de Rivas está implicado activamente en la causa de la Economía Circular como miembro de la Red Española de Ciudades por el Clima, de la que forma parte desde el 20 de octubre de 2006. Como ciudad socia de esta red, acudió al llamamiento que realizó París en 2015 a las “ciudades europeas a favor de una Economía Circular” junto a otras grandes ciudades como Ámsterdam, Bruselas, Copenhague, Lisboa, Londres, Milán y Roma. Este compromiso se materializó el 15 de marzo de 2017 mediante la Declaración de Sevilla: el compromiso de las ciudades por la Economía Circular, donde varias ciudades españolas se comprometieron a:
1. Promover un modelo de desarrollo sostenible, inclusivo y resiliente.
2. Impulsar y apoyar el llamamiento Ciudades por la Economía Circular que realizó la ciudad de París en 2015.
3. Resaltar el importante papel de los Gobiernos Locales en las acciones de fomento y desarrollo de una economía circular.
4. Incrementar nuestros esfuerzos por reducir los impactos ambientales, climáticos y sobre la salud de las personas de sus actuales modelos de desarrollo.
5. Subrayar las consecuencias positivas que supondría en términos de emisiones de gases de efecto invernadero.
6. Solicitar el apoyo político y económico de la UE y de sus Estados miembros para el desarrollo de políticas locales a favor de una Economía Circular.
7. Desarrollar estrategias locales a favor de la Economía Circular que favorezcan el vertido cero, el reciclaje, la reducción de los desperdicios alimentarios, el fomento del ecodiseño, de la prevención de residuos, de la reutilización y el reciclaje y el fomento de la compra pública de productos verdes.
8. Fomentar la cooperación entre administraciones y desarrollar y compartir buenas prácticas entre ciudades, en el marco de desarrollo de Estrategias Locales por una Economía Circular.
9. Potenciar los partenariados público-privados para favorecer alianzas entre los distintos actores involucrados del sector público, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado.
En opinión de la concejala de Transición Ecológica, sobre todo este año de pandemia, “hay que reflexionar sobre nuestras vulnerabilidades y las capacidades o poderes que tenemos para cambiar nuestro entorno como sociedad”.
“Debemos actuar desde el individuo con pequeños actos para que estos se conviertan en grandes actuaciones, porque una persona sola aporta poco y el mundo es demasiado grande para que alguien pueda cambiarlo, pero gota a gota, se hace un mar”, reclama Millán.Es por este motivo por el que desde el Ayuntamiento de Rivas se pide también toda la colaboración, ayuda y compromiso de su ciudadanía.
El municipio ha crecido de forma vertiginosa desde los últimos años, conllevando incremento urbanístico, de producción, consumo y, por ende, más residuos. Está en manos de todas y todos el cambiar el modelo.
No solo por la vida útil de los productos, sino por el círculo de la vida propia.