Entrevista: Eugenio G. Delgado Foto: Luis G. Craus.
El laicismo defiende dos principios fundamentales: la libertad de conciencia de las personas y la igualdad ante la ley. Y esos son los valores bajo los que nació la Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid en 2006.
«En primer lugar, el Estado debe ser neutral ante toda creencia o ideología. Y en segundo, debe garantizar el derecho a la libertad de conciencia que incluye las creencias religiosas y también otras creencias no religiosas, como el ateísmo o el agnosticismo. En teoría, España es un país aconfesional, según recoge la Constitución, pero no es así en la práctica, ya que los privilegios de la Iglesia Católica están arraigados y consolidados históricamente y eso provoca que las personas no seamos todas iguales ante las leyes. Es la religión oficial de facto y, por lo tanto, pedimos la separación entre Iglesia y Estado», comenta Fernando Arias, presidente de esta asociación ripense desde 2014.
Acto seguido, puntualiza: «Nos acusan de antirreligiosos, sobre todo la Iglesia Católica, que nos presenta como el demonio con rabo, pero somos todo lo contrario. Somos escrupulosamente respetuosos con las creencias de todas las personas y, por eso, promovemos la eliminación de los privilegios que tiene una creencia sobre el resto. Y, claro, como no quieren perderlos, somos su enemigo».
11.000 MILLONES AL AÑO
La Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid presenta cifras para demostrar estas dispensas de las que, afirman, disfruta la Iglesia Católica en España. «Según un estudio de Europa Laica, el Observatorio estatal del Laicismo, esta confesión absorbe 11.000 millones de euros al año del Estado, lo que supone un uno por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) nacional», subrayan.
Este informe señala también que casi la mitad, unos 5.000 millones, se destinan a la financiación de colegios concertados católicos y 600 a pagar docentes de religión en institutos públicos. Además de la inyección económica, el presidente de este colectivo señala que «la conferencia episcopal marca los contenidos de estas asignaturas de forma doctrinal y el profesorado es asignado por el obispo sin oposiciones ni nada».
Este vecino ripense de 67 años destaca otros beneficios: «No pagan el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) de sus edificios, ya sean de culto o no, tampoco las licencias de obra, ni el impuesto de sociedades. Los miembros de la iglesia sí pagan el IRPF y cotizan a la Seguridad Social, aunque ese dinero sale de los presupuestos generales del Estado a través de los contribuyentes que marcan la ‘X’ en la asignación tributaria a favor de la Iglesia Católica».
Fernando Arias añade otro privilegio más que se derogó hace tan sólo año y medio, pero cuyos efectos no son retroactivos. «Cualquier persona que quiera registrar por primera vez una propiedad debe aportar un documento que lo acredite. A este acto se le llama inmatricular. Sin embargo, gracias a una ley de 1946, ratificada en un decreto de 1998, ya en democracia, la Iglesia Católica actuaba como fedataria pública y sólo necesitaba presentar un documento del obispo diciendo que esa propiedad era suya. Así se ha apropiado de miles y miles de inmuebles en toda España. El caso más flagrante es el de la Mezquita de Córdoba: no estaba registrada y, con una simple certificación del obispo, la Iglesia la hizo suya en 2006», denuncia.
NO MARCAR LA ‘X’ EN LA RENTA
Una de las principales acciones de la Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid se desarrolla durante la campaña de la renta en abril. «Las personas que formamos parte de este movimiento llevamos diez años reclamando que las casillas del IRPF desaparezcan. Creemos que no se debe marcar con la ‘X’ ni la casilla de la Iglesia Católica ni tampoco la de Fines Sociales», aseguran desde esta plataforma local.
Sus razones son las siguientes: «Estas organizaciones deben autofinanciarse con las aportaciones de sus feligreses o de sus socios, no con el dinero de todos los españoles. El 0,7 por ciento que se aporta se resta de lo que cada uno tenga que pagar a Hacienda. Se detrae de los presupuestos generales y eso no puede ser. Podríamos tomar el ejemplo de Alemania, donde a la persona que quiera aportar un tanto por ciento a alguna organización religiosa se le añade esa cantidad a lo que ya tiene que pagar al erario público».
SEMANA LAICISTA
Durante el año también realizan actividades como la tradicional Semana Laicista de Rivas con actos, conferencias y coloquios, y los Talleres de Laicismo que desarrollan desde hace cinco años en los institutos de enseñanza secundaria de Rivas. «Este curso se lo hemos ofrecido a los cinco y se han apuntado dos: el Duque de Rivas y el Profesor Julio Pérez», comentan.
Rivas pertenece desde hace dos años a la Red de Municipios por un Estado Laico y se ha elaborado un reglamento, pendiente de pasar por el Pleno, que establece la separación entre las instituciones municipales y las iglesias.
«Incluye, por ejemplo, que los edificios municipales no muestren símbolos religiosos ni ideológicos de ningún tipo, que no se pueda ceder suelo público para construir colegios concertados, que no se otorguen subvenciones locales a ninguna organización sólo por el hecho de ser religiosa y que los cargos públicos no asistan como tales a ninguna ceremonia de ninguna confesión», dice Fernando Arias.·
