En el bajo de uno de los bloques blancos del margen derecho de la calle Frida Kahlo, diez mujeres y dos hombres tejen cada semana fórmulas para lograr la cohesión de su entorno. Se trata del grupo de festejos que trabaja en el barrio de Los Ámbitos, una antigua zona de Rivas que la expansión del municipio ha terminado ubicando entre las zonas centro y este.
Con una parte de hogares del Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA) adjudicados a familias catalogadas en su día con necesidades particulares, el barrio se ha nutrido en los últimos años de un crisol de culturas y religiones vertebradas por proyectos sociales que redundan en la mejora de la convivencia.
Es el caso del grupo de festejos, creado hace dos años, que los últimos días de noviembre ya se concentraba en preparar la ‘chocolatada’ con la que invitan a toda la ciudadanía ripense, del barrio y de fuera, a conocerse disfrutando de una tarde lúdica.
«Es una actividad cultural, para que vengan las familias y participen de la vida del barrio», anima Marina Villa (42 años), vecina y parte activa de este colectivo. La cita será el lunes 28 de diciembre, desde las 18.00, en el número 10 de la calle Frida Kahlo, dentro del centro socioeducativo comunitario.
Quien se acerque hasta allí podrá disfrutar, entre otros, de los dulces que prepara Ilham Benatia Oshah, argelina de 47 años, cuyos fogones sobresalen en este grupo. «Hacemos pasteles; yo preparo uno con harina, azúcar, margarina y canela. Son como unas bolitas», detalla Ilham. «Es la cocinillas del grupo», corea el resto.
«Los vecinos colaboran con lo que cada uno sabe hacer. Es una tarde que da alegría al barrio», apostilla Marina. Cuando pasen las navidades, este risueño grupo, cuyos miembros hablan intercalando risas, comenzará con los preparativos de su cita más importante del año: la Fiesta de la Primavera, que tendrá lugar el próximo mayo. «Nos reunimos aquí dos veces por semana para preparar las actividades, los juegos de los niños. Yo suelo prepara la ensalada de frutas», explica titubeando Ilham, mientras Elois Nortes, una de las trabajadoras sociales impulsoras del grupo, le chiva la palabra que buscaba, «macedonia».
El grupo se congratula de la afluencia de público en la pasada edición, momento en el que dieron un salto importante del parque de al lado del cementerio, donde la habían celebrado desde el inicio, al recinto ferial Miguel Ríos. «Así nos hemos dado a conocer más todavía. Vino mucha gente», apunta Marina. «Queremos que la gente conozca lo bueno del barrio y que sea como una fiesta más de las que celebran los otros barrios de Rivas», remacha Sefora Losa, integrante del grupo, de 28 años.
«Ahora vamos haciendo propuestas y luego se va viendo lo que es posible según el presupuesto y qué se puede hacer para lograr más apoyos», apunta José Luis Peña, el mayor del grupo, de 60 años. «Vamos llamando a comercios que quieran colaborar o asociaciones que puedan aportar algo», añade Sefora sobre las rutinas organizativas de la Fiesta de la Primavera, un evento en el que, al igual que la ‘chocolatada’, reciben ayuda de comercios, asociaciones y de Servicios Sociales del Ayuntamiento.
«Poco a poco vamos creciendo y la gente cada vez va colaborando más», aclara Marina. A raíz de su participación en otros programas de Servicios Sociales, las integrantes del colectivo de festejos del barrio de Los Ámbitos han ido configurando esta iniciativa grupal que sostienen a base de encuentros de los que salen ideas con un objetivo común: mejorar el barrio.
«Las hemos ido conociendo a través del programa de intervención comunitaria, y sabíamos que tenían cierto interés en participar en la transformación de su barrio», señala Vanesa Villarín, trabajadora social del Ayuntamiento. «Al barrio le faltaba asociarse», identifica por su parte Elisabeth García, miembro de este colectivo, quien subraya además una de las iniciativas de las que más orgullosas se sienten. «Hemos cambiado el nombre del parque donde hacíamos las primeras Fiestas de la Primavera», indica sobre la zona verde que ha pasado a denominarse Parque de los Sueños, por votación vecinal. «Pero el nombre está en trámites con el Ayuntamiento para que se cambie oficialmente», matiza Elois.
TALLERES Y MÁS
Además de la ‘chocolatada’ y la Fiesta de la Primavera, el grupo trabaja otras habilidades en el taller de ganchillo, impartido por la voluntaria Loli para todo aquel que desee adquirir esta destreza. También conocieron últimamente los recursos culturales gratuitos que ofrece el municipio, realizaron un taller de flamenco y otro de expresión corporal. «Aquí se pasa bien el rato», remacha José Luis.
Otra consecuencia que se desprende de la actividad del grupo tiene que ver con la mejora de la convivencia. «El hecho de coincidir aquí gente de culturas distintas crea un oleaje, y la gente cambia su modo de pensar sabiendo que hay gente diferente conviviendo, haciendo cosas en conjunto y que no pasa nada», defiende José Luis. «Se mejora la convivencia al coincidir en el mismo espacio», destaca Vanesa.
«Hacemos cosas por el barrio y esto está muy bien, pero además nosotras también hemos sacado mucho beneficio porque aquí hemos encontrado amigas, tenemos un momento para tomar café, reírnos y aprender», argumenta Lidia Muñoz, que empezó en el grupo participando en una de las Fiestas de la Primavera. En estos dos últimos años desde que se juntaron como grupo informal -no están constituidas como asociación- el colectivo ha ido creciendo en autonomía.
«El primer año que se hizo la Fiesta de la Primavera se contó con ellas pero prácticamente fue una iniciativa de Servicios Sociales. Después han ido ganando en independencia y autonomía, y el año pasado el grupo solo organizó la fiesta», reconoce Vanesa.