- Contenido incluido en la revista ‘Rivas al Día’ de diciembre 2014.
Reportaje: Irene Piedrabuena. Fotografía: Luis García Craus.
La Universidad Popular (UP) nació hace tres décadas para acercar la enseñanza y el arte a la recién configurada ciudadanía ripense. En la actualidad, se imparten más de 40 talleres por los que pasan más de mil vecinas y vecinos cada curso.
María José Martín lleva 30 años ligada a la UP, desde que ésta nació. «Yo era alumna de las clases de graduado que se impartían cuando la gente solicitó que se impartieran cursos de corte y confección», explica esta ripense. «Tenía formación en costura, así que empecé a dar clase a un grupo pequeño de cinco o seis personas. Ahora tengo a más de 15 alumnos en cada grupo. Y la gente joven cada vez se interesa más», cuenta.
El origen de la UP coincide con el pico de crecimiento demográfico que experimentó Rivas entre 1983 y 1984. En ese año, la población pasó de 821 a 2.948 personas gracias a la llegada de los cooperativistas a los nuevos barrios de Covibar y Pablo Iglesias. «En ese momento, la UP surgió para acercar la cultura y la enseñanza a los niveles menos cualificados: personas sin estudios o con menos recursos», explica Pilar Herrera, actual jefa del departamento de Cultura del Consistorio, que durante 10 años enseñó bachillerato a distancia y graduado escolar.
«Después impartí clases de alfabetización: tanto a españoles como a personas inmigrantes que eran analfabetos en su propio idioma», recuerda.
Al principio, la UP tenía un carácter itinerante: se desplazaba a los núcleos más poblados para transmitir sus enseñanzas en manualidades, yoga, informática, pintura, alfarería, cerámica, graduado escolar, alfabetización y bachillerato a distancia.
«Rivas estaba creciendo muchísimo y queríamos que todas las zonas tuvieran las mismas posibilidades», añade María José Martín. Actualmente se ubica en el centro cultural García Lorca.Flor del Valle, profesora de yoga desde hace 29 años, rememora los inicios: «La idea era llevar la cultura a todas las personas en un pueblo en pleno crecimiento. Los sueños se realizan con tesón, imaginación y actitud. Y eso era la UP: mucha ilusión por evolucionar», anota.
El origen de la UP coincide con el pico de crecimiento que experimentó Rivas entre 1983 y 1984
«Los ripenses han hecho un vergel de un desierto, y la UP ha estado siempre ligada a esta particularidad de la ciudadanía ripense», asegura quien ha transmitido la enseñanza del yoga a cientos de ripenses. La oferta de la institución docente aumentó con el crecimiento urbanístico. A partir de 1985, dicho incremento fue homogéneo: entre 1.000 y 4.000 vecinos nuevos cada año hasta 2012.
«Este proyecto ha evolucionado siempre adaptándose a los cambios demográficos y culturales de la localidad», dice Raimundo de Pablos, otro de los profesores más veteranos de la UP: enseña pintura desde 1991. Una de sus alumnas, Loli Fernández, aporta su vivencia al archivo de recuerdos. «Empecé hace 12 años haciendo manualidades. Entonces dábamos clase en unos barracones. Después me pasé a la pintura y, desde entonces, he sido una alumna fiel», relata.
Loli comparte caballete con algún que otro vecino que también acumula más de una década en las clases de Raimundo. «Hemos pintado con acuarela, acrílico, pastel, óleo y sobre distintos formatos. El tema lo escogemos nosotros y Raimundo nos guía», describe.
«La UP me ha abierto la visión artística, me ha aportado muchos conocimientos pictóricos», se sincera una alumna de pintura
«La UP me ha abierto la visión artística que tenía, me ha aportado muchos conocimientos pictóricos», se sincera.Sol Garabayo es otra testigo de los inicios de esta institución: «Me apunté a yoga con nueve años. En ese momento íbamos a clase en el gimnasio del cole. Luego lo dejé. Y hace tres temporadas he vuelto a dar yoga con Flor, pero de manera intermitente. Mi madre y varios vecinos sí que van a sus clases desde hace una década». «Las clases son muy amenas», prosigue, «porque se introducen variantes como danzas del mundo o psicomotricidad. A mí me ha enseñado a controlar el estrés, la respiración y la calma dentro del caos», asegura. «El Federico García Lorca se ha convertido en un centro de encuentro entre vecinos», concluye.
La UP ha migrado su carácter itinerante por una ubicación fija: el centro cultural García Lorca. En el curso 2014-2015 se ofertan 43 talleres anuales, además de cursos estacionales divididos en trimestres. Pero en enero se añade una novedad: la UP impartirá cinco talleres nuevos en el barrio de La Luna, en el centro educativo Hipatia, descentralizando así su oferta (ver ‘Rivas Cultural’). «El centro García Lorca simboliza la unión vecinal. La gente vive separada y en el Lorca se relacionan entre ellos. Dentro de este marco, la UP trata de acercar la cultura a través del ocio», asegura Pilar Herrera.
DIVERSIDAD TEMÁTICA
Más de 1.000 ripenses pasan cada temporada por sus talleres para aprender idiomas, fotografía, encuadernación, costura, danza del vientre o historia del arte. «La formación a cualquier nivel es imprescindible», comenta el alumno de corte y confección Jesús Meneses. Este ripense, de 33 años, es profesor de vestuario en la escuela municipal de Arte Dramático de Madrid y asiste a las clases que imparte María José para perfeccionar su técnica y progresar cada semana.
Más de 1000 participantes pasas por los talleres de la UP para aprender idiomas
«La UP me ha sido de gran utilidad. Gracias a lo que aprendo, voy a mis clases más seguro, relajado y cómodo con los alumnos», revela. «Este año, estoy realizando con mis alumnos el vestuario para un montaje griego, ‘La asamblea de mujeres», relata quien ganó el año pasado el premio al mejor vestuario en el Festival de Teatro La Antigua Mina por su trabajo en la obra ‘El perro del hortelano’ .
En las clases de corte y confección se enseña a coser a mano y a máquina, a hacer patronaje, diseñar, además del corte y confección. «A lo largo de estos años hemos confeccionado una colección de trajes de época: desde el primer ropaje que se recuerda de la historia, que hemos reproducido con algodón y pieles, hasta trajes de fiesta actuales, pasando por Grecia, Egipto o el Barroco», cuenta María José.
EXPOSICIÓN FIN DE CURSO
La muestra de los trabajos que se realizan en la Universidad Popular se expone al final del curso en el centro cultural Federico García Lorca. Se trata de una buena ocasión para contemplar las creaciones y aprendizajes del alumnado. «Cada una de las personas que han pasado por la UP ha aportado riqueza y belleza, porque esta localidad es bella tanto en su continente como en su contenido», remata la profesora de yoga, Flor del Valle.