Aun así, en Noviembre y en Diciembre también se siembran varios cultivos en las huertas del Parque Agroecológico del Soto del Grillo. Las estrellas del invierno son las habas y los ajos.
Las primeras son muy importantes, ya que junto con las judías y los guisantes, son las únicas legumbres que tradicionalmente se cultivan en la zona centro de la península, en las huertas de regadío. El resto de legumbres que se cultivan, como los garbanzos y las lentejas, se cultivan en secano y en grandes extensiones. Las habas se pueden sembrar ahora y en febrero, aprovechando los primeros calores del final del invierno. Se cosecharán en Mayo, cuando las plantas de habas nos ofrezcan sus frutos, época en la cual disfrutaremos de la abundancia que nos aporta esta legumbre. De ahí el dicho: «en todos sitios cuecen habas».
Los ajos son un cultivo muy rústico, acostumbrado a ser plantado en tierras pobres, por lo que cuando se cultivan en tierras fértiles como las de las huertas de la vega del Jarama, estos crecen muy fácilmente. Es importante conocer las variedades de ajos autóctonos que tenemos en la península ibérica, ya que estos están muy bien adaptados nuestro clima y suelo. Tradicionalmente, en el centro de la península se han cultivado dos variedades de ajo:
- – Ajo morado: es el ajo típico de la zona de Pedroñeras, en Cuenca. Es blanco por fuera y morado por dentro. No ha de confundirse con el ajo morado de origen asiático, ya que este es morado por fuera y por dentro. Si compramos este ajo no autóctono, estaremos consumiendo un ajo con peores cualidades en cuanto al sabor y olor y estaremos fomentando un sistema agroalimentario que trae alimentos comprados a agricultores lejanos con malas condiciones de trabajo, dificultando la viabilidad económica de los pequeños agricultores locales.
- – Ajo blanco: este es el ajo tradicional de Chinchón y de toda las vegas de la zona centro. Es un ajo de cabeza y dientes grandes, que se almacena muy bien.
Los productores del Parque ya han sembrado casi todos los ajos de la temporada, ya que estos se pueden plantar desde octubre hasta diciembre. Ya lo dice el refrán: «Días que pasan de Enero, ajos que pierde el ajero». Los ajos, sembrados fundamentalmente en secano, se cosecharán a final de Junio y se almacenarán para irlos consumiendo a lo largo de todo el año y volver a plantarlos en invierno.
El ajo, por otro lado, lo podemos consumir en verde siempre que lo aporquemos. Aporcar significa echar tierra alrededor del tallo para que no le dé la luz del sol y por lo tanto éste se quede blanco y tierno y lo podamos consumir como ajos tiernos o ajetes. Plantando una cabeza entera de ajo, sin desgranar, y aporcándola, podremos cosechar un manojo de ajetes por cada cabeza de ajo y podremos disfrutar de unos deliciosos revueltos de ajetes entre abril y mayo.