Texto: Nacho Abad Andújar / Fotos: Horacio Díez
Un baño de sensaciones, dicen sus responsables. Un pequeño paraíso de agua, apuntan algunos usuarios. El SPA público (ver vídeo) del polideportivo municipal Parque del Sureste ha reabierto sus puertas tras someterse, durante cinco meses, a una profunda remodelación. «A mí, el SPA me recuerda a la época de los romanos, un lugar para relajarse del que sales con energía nueva. Es un espacio agradable en el que te olvidas de la vida cotidiana». Lo dice José María Altés, funcionario de 45 años que trabaja como educador social.
Él y su mujer, Paz Rodríguez, de 46 años y asesora familiar, se despojan del abornoz y ya en bañador se disponen a iniciar, una mañana de jueves, el circuito básico del SPA, que dura 50 minutos [el uso de gorro es obligatorio]. Es algo a lo que tienen derecho, de manera gratuita y dos veces al mes, por disponer del Abono Deporte [la tarjeta que expide el Ayuntamiento y con la que se obtienen importantes descuentos en el uso de instalaciones y servicios deportivos municipales].
La pareja vive en Rivas desde 2007. «Somos asiduos al SPA. Hoy hemos aprovechado un día de ‘asuntos propios’ de José María para disfrutar de nuestro tiempo y relajarnos un rato», explica Paz, con problemas en las cervicales: «Venir me ayuda a relajar las contracturas. Pero, además de lo físico, está lo mental. Aquí cortas con los problemas y te vas renovada». «No recomiendo a la gente que venga, que luego se llena», bromea antes de meterse en la piscina hidrotermal, la gran novedad tras la reapertura.
«A mí, el SPA me recuerda a la época de los romanos, un lugar para relajarse del que sales con energía nueva. Un espacio agradable»
«El vaso de hidroterapia es la principal mejora. Antes había dos jacuzzi. Los hemos sustituido por esta piscina que dispone de varios puestos diseñados para trabajar sobre cada una de las zonas corporales», explica Estefanía Valero, coordinadora del servicio médico deportivo que gestiona el SPA.
La nueva instalación, a una temperatura ambiente de 35 grados, se divide en tres zonas: una primera de agua [la mencionada piscina hidrotermal], una segunda seca pero húmeda [sauna y baño turco] y una tercera con duchas bitérmicas [gracias al contraste de frío y calor relajan y activan la circulación] y sala de relajación con música e hidratación [bebidas].
Al margen de este circuito básico, existe una sala con ducha vichy [masaje de relación sobre cama y bajo el agua que cae], el chorro yet [agua a presión sobre el cuerpo que aporta relajación muscular y funciona como tratamiento anticelulítico], sala de rayos uva [una cabina cuyo uso es de cinco a seis minutos] y sala de estética [depilación láser y de cera, manicura, pedicura y tratamientos corporales y de higiene].
La auxiliar de la instalación, Brenda Tebar, se dispone a ofrecer la explicación inicial a los usuarios que ahora empiezan el circuito: cada 20 minutos ingresa un grupo nuevo de seis usuarios para evitar saturaciones. Antes de sumergirse en la cubeta, recomienda transitar por el pediluvio: un pasillo cubierto con un lecho de piedrecitas y de cuyas paredes se proyectan chorritos de agua que ayudan a mejorar la circulación sanguínea de las piernas.
«Venir me ayuda a relajar las contracturas. Pero además de lo físico está lo mental. Aquí cortas con los problemas y te vas renovada»
Y luego, sí, la gran novedad: el vaso de hidroterapia, a una temperatura de 35-36 grados: «Todos los elementos de la piscina se accionan con un pulsador. Cada puesto tiene una duración de dos minutos. Tenéis camas de agua, columnas de hidromasaje, asientos con chorro y una pequeña poza con agua fría [18-20 grados] para hacer el contraste de temperatura», indica la trabajadora.
«Es lo que más me gusta, la piscina grande. Me puedo mover en ella. Y me sienta bien, aunque los escalones para acceder me parecen un poco elevados para gente mayor como yo», dice Daniela Martínez, de 75 años y ripense desde hace siete. Ella, como su marido José Durán, de su misma edad, están apuntados a las clases municipales de gimnasia de mantenimiento y natación. Y como la pareja anterior, son titulares del Abono Deporte. «Venimos porque nos hace muy bien, y como se incluye en el abono, aprovechamos los dos usos mensuales a que tenemos derecho [uno por quincena]», añade él.
INAUGURADO EN 2002
El SPA ripense se inauguró el mismo año que el polideportivo donde se ubica, en 2002. Entonces, Rivas se convirtió en una de las primeras ciudades españolas en incorporar un SPA público a una instalación municipal. «Lo que entonces se antojaba un privilegio para una parte de la sociedad, Rivas lo convirtió en un servicio público y de acceso generalizado que ahora hemos remodelado porque era necesario: algunos de sus elementos habían llegado al final de su vida útil», explica la concejala de Deportes, Yaiza García.
«Está muy bien que servicios como éste los pueda disfrutar todo tipo de gente», corrobora José María Altés, el educador social, aunque plantea el dilema de, si en tiempos de crisis, se debe priorizar la inversión pública en un SPA frente a otros servicios municipales.
El SPA se inauguró en 2002. Rivas se convirtió en una de las primeras ciudades en incorporar un SPA público a una instalación municipal
«Me parece muy bien que sea público, así tiene acceso todo el mundo y no sólo los ricos», comenta Daniela Martínez. Doce años después, los precios siguen siendo asequibles, y más baratos que la oferta privada, según la coordinadora del centro. El circuito más básico (piscina+sauna+baño turco) cuesta a los no abonados 12 euros (9,60 con Abono Deporte). Un bono de cinco sesiones sale por 46 euros (36,8 abonados) y 82 si es de 10 (65,6 para abonados), lo que supone importantes descuentos. La tarifa más costosa por un solo uso es de 40 euros (36,8 para abonados): circuito básico+masaje relajante general o circuito básico+masaje parcial+parafango.
«Yo ya conocía el SPA antes de la remodelación. Pero esta mañana es la primera vez que vengo tras las obras», cuenta Enrique del Barrio, funcionario de 39 años y vecino desde hace siete. «Es mi primer día y me está convenciendo. Me gustan los cambios, especialmente la cascada de hidromasaje, que viene bien para la espalda, y la cuba de agua fría. Las instalaciones han mejorado. El ambiente es agradable», describe. ¿Lo recomendaría? «Sí. Me ha sorprendido muy gratamente», responde antes de abrir la puerta del baño turco, una sala a 40 grados de cuyo interior brota un vaho resplandeciente.
«El baño turco desprende un calor más húmedo que la sauna, pues trabajamos con vapor. La sauna, un ambiente más seco, se encuentra a 90 grados, pero ambas estaciones cumplen funciones similares: producir sudoración para eliminar toxinas», relata Estefanía Valero. Los carteles recomiendan no permanecer en ambas más de 15 minutos. «Si alguien tiene problemas para aguantar, disponemos de una ducha fría para aliviarse [situada entre ambas dependencias]», prosigue la coordinadora del SPA.
A quien se la ve realmente disfrutando es a Estrella Martín, informática de 46 años, vecina desde hace 13, y tumbada sobre la camilla de una de las nuevas estaciones: la ducha vichy. «Me siento en la gloria», confiesa. La auxiliar del SPA masajea su espalda mientras el agua le cae suavemente desde una ducha horizontal que la cubre de la cabeza a los pies.
«Me gustan los cambios, especialmente la cascada de hidromasaje, que viene bien para la espalda, y la cuba de agua fría»
«El masaje dura 30 minutos. Boca arriba y boca abajo. Ayuda a ‘vasodilatar’ y alcanzar un gran nivel de relajación», asegura Brenda Tebar. Estrella procura venir cada 15 días: «El SPA me gusta más ahora que antes. Lo han dejado muy moderno. Se lo recomiendo a todo el mundo. Es un lujo que un polideportivo municipal disponga de este servicio. Cuando se lo comento a la gente, no se lo cree».
El circuito básico concluye en la sala de relax. Cuando se realizaba este reportaje aún faltaban por rematar algunos detalles. Se trata de una estación que implica un cambio de temperatura [25 grados]. «Una luz tenue, la música y un servicio de bebidas [té e infusiones] para hidratarse devolverán al usuario al principio. Aquí se termina todo después de 50 minutos de placer», señala Estefanía Valero.
PARAÍSO DE AGUA
Una usuaria que ha completado el circuito y se dirige ya a los vestuarios no puede evitar lanzar una mirada a la piscina hidrotermal, donde hace casi una hora empezó todo para ella. Sumergida en el azul de la pileta, tres mujeres disfrutan de la cama de agua, la columna de hidromasaje y el asiento con chorro. Agua y salud. Un baño de sensaciones. Un pequeño paraíso de agua.
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SPA DEL POLIDEPORTIVO PARQUE DEL SURESTE. Calle del Mirador, s/n. Lunes a viernes, de 10.00 a 13.00 y de 15.00 a 21.00. Sábados, de 10.00 a 13.00.