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La Ordenanza de tenencia y protección de animales domésticos y de compañía está en vigor desde el 21 de mayo, tras su publicación en el BOCM (Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid).
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Texto: Patricia Campelo
A Botxo lo hallaron con sus hermanos recién nacidos de una camada callejera en las cercanías del barrio de la Luna. Residentes de este joven desarrollo de la ciudad, junto con la protectora ripense Rivanimal, se los quedaron mientras localizaban familias que pudieran adoptarlos. Después de dos años, el pequeño mestizo Botxo fue a parar a casa de Beatriz Escolar y Montse Rodríguez, hija y madre, vecinas sensibilizadas con el mundo animal.
«Yo siempre quise tener perro, y mi madre me dijo que los sábados estaban en el H2O los perritos de Rivanimal, así que fui una mañana a verlos. Como quería uno pequeño, me dijeron que entrara en la web, ya que los de menor tamaño los abandonan menos. Eso hice, y cuando vi a Botxo pensé ‘es para mí'», relata Beatriz, de 18 años.
«Da mucho trabajo pero también mucha satisfacción», subraya Montse mientras el pequeño can corretea por el parque Lineal jugando con el resto de perros convocados a la sesión de fotos para este reportaje de ‘RD’. Precisamente, esta es una de las prácticas que posibilita, bajo una serie de condiciones, la nueva ordenanza ripense de protección y tenencia de animales domésticos y de compañía, una normativa de las más avanzadas del país en este ámbito.
El texto comprende medidas encaminadas hacia la sensibilización y respeto a los animales así como hacia la mejora de la convivencia en la ciudad de Rivas, en la que hay más 10.200 perros identificados en el registro de la Comunidad de Madrid, de ellos, unos 6.000 censados directamente en Rivas.
Diferentes agentes sociales como la protectora Rivanimal, veterinarios como el ripense Carlos Rodríguez y organizaciones vinculadas al mundo animal han colaborado en la ordenanza, un trabajo coordinado y dirigido por el personal técnico de la Concejalía de Salud.
Algunos de sus puntos más relevantes tienen que ver con la prohibición en el término municipal de los circos que utilicen animales para sus espectáculos y la exhibición de perros, gatos y demás animales domésticos en los escaparates de las tiendas de mascotas.
Asimismo se contempla la posibilidad de acceso por parte de algunos animales pequeños a zonas de ocio, se prohíben los concursos donde participen mascotas con mutilaciones por razones estéticas y se promueve la creación de la Oficina Municipal de Protección Animal, para vigilar el cumplimiento de la normativa, y del Observatorio Municipal de Protección Animal, como órgano de participación social y de consulta.
«A este le encanta ir suelto, pero es tan chiquitín¿ me da miedo por los perros grandes», titubea Montse interrogada sobre la posibilidad de pasear con Botxo sin correa. «Es importante que los propietarios y tenedores de perros sean responsables en todo momento», solventa Pilar Herráez, presidenta en funciones de Rivanimal.
«Es positivo que los perros puedan pasear sueltos por un parque pero siempre que estén educados y que los dueños sean responsables de ellos. Hay personas a las que les pueden dar miedo, o niños que se asusten al verles correr. Tiene que haber una armonía y convivencia entre todos», defiende Pilar, a la vez que califica la nueva ordenanza como «pionera» y «muy bien estructurada». «Se ha trabajado mucho para conseguirla», remacha.
Precisamente, esta normativa municipal promueve, como uno de sus principales objetivos, «fomentar el respeto hacia los animales, la naturaleza y los espacios públicos y de convivencia». Otro de los puntos en los que se incide es el relativo a la promoción de una «tenencia responsable de mascotas, reiterando la imperiosa necesidad de dispensar un buen trato a los animales, reconociendo sus particularidades y necesidades».
«No es fácil tener un perro, y debe ser fruto de una decisión muy pensada, nunca por libre albedrío y jamás debe ser un regalo para un niño. Debes ocuparte de él durante toda su vida, con cuidados específicos y necesidades. Si no se hace así, ese animal puede tener problemas», afirma Pilar. «Si a un niño lo educas bien, tendrás a un adulto responsable y buena persona. Y si a un cachorro lo educas bien, tendrás un perro educado y una familia feliz, un entorno feliz y, por tanto, un municipio feliz», ejemplifica la presidenta de Rivanimal.
En definitiva, contar con una mascota implica aceptar una enorme «responsabilidad» y «compromiso», pero también múltiples satisfacciones. Lo saben bien Paloma Fernández (42 años) y Carlos Otto (39 años), ‘madre’ y ‘padre’ de dos elegantes galgos, Luca y Dani. «Empezamos siendo casa de acogida y, después, los acabamos adoptando», explica Paloma mientras acaricia a sus perros, uno de ellos blanco salpicado de manchas y otro marrón, ambos ataviados con cuellos de lana, «les vienen muy bien porque apenas tienen carne en la zona del cuello y se enfrían con facilidad», aclara su propietaria.
«Son muy tranquilos y en casa ni se mueven, pero necesitan pasear mucho» indica. Hasta cinco veces salen a la calle estos galgos, y sus dueños agradecen poder llevarlos alguna vez sin correa. «Se relacionan de otra manera si van sueltos, pero tienes que soltarlo si sabes que no va a provocar ningún lío, hay que ser cívico», insiste Paloma.
CONDICIONES
En aras de la buena convivencia de animales y personas, la ordenanza observa una serie de condiciones a la hora de aplicar esta particularidad de pasear perros sin correas. En ese sentido, «se prestará especial atención a la obligación de recoger las excretas que depositen los animales», reza el texto de la ordenanza.
Asimismo, los canes podrán pasear libremente por zonas catalogadas como parques públicos municipales siempre y cuando no haya personas en las inmediaciones, especialmente niños y niñas, y no se permitirá la entrada de los mismos en zonas de juegos infantiles. Los perros calificados como potencialmente peligrosos deberán ir siempre atados. Además, el horario de estos paseos estará restringido, de octubre a marzo de 19.00 a 8.30 y de abril a septiembre de 21.00 a 8.30. El Ayuntamiento ripense se compromete a señalizar con carteles los parques públicos informado de las condiciones que deben cumplir las personas propietarias para poder soltar libremente a sus animales.
«Es importante subrayar que esta nueva posibilidad que permite la ordenanza no es de aplicación a los perros catalogados como peligrosos, los cuales deberán ir atados y con bozal», puntualiza la concejala de Salud, Mª Paz Parrilla. En ese sentido, se establecerán restricciones en caso de canes que hubieran protagonizado incidentes por agresividad contra personas o animales, o posean cualquier otra característica que lo vuelvan difícilmente controlable.
«Se trata de un texto muy trabajado por el personal de la Concejalía de Salud, en el que además han intervenido los agentes sociales, Policía Local y otros departamentos municipales como Régimen Sancionador con el objetivo de lograr una tenencia responsable que haga posible una convivencia pacífica y saludable para toda la ciudadanía», aclara Parrilla.
Los ayuntamientos de las ciudades de San Sebastián y de Aranda del Duero ya se han interesado por la normativa. Además, Inforcirco, la coalición de entidades de protección de los animales y la fauna salvaje ANDA, Animanaturalis, Born Free Foundation y FAADA que buscan poner fin al uso de animales en actuaciones circenses, ha saludado positivamente la ordenanza y ha facilitado al Ayuntamiento ripense el sello de ‘Localidad Libre de Circos con Animales’.
CENTRO DE ACOGIDA LOS CANTILES
En Rivas funciona desde hace casi una década el centro municipal de recogida de animales Los Cantiles, un lugar preparado para acoger animales abandonados y donde permanecen hasta que son adoptados. Hasta este centro acudió Susana Fernández con su familia, tras un tiempo valorando la opción de adoptar un perro.
En Los Cantiles conocieron a Barbas, que llevaba dos años esperando su oportunidad, y la familia ripense se «enamoró» al momento. El mismo día volvieron a Los Cantiles con sus dos hijos pequeños y adoptaron a Barbas, que tenía por entonces cuatro de años de edad. «El perro les fue entregado en perfecto estado de salud, vacunado contra la rabia, desparasitado y correctamente identificado.
Además enseñamos a la familia los cuidados básicos del animal así como nociones de educación canina», explican desde Los Cantiles. El personal de este centro se encuentra a disposición de las familias adoptantes para tratar cualquier incidencia que pudiera surgir.
«Desde que Barbas llegó a casa, hace ya más de seis años, ha sido uno más de la familia y es conocido en la urbanización por su carácter juguetón y afable», confiesa Susana. Los Cantiles cuenta con personas voluntarias que acuden cada día a pasear y a socializar a los perros y gatos y, además, desde hace dos cursos, se lleva a cabo un programa de intervención con personas con diversidad funcional.
Se trata de personas usuarias de la fundación Manantial que trabajan desde el punto de vista de la integración interactuando con los animales. Además de la necesidad de contar con estos centros de recogida, el veterinario ripense Carlos Rodríguez (Mascoteros, en avenida de la Técnica, 19) apunta a la urgencia de concienciar, educar y sensibilizar para evitar el abandono.
«La protección animal, en una ciudad, es algo amplio y pasa por concienciar a la gente, por la formación en los colegios. A veces nos olvidamos de algo tan básico como educar a niños y niñas sobre los animales», reivindica, al tiempo que propone una «labor formativa» como un paso a medio y largo plazo.
En esta línea, la Concejalía de Salud, dentro de su compromiso por promover una tenencia responsable en Rivas, imparte desde hace dos cursos escolares talleres en los centros de educación primaria que así lo solicitan. Se llega a más de 200 estudiantes de 4º de primaria, entre los que se promueven valores de amor, respeto a los animales y convivencia.
En relación a la nueva ordenanza municipal sobre animales, que sustituye la norma anterior, del año 2000, Carlos Rodríguez aplaude el «interés» manifestado, aunque emplaza los resultados a la posterior «evolución» y «aplicación» de la misma. «Ninguna norma sale perfecta hasta que se implementa en la sociedad y se valida lo efectiva que puede llegar a ser. Pero lo principal es el interés hacia un tema que a veces se olvida», reconoce.
«El calado es importante, y Rivas tiene las condiciones como ciudad para que haya un gran ambiente de respeto hacia los animales», opina. Además de la clínica, Carlos lleva una protectora con la que da apoyo a los colectivos ripenses animalistas. A mediados del pasado mes, se reunió con Rivanimal para organizar acciones que incidan en la concienciación de la ciudadanía.
«La información y la educación debe llegar a la población de manera lúdica y divertida, sin molestar, y tenemos que darnos cuenta que los animales son seres vivos que hay que respetar. Si no sentimos eso como población, algo está fallando», concluye Carlos.
En Rivas, sin embargo, parece, a juicio de las personas expertas, que se aprueba en cuanto a nivel de sensibilización hacia el mundo animal. Las características de la población (81.000 habitantes) en la que predominan familias jóvenes, viviendas residenciales y zonas verdes ¿el municipio se adentra en el parque regional del Sureste- la vuelven propicia a la tenencia de animales. «Hay poca casuística de abandono en el término municipal», constata Pilar Herráez.
NO SÓLO PERROS
Además de los canes, otros animales adquieren protagonismo en la nueva ordenanza. En el caso de los gatos ¿en Rivas, hay registrados 1.922-, el texto contempla la posibilidad de crear colonias felinas autorizadas y controladas por el Ayuntamiento en colaboración con las asociaciones de protección animal.
Irene González, de 33 años, es propietaria de tres gatos y, además, de dos hámster y dos tortugas. Todos sus felinos son adoptados. «Dos son de camadas callejeras y la otra nació en la calle, al lado de casa, tuvo que venir el Seprona, y luego me quedé con ella», detalla Irene, madre de dos hijas de 8 y 5 años, y vecina del Casco Antiguo. Con sus mascotas cumple todas las responsabilidades: los tiene esterilizados, desparasitados, vacunados e identificados. Suele acudir unas tres veces al año al veterinario.
Amante de los animales, Irene acepta en buen grado las medidas que afectan a los canes, como pasear sueltos, «me parece bien el horario, y es justo para ellos que puedan correr en libertad», y las que tienen que ver con el resto de la comunidad animal como la prohibición de los escaparates, «los niños golpean el cristal y los animales se estresan mucho», identifica.
Respecto a la convivencia en la calle, Irene reconoce no haber vivido grandes percances. «En general, la convivencia es buena en Rivas. Alguna excreta sí te encuentras alguna vez por la calle. Hay que recogerlas siempre», recuerda.
MEJOR, ADOPTAR
Paco y Elena Tejero, padre e hija, forman parte de una familia amante de los animales que pone su casa a disposición de canes que necesiten un hogar de acogida hasta lograr la adopción definitiva. En el momento de la entrevista, muestran a Iris, una podenco con muchos problemas que no se fía de las personas.
«Trabajamos con ella para que vaya confiando. Desconfía mucho de la gente y, poco a poco, la hacemos pasear con otra gente, que le den ‘chuches’,¿ y así algo va mejorando», explica Paco.
«No sabemos qué le pudo pasar a esta perra», lamenta sobre su incierto pasado. Además de Iris, la familia Tejero tiene a Gaya, una perra mestiza que adoptaron hace un año. «Siempre adoptados», subraya Elena. «Te dan más cariño y hay muchos perros que lo necesitan», recuerda.