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Luis López, el decano de Protección Civil

Perfil realizado para el 'Rivas al Día' de febrero de 2007 del entonces voluntario más veterano de la agrupación ripense: "Dar tu tiempo por los demás es hermoso".

Tecto: Nacho Abad Andújar / Publicado en ‘Rivas al Día’ de febrero de 2007.

«Dar parte de tu tiempo por los demás es hermoso». Luis López (San Roque Cádiz, 1949), ciudadano ripense desde 1986, aunque «más madrileño que la Cibeles», es el decano de los voluntarios que componen la agrupación local de Protección Civil.

Mientras la vecindad disfruta con el paso de los ciclistas en la Vuelta Ciclista o pega brincos al calor de la música en un concierto multitudinario, él y sus compañeros ¿en Rivas ya son 72 voluntarios y voluntarias- trabajan desinteresadamente para garantizar la seguridad de los demás. Sin cobrar un euro, y echando más de 11.000 horas de trabajo al año. Sin los efectivos de Protección Civil, muchos eventos no podrían celebrarse: eso es algo que siempre les debe la ciudad. Siempre.

Ilusionista, poeta crónico proclive al verso amoroso e imitador de voces, con amplio repertorio de hasta 40 personajes. Son las tres virtudes con las que Luis López adorna su currículo. Este agente comercial de 57 años, que reside en la localidad desde hace 20 años, es el integrante más antiguo de la agrupación de Protección Civil de Rivas, y añade él, «posiblemente de la toda la Comunidad de Madrid».

De sus habilidades prestidigitadoras queda constancia en esta página porque, mientras se charla con él, una moneda desaparece entre las manos de quien esto escribe para luego asomar en un bolsillo ajeno. Y de los plagios vocales, apunta maneras, cuando resuenan los ecos de lo que parece ser la voz demolida y desmantelada, casi agónica, de la atomatada duquesa de Alba. Luis López, una vida dedicada al voluntarismo. Ya sea por las calles ripenses, o en otras ciudades por las que pasó, como Valencia, donde ocupó la vicepresidencia entre 1978 y 1979 de la Asociación de Ayuda en Carretera (DYA), siendo además su jefe de relaciones públicas.

Ya en territorio ripense, fue él quien en 1989 metió por registro un escrito solicitando al Ayuntamiento la creación de un servicio de Protección Civil local. Una realidad materializada en 1990. Desde entonces, López siempre al pie del cañón. «No he faltado ni un solo año a la romería del Cristo de Rivas», relata.

En su memoria quedan taladrados algunos episodios imborrables, como la huella de los atentados del 11-M. Aquella mañana de estrépito y humo, que petrificó los corazones de todo un país, once voluntarios ripenses abandonaron sus actividades cotidianas y, con sus propios vehículos, salieron para Atocha para echar una mano en todo lo posible.

¿Otro recuerdo? «Un cruce de mirada en la ambulancia con un anciano que trasladábamos por insuficiencia respiratoria. Esa mirada humana de agradecimiento, de sentirse acompañado en un momento tan dramático, aún me pone la carne de gallina», rememora, y para corroborarse a sí mismo, se descubre el brazo: y sí, los poros, erizados. Atrás quedan los primeros años de la Protección Civil ripense, «cuando había mucha voluntad y poco conocimiento».

Ahora el panorama ha cambiado. La agrupación, a pesar de ser trabajo voluntario, cuenta entre sus filas con gente bien formada y preparada, algunos, incluso, profesionales de servicios de emergencia. Como dice su jefe, Joaquín López Mata, que reclama mayor dotación presupuestaria, «ya no somos chavalitos de naranja, ya no. Esto es un servicio muy serio, y aunque la gente no cobre nada, está plenamente capacitada para saber cómo actuar ante situaciones de emergencia».

Su labor es encomiable: cada vez que se celebra un acontecimiento deportivo o musical de cierta magnitud ¿Vuelta Ciclista, maratones y carreras populares, conciertos, por ejemplo- ahí están los miembros de Protección Civil con sus vehículos y uniformes. Cuando otros disfrutan, ellos trabajan. Si hay un incendio, también acuden. Y cuando se produce un accidente.

Otro dato: dice López que la de Rivas es la «única» agrupación plenamente democrática: su presidente es elegido por los propios integrantes, no designado por mandato del alcalde o concejal delegado. Y aseguran ser «una de las asociaciones más preparadas y mejor formadas». Y quiere López hacer mención especial a los fundadores de la agrupación: José Rafael Cadavid y Gemma Nova. Pues aquí quedan escritos sus nombres.

A López el voluntarismo le viene de una vieja pasión. Antaño era un entusiasta radioaficionado. Y fundador de la asociación que agrupaba en la localidad a los locos de las ondas, Asemar. «Es un dulce veneno. Los radioaficionados tienen un espíritu solidario muy desprendido», rememora. Y de esos vientos solidarios arranca su entusiasmo por «ayudar a los demás». Y ya van 16 años en Rivas. Y lo que le queda.

Ya saben: mientras ustedes disfrutan de algún evento, Luis López y compañía están ahí, a su vera, listos para intervenir si hiciera falta. Y desinteresadamente, porque los chicos y chicas de Protección Civil son unos desprendidos. Y, además, son necesarios. Vaya si lo son.

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