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De aquella mesa en el mercadillo de los sábados que unió a 13 madres y dos padres de niñas y niños ripenses con discapacidad, a la inauguración del nuevo centro de atención temprana, a mediados del pasado mes, han transcurrido casi tres décadas de lucha por servicios públicos dentro del municipio para las personas con diversidad funcional.
La historia de la Asociación de Padres y Amigos de Personas con Discapacidad en Rivas (Aspadir), se remonta al impulso de aquellos progenitores que, en 1990, comenzaron a trabajar para obtener los recursos que necesitaban sus niñas y niñas. Un camino lleno de logros, como el recinto de la avenida de la Integración que acaba de sumar un nuevo espacio: el centro de atención temprana.
Inaugurado el pasado 16 de mayo, este equipamiento junto al edificio principal cuenta con 238 plazas para la infancia hasta 6 años, y salas de rehabilitación, fisioterapia o logopedia. También, un aula multisensorial para abordar trastornos del espectro autista.