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Texto: Patricia Campelo Fotos: Luis García Craus
Todo comienza a finales del curso. En junio llega el momento de solicitar plaza para batirse en el duelo de los ranking municipales de pádel y de tenis, organizados por la Concejalía de Deporte del Ayuntamiento ripense. Se trata de una competición que se realiza desde hace 15 años, en el caso del tenis y de 13 en pádel, y que reúne cada semana a aficionados de la raqueta. El polideportivo Parque del Sureste acoge a las 60 parejas que luchan por conseguir la hegemonía ripense de pádel.
Se dividen en grupos de seis [de la A a I] que juegan una liguilla que resuelve, al final de la misma, quien asciende y quien se va al furgón de cola. Después de cada partido, son los propios jugadores quienes envían los resultados a través de un acta on line.
La temporada que viene presenta como novedad la ampliación del espacio donde jugar, sumándose las pistas semicubiertas del polideportivo Cerro del Telégrafo, así como un cambio en el sistema de ascensos y descensos: subirán las dos primeras parejas al grupo superior y descenderán las dos últimas al grupo inferior.
El tenis sigue el mismo sistema: partidos durante la semana y comunicación on line de los resultados. Esta disciplina liguera también regresará con novedades la próxima temporada: aumenta el número de plazas, de 64 tenistas a 72, y de ocho grupos a nueve.
Así, todo queda organizado para garantizar la diversión y la competición a partes iguales. Precisamente, el aspecto lúdico y social es uno de los que más resaltan los participantes de estas ligas, antes que el competitivo.
«Al final, los grupos de arriba, el A, B, y a veces el C, solemos ser siempre las mismas ocho o diez parejas que vamos subiendo y bajando de nivel, por lo que nos conocemos y quedamos fuera del ranking, incluso para jugar alguna pachanguilla fuera de competición», explica Alejandro González, ingeniero de telecomunicaciones de 35 años y jugador del ranking de pádel desde hace seis años. Uno de los alicientes de esta competición liguera tiene que ver con el hecho de que todos los participantes juegan lo mismo, con independencia de su nivel, ya que las distintas capacidades de los participantes acaban ordenándose. «Te vas clasificando y siempre estás jugando», apunta Alejandro, ganador de la liga este año.
«El ranking son varias rondas y, al final, los que han sido mejores pasan a un nivel más difícil y los que han quedado peor pasan a otro más fácil. Ésa es la gracia del ranking, que se va ajustando; según pasan los meses juegas con parejas de tu nivel, y así no te aburres y todos aprenden a jugar mejor», resume.
Otro aspecto del juego en competición aficionada tiene que ver con el perfeccionamiento. «Hay varias rondas al año, y tienes que jugar en ciertas fechas, por lo que te aseguras cierta regularidad, algo que también ayuda a que vayas progresando, jugando mejor, aprendiendo y adquiriendo nivel», asegura Alejandro.
«Te obligas más a jugar. Aquí tienes que llevar una rutina y jugar una serie de partidos», confiesa Loli Otero, jugadora del ranking de pádel con su compañero José García Manso. El factor de la competitividad frente al juego fuera de la liga es otro rasgo que evidencian los jugadores. «Sobre todo en las ultimas fases, el saber que estás compitiendo por algo, si serás o no el ganador es el aliciente que da la sal a los partidos. Adaptarte a los rivales lo vuelve más divertido», señala Alejandro. «¿En el ranking?, la amistad que se puede llegar a hacer con distintos jugadores», resuelve Alan López (28 años), ganador de la liga municipal de tenis.
«En los grupos del ranking somos casi siempre los mismos y hay muy buen rollo. Ahora en verano organizamos un torneo nosotros por nuestra cuenta, salimos luego de cañas y, en general, hay muy buen ambiente», subraya Alan, que juega compitiendo desde hace cinco temporadas.
MUJERES
La asignatura pendiente de los rankings de pádel y tenis es el fomento de la incorporación de mujeres. Pese a ser una competición mixta, en el caso del pádel Loli es la única mujer que participa. En el tenis ninguna.
«Los hombres tienen mas fuerza pero nosotras potenciamos otras cosas como colocar más la pelota. Lo que ganas jugando con ellos es rapidez, juegan muy deprisa, y al final no te queda mas remedio porque, si no, no llegas», detalla Loli, que juega relajada, sin la presión del triunfo. «Me gusta ganar pero es otro concepto, siempre salgo igual de contenta. Con pasar un buen rato y saber que me he defendido bien¿ Sí que es cierto que verse mal da rabia, pero en general los hombres lo llevan peor, de otra manera; aunque hay de todo», razona.
GANAR O PERDER, Y DIVERTIRSE
«En un partido hay momentos en que la pelota golpea con el borde de la red, y durante una fracción de segundo puede seguir hacía delante o hacía detrás. Con un poco de suerte sigue hacía delante y ganas, o no lo hace y pierdes», recitaba la voz en off de la película de Woody Allen ‘Match Point’. En el ranking, además de eso, se abre un espacio para la diversión y para la amistad.