Texto incluido en el reportaje sobre cooperación de la revista ‘Rivas al Día’ de abril 2012.
Cuando países con escasos recursos son víctimas de desastres de la naturaleza la ayuda de emergencia internacional se moviliza para evitar daños mayores, pero, ¿quiénes son los emisarios y cómo se gestionan los envíos de material necesarios para la supervivencia en las primeras horas tras el desastre?
Organizaciones internacionales como Cruz Roja formalizan acuerdos con empresas privadas que tienen capacidad de maniobra entre las dos y las 48 horas desde el primer aviso de emergencia.
Es el caso de la Sociedad Española de Tratamiento de Agua (SETA), que realiza plantas potabilizadoras de agua.
Su director, Antonio García Panadero, relata la vertiente solidaria adoptada por esta empresa familiar que nació en 1963 realizando sencillos mecanismos domésticos de purificación de agua.
«La primera acción grande la llevamos a cabo tras el huracán Mitch, en 1998», recuerda. La tormenta devastó parte de Nicaragua y Honduras y la empresa dispuso de 35 plantas potabilizadoras para enviar al terreno.
Aquellas primeras plantas móviles limpiaban 1.000 litros de agua a la hora. Hoy, esa cantidad se ha triplicado. «Siempre tenemos cinco plantas listas para que, en caso de que se produzca una emergencia, puedan estar en la base de Torrejón de Ardoz para ser enviadas a su destino», explica García.
Lugares como Palestina, Haití, Filipinas y Somalia aún siguen utilizando estas plantas potabilizadoras
Filipinas, Palestina, Haití y Somalia son algunos de los lugares que disponen de estas plantas de purificación de agua y que, aún hoy, se siguen utilizando.
«Buscamos la sencillez para que la reparación de las plantas sobre el terreno la pueda hacer personal no cualificado». De este modo, su realización tiene precio de coste y para la empresa, con sede en Rivas desde los 90, se trata de una labor social y de ayuda a poblaciones desfavorecidas «y no un negocio en sí mismo», aclara el director.