Texto: Álvaro Mogollo
«La comida es muy saludable, nada repetitiva, con menús variados y cantidad abundante. No te quedas con hambre”. Teresa Colás y su marido figuran entre las más de 220 personas de Rivas que actualmente se benefician del servicio de comida a domicilio que ofrece el Ayuntamiento a la población más vulnerable ante la emergencia sanitaria. A 3,92 euros el almuerzo y 2,93 la cena.
Se trata de un servicio que el Consistorio ha reforzado con motivo de la crisis del coronavirus, siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Sanidad: un sistema ya activo en la localidad que ha ampliado sus prestaciones desde mediados de marzo para dar cobertura a quienes por sus circunstancias puedan ver alterada su normalidad. A diferencia de otras administraciones, Rivas apostó desde el minuto uno de la crisis por criterios nutricionales, sin encargos a multinacionales de comida rápida y poco equilibrada.
“No ofrecemos un simple cáterin para la población en general: está pensado para quienes no pueden salir de casa a comprar alimentos o no disponen de la ayuda de seres cercanos que lleven a cabo estas tareas. Por eso se apela a la responsabilidad de la ciudadanía para que puedan hacer uso de este servicio las personas que de verdad lo necesiten”, explican desde la Concejalía de Servicios Sociales.
Beatriz Menéndez Iglesias es directora técnica de Ucalsa, empresa sociosanitaria que elabora y distribuye los menús actualmente a 222 personas en Rivas Vaciamadrid. Cuenta que en la primera quincena de marzo entregaron 1.920 menús; en abril, más de 4.000. Todo ello sin contar con el reparto para personas mayores o con diversidad funcional, que ya se venía cubriendo anteriormente y se mantiene durante la crisis.
La compañía ha adoptado medidas de protección pensando en sus profesionales y en las personas que reciben las comidas, explica Beatriz a través de una llamada telefónica en la que también participa Rebeca Pérez García, directora general de la empresa: “Desde el inicio incorporamos todos los protocolos de seguridad, tanto en cocina como en las entregas. Por nuestra propia salud y la de las demás personas”.
Sin embargo, la implantación de estas nuevas rutinas no supone un inconveniente, más bien significa una motivación: “Tenemos un equipo implicadísimo, gente a la que le gusta mucho su trabajo y lo da todo porque de por sí este servicio va destinado a personas que están en una situación difícil. Así que ahora durante la crisis damos el 200%”, asegura.
VALOR NUTRICIONAL
Los menús, compuestos por primer plato, segundo, postre y pan, son diseñados por Marta Menéndez Rodríguez, dietista de Ucalsa con formación universitaria en nutrición humana, dietética y ciencia y tecnología de los alimentos. En ellos se valora la distribución de los distintos grupos alimentarios y se planifican elaboraciones para que la alimentación de las personas sea equilibrada durante toda la semana. Los primeros platos suelen incluir habitualmente legumbres, pastas, arroces o verduras, mientras que en los segundos puede haber carne, pescado o huevos, entre otras cosas. Un ejemplo real de un almuerzo de marzo muestra ese balance nutricional: crema de puerros de primero y magro con tomate y patatas de segundo. Con pan y postre incluidos.
La idoneidad del diseño de las comidas es defendida por Teresa Colás, vecina ripense que consume estos menús durante cinco días de la semana junto a su marido Gerardo Martín: “La comida es muy saludable y no es repetitiva”. Asegura estar muy contenta con el servicio y la atención que recibe desde hace muchos meses: ya recibían en su domicilio las comidas antes de la crisis sanitaria.
AL GUSTO DE CADA CUAL
“A mí ahora me reparten menús para cinco días de la semana. Hemos elegido esta opción porque es bastante comida y además así algún día podemos cocinar nosotros”, apunta Teresa. En función de las necesidades de cada persona, a algunas se les entregan platos para comer de lunes a viernes y a otras para toda la semana. Además, también hay posibilidad de solicitar cenas.
El precio de los almuerzos es de 3,92 euros; el de las cenas, 2,93. Y están pensados para la población más vulnerable durante esta crisis. El teléfono para solicitar el servicio es el 900 90 78 16: es necesario especificar si la persona requiere un menú especial adaptado a sus características.
Las medidas de protección han alterado el método de entrega. “Antes me traían la comida dos veces por semana, los martes y viernes. Pero en esta situación excepcional, me la traen una sola vez. De todas maneras, no hay problema porque viene al vacío y no se estropea nada”, comenta Teresa.
Así es el procedimiento: “Ahora nos llaman al telefonillo para avisarnos de su llegada, suben en el ascensor y dejan la comida en la puerta para que salgamos a por ella una vez que se van”. Las directoras de Ucalsa confirman estas variaciones efectuadas durante estas semanas: “Antes entrábamos en el domicilio, registrábamos la entrega a través de un sistema informático y revisábamos si había algún plato caducado en el frigorífico. Para evitar el contacto y reducir el riesgo de contagio, hemos modificado temporalmente esa rutina”.
ESPECIALIZADO
Beatriz Menéndez recalca que no se trata de un cáterin al uso, sino que prestan un servicio social especializado. Por cuestiones de seguridad, estas semanas no pueden desarrollar el mismo protocolo que habitualmente: “Los trabajadores sociales de la empresa realizan una visita antes de empezar a prestar el servicio y otra de seguimiento para evaluar cada caso. Ahora mismo no es posible”.
Desde la compañía se destaca la labor de los servicios sociales ripenses: “Están haciendo una labor magnífica que hay que poner en valor y además se han anticipado a la situación con una capacidad de previsión encomiable. El servicio especial de entregas comenzó en la segunda quincena de marzo después de que la administración local detectara esas necesidades”, sostiene Beatriz. También incide en la necesidad de mostrar empatía durante esta situación de excepcionalidad: “La gente está algo nerviosa y angustiada estos días, es normal. Intentamos ayudarles y que no se preocupen”.
Teresa Colás y Gerardo Martín seguirán haciendo uso de estas comidas. “Los platos están muy ricos y tenemos mucha gratitud por cómo nos atienden”, finaliza Teresa.