Reportaje incluido en la revista ‘Rivas al Día’ de octubre.
Rivas es la ciudad de España de más de 30.000 habitantes con menos casas vacías, según informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) del pasado año.
Para sostener esta situación en el tiempo, garantizar el derecho constitucional a disponer de una casa digna y lograr una ciudad libre de desahucios, el Ayuntamiento ripense ha incorporado novedades a su política de vivienda. Una de ellas es el Plan de Alquiler 2014: una batería de medidas para ampliar la transparencia en el proceso de adjudicación de pisos públicos.
Dicho plan incluye la Bolsa de Alquiler, en la que constarán todas las viviendas públicas en régimen de arrendamiento, tanto las que se encuentran disponibles como las que están ya arrendadas.
Asimismo se prevé la creación del Registro Único de Solicitantes, en el que figurarán todas las personas interesadas en arrendar un piso público.
«Aspiramos convertir Rivas en una ciudad en la que no haya ni una persona sin casa ni una casa sin persona», avanza el alcalde ripense Pedro del Cura.
Con el Plan Municipal de Alquiler, que a cierre de esta edición se encuentra en fase de aprobación, el Consistorio ripense dará facilidades a los inquilinos con deudas en el pago de sus rentas. Se persigue así adaptar la política de alquileres de vivienda a las limitaciones de las familias con problemas económicos, y de agilizar el tránsito entre el inquilino que deja su piso público y la llegada del siguiente adjudicatario.
ALQUILERES PÚBLICOS
De las cerca de 3.000 viviendas públicas construidas por la Empresa Municipal de Vivienda (EMV) en Rivas en la última década, 581 se han destinado al régimen de alquiler.
Javier Betes es uno de los inquilinos de estos pisos. Reside en la urbanización de la avenida de José Hierro 90. Hace años sufrió un ictus que le paralizó la mitad del cuerpo, y solicitó un piso adaptado a sus nuevas necesidades. Transcurrió un año entre la solicitud y la adjudicación de la vivienda en la que ahora reside y por la que paga 560 euros mensuales.
Asegura sentirse «encantado» en su casa pero lamenta los desperfectos que sufren las zonas comunes de la urbanización y que habitualmente tardan en repararse.
Javier llegó a Rivas a mediados de los años 80, y valora el tipo de vida que lleva en esta ciudad. «Cuando llegué, estaba todo empezando. La carretera de Valencia sólo tenía un carril de ida y otro de vuelta», rememora.
Además de la vivienda pública de alquiler, en Rivas también funciona otra bolsa confeccionada por las viviendas privadas de particulares que desean arrendarlas. En este caso, la EMV ripense media entre propietarios y futuros inquilinos. Esta bolsa está en constante actualización y dispone de un número muy variable de viviendas disponibles.
VI PLAN DE VIVIENDA PÚBLICA
Otra de las novedades que trae la nueva política activa en materia de vivienda es la puesta en marcha del VI Plan Municipal de Vivienda protegida. A finales del pasado agosto, las máquinas comenzaron a remover la tierra de una de las parcelas del barrio de La Luna, el desarrollo urbanístico más joven de la ciudad y que aglutina el mayor número de pisos protegidos. Se trata de las obras correspondientes a la primera fase del último plan de la EMV de Rivas, que contará con 229 pisos y cuya finalización se espera para el verano de 2016.
Será entonces cuando Estefanía Reca, de 25 años, habite su casa en propiedad, junto a su pareja Rafael Pons. En enero de 2013 solicitó uno de los pisos del VI Plan tras ver el anuncio en un conocido portal inmobiliario. «Solicité información por mail y después vine con mi padre a verlo; me pareció que la relación calidad precio estaba muy bien», señala Estefanía, que ahora reside en Madrid. «Había mirado para comprar en el mercado libre, pero por el mismo precio encontraba pisos muy antiguos, de los años 60, pequeños y que necesitaban obra para entrar a vivir», detalla.
Hasta dentro de dos años Estefanía no podrá habitar su casa, pero confía en la obtención del crédito, y le da seguridad la gestión pública. «La EMV nos ha dicho que hará todo lo posible por mediar con el banco para que nos concedan la hipoteca. Además, si por algún motivo no obtenemos el crédito, nos devolverían el dinero. También si los pisos no se llegaran a construir», avanza.
Además de facilitar techo a 229 familias, el VI Plan de Rivas contribuirá a revitalizar el comercio y la restauración de la zona. El alcalde ripense Pedro del Cura ya se ha reunido con propietarios y propietarias de bares y restaurantes del barrio de La Luna para adelantarles que, en los próximos dos años, contarán con mayores posibilidades de clientela gracias a la presencia diaria de centenares de trabajadores de la construcción.
CASAS QUE ENTREGÓ EL AZAR
En 2003, la burbuja inmobiliaria alcanzaba sus cotas más elevadas. El precio medio de la vivienda en España se disparaba, y el derecho constitucional a disponer en propiedad de un techo se convertía en un bien especulativo al alcance de pocos que lo pudieran pagar y de muchos a quienes animaron a endeudarse. Frente a los disparatados precios del mercado privado, se engrosaron listas con personas dispuestas a participar en los sorteos de viviendas públicas, con unos precios normalizados.
En Rivas, ese año se puso en marcha la Empresa Municipal de la Vivienda, con su primer plan de pisos protegidos: 511 viviendas -242 en alquiler y 269 en venta-.
Noelia Sánchez Rubio (37 años) fue una de esas vecinas que concurrió a uno de los primeros sorteos de la EMV. Ripense desde hace 14 años, la suerte se puso de su lado el 21 de septiembre de 2003. Esa mañana acudió en persona a comprobar si salía el número con el que optaba a una de las viviendas de la promoción para menores de 35 años. Iba con pocas expectativas. «Había mucha gente», confiesa. «Me apunte un poco para ver qué pasaba, ya que tenía la idea de empezar a buscar piso, pero había que tener suerte», relata Noelia, que por entonces tenía 26 años y vivía con sus padres.
El azar le sonrió, y esta vecina asimiló la adjudicación de la vivienda con emoción contenida. «Había ido sola, así que me puse a llamar por teléfono para contarlo», detalla. En marzo de 2007 Noelia, que trabaja como administrativa en uno de los centros de salud del municipio, recibió las llaves de su casa en propiedad, donde continúa viviendo desde entonces. «Ahora ya empiezan a verse muchos niños pequeños por la urbanización», apunta sonriente.
Estas promociones destinadas a los menores de 35 años han situado al 20 por ciento de los ripenses menores de esa edad en casas protegidas.
En la actualidad ya no se celebran sorteos. Las medidas económicas del Gobierno central han golpeado con fuerza a las familias, disminuyendo su capacidad económica. El 21 por ciento de la población española vive por debajo del umbral de pobreza, según datos del Instituto Nacional de Estadística en 2013. Y los bancos apenas conceden créditos a particulares. Durante los primeros años de la crisis financiera, en Rivas se siguió promoviendo vivienda pública y, entre 2008 y 2009, la Empresa Municipal de la Vivienda construyó 1.639 pisos protegidos. «La voluntad de este Ayuntamiento es garantizar el acceso a una vivienda digna y adecuada a todas las familias ripenses, cumpliendo así un derecho constitucional», defiende el regidor Pedro del Cura.
«Rivas lleva una década trabajando por lograr una política activa en materia de vivienda que responda a la necesidades de la ciudadanía en cada momento. La crisis no puede ser pretexto para abandonar esta responsabilidad de los poderes públicos y, por ello, este Ayuntamiento seguirá realizando los esfuerzos que sean necesarios para garantizar el derecho a disponer de un techo y el fin social que persigue la vivienda pública», añade.
CONSTRUIR EN LA LUNA
Los inicios nunca fueron fáciles. Transformar un páramo baldío en uno de los últimos tramos de la fisionomía urbana conlleva tiempo y el esfuerzo de diferentes actores.
En el caso del barrio de La Luna, el último desarrollo urbanístico, las diferentes promociones de vivienda pública han contribuido a llenar las calles de la zona noroeste de la ciudad de personas jóvenes que promueven el cambio y que luchan por lograr dotaciones públicas plenas, algo de lo que aún carecen.
En esta zona del municipio conviven diferentes tipologías de pisos públicos: cooperativas, casas de la EMV, del consorcio de la Comunidad de Madrid y de constructoras que destinan viviendas a protección pública.
Laura Mamblona llegó, con su novio Javier Lozano, hasta el barrio de La Luna a través de una cooperativa. En 2010 solicitaron la vivienda y, desde hace dos años, viven en el edificio situado enfrente del colegio Hipatia.
Antes de recalar en Rivas, la pareja buscó en el mercado libre, pero consideraron más rentable el piso de cooperativa. «Aquí en La Luna falta aún mucho por hacer; es una zona nueva y hay explanadas desiertas, sin construir. Aún así estamos muy contentos. Hay mucho para pasear y estar tranquilos, algo que nos encanta», concreta Laura. «Y la mayoría somos muy jóvenes «, añade esta nueva ripense de 23 años.
Según datos del Consistorio, hoy en día, una de cada 24 personas residentes en Rivas dispone de una vivienda pública en el municipio, ya sea en propiedad o en alquiler.
A lo largo de octubre, los servicios municipales de política territorial, urbanismo y vivienda se ‘mudan’ al edificio Atrio, actual sede de la Empresa Municipal de Vivienda, en la avenida de José Hierro 36.
«Desde el Ayuntamiento estamos promoviendo medidas de municipalización de servicios anteriormente externalizados», aclara Ana Mª Reboiro, concejala de Urbanismo y consejera delegada de la EMV. También se instalará en esta dependencia municipal un registro auxiliar de urbanismo para facilitar en la zona de Rivas Centro el acceso a un servicio muy utilizado.
RIVAS ANTIDESAHUCIOS
La Oficina de Prevención de Desahucios (OPD) trabaja en el municipio desde febrero de 2013. Se trata de un servicio público en el que profesionales del derecho, de la psicología y de la orientación laboral asesoran y dan la cobertura jurídica que requiere cada familia afectada por un proceso de este tipo.
La atención se presta desde el Edificio de Servicios Administrativos (plaza de la Constitución).
Hasta la fecha, esta oficina ha atendido a 121 familias. Fruto de su trabajo, se han logrado ocho daciones en pago y otras siete en trámite, «con expectativa de finalizar en acuerdo», según avanzan desde la OPD.
Otra de las vías que trabajan es la refinanciación, algo que se ha conseguido para 20 familias y, para otras 15, se ha llegado al realojo y al ajuste del precio de alquiler con los arrendadores.
Encarna y Félix son dos vecinos de Rivas que tuvieron que afrontar el duro trámite de la ejecución hipotecaria con final de desahucio. La EMV -que gestiona un edificio del Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA) en la calle Frida Kahlo- les cedió un piso de alquiler de tres habitaciones, donde viven desde entonces con sus cuatro hijos. «Dentro de la mala suerte, nos tocó la lotería, como suelo decir», asegura Encarna, que ahora trabaja con una jornada reducida y paga un alquiler adaptado a su situación. También reciben ayuda de los servicios sociales.
«Desde el Ayuntamiento no permitiremos el desahucio de ninguna familia de Rivas; se atenderá caso a caso a todas las familias afectadas con el objetivo de seguir defendiendo nuestra intención de que Rivas sea una ciudad libre de desahucios», sentencia Del Cura.
Según estadísticas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en todo el país, las ejecuciones hipotecarias iniciadas durante los primeros meses de 2014 se incrementaron en un 13,9% respecto al año anterior. El mismo informe del CGPJ afirma que en 2013 se produjeron 184 desahucios diarios.
FE DE ERRATAS: en la revista impresa figura de forma errónea uno de los nombres escritos en el destacado de la página 7. Donde dice «Javier» debería figurar «Rafael», siendo Rafael Pons el nombre correcto de la persona a la que se refiere el reportaje.
