Texto: Eugenio G. Delgado. Fotografía: Luis G. Craus.
El consentimiento no es sólo decir sí o no», sentencia Stéphanie Papin, socióloga y educadora del colectivo La Pregunta 28, que impartirá en Rivas dos talleres incluidos en la campaña municipal contra las violencias sexuales de Noviembre Mujeres 2018 (ver todo el programa en las páginas 4-9 de ‘Rivas Cultural’).
Y la especialista añade: «El consentimiento es un concepto amplio que vemos como una herramienta de comunicación. Va más allá de la noción más extendida en torno a las agresiones sexuales. Nosotras lo entendemos como la conciencia sobre aquello que deseamos en las interacciones sociales, afectivas y sexuales, así como las herramientas con las que contamos para comunicar nuestros deseos y gestionar los deseos que nos comunican otras personas».
Esto es lo que van a descubrir 25 chicas y 25 chicos de institutos ripenses en sendos talleres no mixtos sobre igualdad de género que ofrecen el miércoles 21 y el jueves 22 de noviembre, respectivamente, en el IES Europa bajo el título ‘Pensando sobre consentimiento’.
«De 16 a 18 años es una edad clave porque lo que viven les marcará para el resto de su vida. Los talleres les ayudan a aclarar conceptos, conocerse a sí mismos y saber sus límites en las relaciones sexo afectivas para que éstas sean igualitarias. Es importante que tengan esas claves para tomar sus propias decisiones», comenta Stéphanie.
Según el estudio ‘Percepción de la violencia de género en la adolescencia y la juventud’, de la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género (2015), el 80% de las personas jóvenes sabe de actos de violencia de género, pero más de un 30% no logra identificar las conductas de control en las parejas.
UN PROBLEMA HABITUAL
La sesiones de los talleres se realizan por separado. El primer día, las chicas. Al siguiente, los chicos.
La socióloga y educadora explica por qué: «En los talleres mixtos, las chicas y chicos se encuentran más incómodos. A ellas hace falta explicarles poco porque han vivido experiencias propias o de oídas parecidas. Es un problema más habitual y estructural para las mujeres. Les cuesta más a ellos, porque no les ha pasado ni piensan que les pueda pasar. Muchas veces hablan desde la respuesta que debe ser correcta o desde la teoría, no desde la experiencia o desde cuestionarse a ellos mismos. Se alcanza mayor profundidad en encuentros no mixtos».
Cada uno de los talleres se desarrolla durante tres horas en un formato dinámico que incluye vídeos, fotografías, teatro, juegos, preguntas, reflexiones individuales y debate colectivo.
«No hay una fórmula mágica para afrontar las situaciones de violencia sexual. En el taller, la prioridad es que la persona busque en su experiencia, que se reconozca y se cuestione. Y, después, construir entre todas y todos herramientas que nos permitan crear espacios más seguros de consentimiento. En las relaciones, muchas veces actuamos mediatizados por la sociedad machista en la que hemos crecido. Concienciar es el primer paso, pero el trabajo para cambiar es a largo plazo», señala.
UNA FRASE DE MATRIX
Los talleres ‘Pensando sobre consentimiento’, que forman parte de la campaña municipal Noviembre Mujeres, recurren a una frase de la película de ciencia ficción ‘Matrix’: «Despierta Neo, ¿de qué sirve elegir si no conoces las opciones?».
«La juventud necesita buena información para poder escoger, no sólo la que encuentran en internet, que les suele confundir, o lo que les cuentan en los centros educativos, que suele centrarse en los riesgos. La frase encierra el mensaje de que hay muchas opciones y posibilidades de vivir la sexualidad», explica Stéphanie.
Este mensaje hila con el nombre del colectivo, La Pregunta 28, formado por Loreto Ares (doctora en Estudios de la Comunicación, especializada en Género, y técnica de formación en Igualdad de Género), Cristina Gozalo (profesora de Secundaria de Filosofía, con máster en Estudios de Género) y la propia Stéphanie.
«Al finalizar el taller repartimos un cuestionario con 100 preguntas. Siempre ha creado mucho debate la 28: ‘Cuando tienes sexo, ¿cuál es el motivo?’. El primero en el que se piensa suele ser el deseo, pero si indagas puede haber muchos otros como presión social, autoestima, dinero¿ Y no nos damos cuenta. Es fundamental desarrollar un concepto amplio y más global de consentimiento entre todas y todos», concluye la socióloga y educadora Stéphanie Papin.