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Reportaje incluido en la revista municipal ‘Rivas al Día’ de julio-agosto
Texto: Patricia Campelo
En los casi doce meses transcurridos desde su formación, la Asociación de Cuidadores de Enfermos de Alzheimer en Rivas [ACEAR] puede contar con pequeñas batallas libradas contra esta enfermedad degenerativa.
Esas victorias se refieren al número de socios logrados para ofrecer su apoyo: de los cuatro iniciales han alcanzado los 50; y a los espacios logrados para atender a las personas que demandan su ayuda: un local en la Casa de Asociaciones, donde atienden por las mañanas, y otro en Covibar, para seguir con su actividad por la tarde.
Además, un taller con las personas que cuidan, y otro de terapia para víctimas de Alzheimer completan el abanico de logros trabajados por ACEAR en el último año.
«Con los cuidadores hacemos terapia de descargas para superar la mala situación que afrontan cada día; además, también les sirve para compartir experiencias y conocer situaciones de cuidadores que tienen personas en diferentes grados de la enfermedad», aclara Carlos Duarte, presidente de la entidad.
Los ejercicios que realizan con los afectados tratan de mantener por más tiempo la memoria, y consisten en pequeñas actividades manuales, juegos y canciones, entre otras herramientas. «Pierden la memoria cercana, así que trabajamos el recuerdo más inmediato», señala Duarte, psicólogo de profesión.
A pesar de los logros recabados en estos primeros meses de andadura, los miembros de ACEAR son conscientes de la importancia de darse a conocer para reunir más apoyos.
«Es una enfermedad muy complicada; te cambia la vida», asegura una cuidadora
Con ese objetivo instalaron un itinerario en la pasada fiesta de la Casa de Asociaciones que mostraba el día a día de la persona enferma y de quien la cuida. «Allí les explicamos quiénes somos y lo que hacemos», indica Duarte. «Cualquier persona puede colaborar con nosotros», subraya.
Buena parte de los integrantes de ACEAR son familiares directos de víctimas de una enfermedad que en España cuenta con cerca de 600.000 casos diagnosticados. Por ello, la asociación pone el foco en la persona que acompaña a quien padece el trastorno.
Marisa cuida de su madre, de 80 años, desde que se la trajo a vivir con ella a Rivas para hacer frente juntas a la enfermedad. «Hace tres años comenzó con los olvidos normales, y el pasado octubre le diagnosticaron Alzheimer», relata. A pesar de los fármacos, la enfermedad sigue su curso.
ACEAR atiende al público desde la Casa de Asociaciones y en un local de Covibar
«En octubre le toca revisión, pero va a peor; creo que hacen de conejillos de indias», denuncia Marisa. «Esto es muy complicado, y te cambia la vida». «Es una enfermedad muy triste».
Las reuniones ofrecen terapia a los cuidadores, así como información útil sobre la dolencia. «Te enseñan a vivirlo de otra manera; ves que a los demás les pasan las mismas cosas que a tí», explica Marisa.
Cida Gómez, de 79 años, cuida de su marido Vidal, de 81, y es una de las pioneras de la asociación. «Tras participar en un taller, un grupo nos preguntamos por qué no hacer algo sobre el Alzheimer», detalla sobre el germen de ACEAR.
A las terapias acude con Vidal, y asegura salir «mucho mejor» de ánimo. «Incluso mi marido me dice, ‘venga, hay que arreglarse que tenemos que ir’; él mismo lo pide», exclama.
«En general, tratamos de hacer un entorno más fácil y humano», concluye Duarte.