Entrevista: José Luis Corretjé (publicada en el ‘Rivas al Día’ de noviembre de 2016).
Pepa Rus, (Chiclana de la Frontera, Cádiz, 1985), que pese a su juventud acumula en su currículo un notable número de interpretaciones en televisión y teatro, decidió hace un par de años abandonar el bullicio de Madrid y sustituirlo por la calma de Rivas. El próximo sábado 29 de octubre, se estrena en sala del centro Federico García Lorca, a las 20.00 (entrada libre), como directora de ‘El curso de tu vida’ que protagoniza Bernardo Rivera.
Llegó a Madrid en 2006, de su Chiclana natal, para estudiar y trabajar de actriz y en 2007 le contratan para interpretar a Macu en Aída. ¿Lo ha tenido fácil?
Sí, claro que he tenido mucha suerte. Pero no sólo en la profesión sino también en la vida. Me siento una persona muy afortunada. Lo que conlleva esta profesión es algo más que la suerte. Si no naces en Madrid y quieres vivir de esto, a la mayoría nos toca dejar a la familia y a tus amigos de toda la vida. Hay que empezar muy joven a formarte. Yo he sido afortunada porque todo se me puso de cara muy pronto. Pero también es cierto que en esta profesión asumes muchos riesgos. Hay mucha gente que se la juega y no lo consigue.
¿Cómo se logra independizarse de un personaje tan potente como la Macu?
Lo consigues gracias a que directores de casting apuesten por ti para darte la opción de probar con otros registros. Para desencasillarte tienes que conseguir que confíen en ti y así les puedas demostrar que eres capaz de hacer otras cosas.
¿Resulta sencillo transitar de papeles cómicos, que son los que le han dado fama, hacia otros más dramáticos?
Es el mismo trabajo. Son dos caras de la misma moneda. En esta profesión se separa lo que es drama y comedia y, en realidad, todo parte desde lo mismo: la interpretación. A mí me gusta tanto hacer una cosa como la otra. También es verdad que el entrenamiento te condiciona. Y yo he trabajado más en la comedia.
En las series más populares de la tele se grita mucho y se dicen muchos tacos. ¿Hay que alzar tanto la voz para hacer reír?
Eso no depende de los actores. Nosotros nos adaptamos a un guión y a una dirección. Está claro que en España gritamos mucho. Sólo hace falta salir fuera del país para darse cuenta. Entonces las series reflejan lo que sucede en la vida cotidiana. Y aquí se grita mucho. En cuanto alguien se bebe dos copas te enteras de su vida y milagros. Tú y todos los que te rodean.
¿Existe un humor típicamente español para las series televisivas o imitamos, como en el resto de los formatos, lo que se hace en otros países?
Yo creo que ‘Aída’ tenía un humor muy español, muy ácido y muy pícaro que se puede conectar con la tradición novelesca española que supo crear un género literario propio de esta tierra. Esto no impide que podamos aprender de lo que se hace en otros países. Eso mola.
Se le conoce popularmente por sus papeles de tele (antes ‘Aída’ y ahora Gym Tony), pero últimamente hace también mucho teatro: ‘A media Luz los tres’, ‘Insolación’… ¿Qué le atrae más?
A mí me atrae la interpretación a secas. Todo lo que haces te enseña, te va a bien. Yo nunca he dejado de hacer teatro porque me gusta mucho subirme a un escenario, pero no querría dejar de trabajar en televisión.
En Rivas, se estrenas en octubre como directora con el montaje ‘El curso de tu vida’. ¿Qué es lo que atrae tanto a la gente de su profesión para probar en tantos casos el oficio de dirección?
Aquí no he querido mandar nada. Tiene más que ver con los retos que una se plantea. Bernardo Rivera, que es el protagonista y el autor me lo pidió y aquí estamos. Mi función no es tanto ejercer como directora mandona, sino más bien ayudar al actor desde la mirada que pueda tener un espectador. Es un proyecto de los dos que nos permite experimentar: a él como autor y a mí como directora. Pero insisto, la palabra ‘directora’ me queda demasiado grande. De momento no me siento directora.
Ahora vive en Rivas ¿Desde cuándo y por qué?
Aquí me vine buscando la tranquilidad. Vivía en el centro de Madrid, en la Colmena. Éramos una media de 10.000 vecinos por bloque (risas). Así que llegué a Rivas hace dos años buscando privacidad, campo y la posibilidad de tener un perro grande.
¿Qué tal se vive aquí?
Me gusta porque es una ciudad más accesible. Está muy cerca de Madrid y eso para mí es importante porque, por mi trabajo, estoy yendo casi todos los días. Estamos mucho más cerca del campo de lo que nunca pensamos. ¡Y sólo a 15 km de Madrid! Yo no lo sabía y es muy guay.
¿Tiene algún sitio preferido para salir a pasear?
Todos. La zona de las Lagunas, el Cerro del Telégrafo. También vamos a pasear con el perro cerca del Auditorio Miguel Ríos, que es un lugar lleno de zonas verdes maravillosas y de parques caninos. Para tener perro, Rivas es la ciudad (risas).