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Pedro del Cura: «Rivas tiene un color diferente»

El nuevo alcalde de Rivas Vaciamadrid habla de los retos que afronta la ciudad en su primera entrevista como regidor municipal.

Pedro del Cura:

Contenido incluido en la revista municipal ‘Rivas al Día’ de junio.  Entrevista: José Luis Corretjé. Fotografía: Luis García Craus.

Aunque se lo hubieran jurado no habría sido fácil que Pedro del Cura se creyera, cuando era pequeño y jugaba en los descampados de Covibar, que terminaría siendo el alcalde de su ‘barrio’. Nacido hace 40 años en Madrid, vino al municipio con su familia siendo apenas un niño. Aterrizó entonces en un lugar en construcción que en los ochenta era apenas un proyecto de ciudad.

Licenciado en Pedagogía y diplomado en Educación Social, Del Cura atesora una larga experiencia en el día a día de la gestión municipal. Ha colaborado con los tres últimos regidores y de ellos, afirma, ha aprendido mucho. Firme partidario de la educación pública, se muestra convencido que la política debe hacerse de modo colectivo y escuchando a la ciudadanía.

Ahora, tras la dimisión de José Masa, se enfrenta al complejo reto de gobernar durante un año (en 2015 son las próximas elecciones municipales) en medio de una crisis que golpea especialmente a los ayuntamientos. ‘Rivas al Día’ habla con él sólo un día después de que el Pleno Municipal le nombrara primer edil. Éstas son sus palabras.

Usted ha vivido y estudiado en Rivas desde que era un niño. ¿Qué significa para un ripense gobernar su ciudad? Es el mayor de los honores para un ciudadano. Me he criado en las calles de esta ciudad, y aquí he ido al colegio y al instituto. Aquí están mis amigos y mi familia. Mi biografía no se entiende sin la referencia a una ciudad que ha pasado de la nada a lo que es ahora.

Toma el testigo de José Masa, el alcalde que más tiempo ha gobernado este municipio desde que existen ayuntamientos democráticos. Yo entré de concejal con Pepe Masa y he formado parte de su equipo durante todos estos años en los que he aprendido mucho de mi antecesor. He tenido la capacidad de ilusionarme con ese trabajo que se hizo de modo colectivo con un equipo que lideró el anterior alcalde y desde luego, pese a las desavenencias que tuvimos en el último tiempo, yo siento la responsabilidad de estar a la altura del listón que él dejó en la gestión.

Me planteo como reto seguir profundizando en las mejoras conseguidas. He aprendido mucho de Pepe y de los anteriores alcaldes: también trabajé con Fausto Fernández y con Antonio Serrano en diferentes etapas. Valoro el capital enorme de conocimiento que se acumula en su alcalde, en el Gobierno y en su ciudadanía y que nos permite siempre tratar de mejorar un espacio que no es estático, que siempre está cambiando, en movimiento.

Rivas se ha proyectado dentro y fuera como una ciudad diferente. ¿En qué elementos entiende que se sostiene esta calificación? Esta es una ciudad creada por sus gentes. Por eso se produce una simbiosis entre sus servicios públicos y sus espacios comunes con la identidad de su propia ciudadanía. Y esto es algo que a veces fuera de Rivas no se entiende. Aquí se respira la necesidad de hacer algo para cambiar el mundo, para aportar y que sirva para el bien común. Como el cuidado y la atención a la infancia y a la adolescencia. Este es un lugar joven poblado por familias, espacios colectivos para cuidarse y mimarse. Y eso se ha trasladado a la ciudad.

«Mi biografía no se entiende sin esta ciudad»

Usted ha sido concejal de Educación muchos años y éste es un campo que le preocupa especialmente. ¿Cómo puede el Ayuntamiento defender el derecho a una educación pública cuando desde la Comunidad se impone ahora un centro concertado religioso? Este Ayuntamiento no va a parar hasta conseguir el colegio y el instituto público que nos hace falta en Rivas. Vivimos en un municipio que se ha construido en torno a la educación y eso ha generado señas sólidas de identidad. En esta ciudad (y me preguntabas antes por mi infancia) yo tuve que ir a estudiar al colegio El Olivar porque todavía no habían construido los barracones del mío (que era el Victoria Kent). Y cuando me tocaba ir al instituto no existía ninguno en Rivas y me tuve que ir a estudiar un año a Arganda.

Luego fui al IES Las Lagunas, que hoy (30 de mayo) celebra su 25 aniversario. Siguieron construyendo barracones y a los vecinos y vecinas no les quedó otra que movilizarse, llegando a cortar la carretera de Valencia para reivindicar lo más importante: un sitio digno para que estudien sus hijos e hijas. Eso ha provocado que tengamos 27 centros públicos de calidad, muchos de ellos construidos por el propio Ayuntamiento en convenios con la Comunidad. Nos podemos sentir orgullosos de tener en Rivas una de las comunidades educativas más organizadas y luchadoras de todo el país. Aquí la gente ha optado por la escuela pública porque la siente suya desde su origen.

La Comunidad de Madrid quiso romper la tendencia de apoyo a la educación pública y se negó a firmar convenios con el Ayuntamiento de Rivas para construir los centros que necesitábamos. Quiso imponer la fórmula de colegios concertados. Ahora tenemos un barrio nuevo (La Luna), en el que ya existe un colegio (CEM Hipatia) y para el que necesitamos un centro público. La estrategia de imponer un colegio concertado y ultracatólico les ha fallado: no tiene demanda. Lo que no le entra en la cabeza al PP es que en Rivas la gente elige la pública como primera opción porque somos una ciudad moderna, progresista y abierta.

Queda un año intenso en la gestión, con una situación económica difícil que en el caso de las arcas municipales se ve lastrada por la deuda de 15 millones que la Comunidad de Madrid todavía no devuelve a Rivas. ¿Cuáles son las soluciones que su Gobierno propone para combatir la crisis? Ya desde la anterior legislatura hemos puesto las bases, desde el Gobierno municipal, para garantizar la sostenibilidad económica de la red de servicios públicos que disfruta la población de Rivas. La nuestra ha sido siempre una ciudad valiente ante los desafíos que se presentaban. Mi prioridad como alcalde es garantizar que la ciudad siga funcionando.

Lo segundo es generar nuevas bases de desarrollo, que antes era la venta del suelo, para hacer viable la prestación de los servicios públicos. Y no se puede conseguir aumentando la presión fiscal sobre los vecinos y vecinas porque tienen un tope, y ese tope ya ha llegado. Lo que corresponde es buscar otras fuentes de ingresos. Vamos a convocar a los agentes sociales, emprendedores y empresas para cambiar el uso de los suelos, dinamizar el uso industrial y productivo y poder generar ingresos estables de una situación que ya no va a volver que es la del urbanismo.

Me sentaré con las asociaciones de empresarios para ver la manera de atraer nuevas iniciativas productivas a Rivas para que se generen recursos y, sobre todo, para que nuestro municipio sea además de un lugar en el que vivir, un lugar en el que poder trabajar.

En un año seguramente no nos va a dar tiempo para poner en marcha grandes proyectos, pero sí trataremos de repensar el futuro de la ciudad de la manera más compartida posible para convertirla en el sitio que queremos, en los tiempos que nos ha tocado vivir.

«He aprendido mucho de Pepe Masa y de los anteriores alcaldes»

¿Cómo cree que la aplicación de la nueva Ley de Reforma Local puede condicionar el desarrollo de la tarea municipal?

Vivimos un momento en el que los alcaldes han perdido autonomía respecto al Estado central y las comunidades, y en el que se nos impone por ley una dura batería de recortes que han intervenido de facto las cuentas de los ayuntamientos. En el caso de los ayuntamientos de izquierda, donde se destina un mayor porcentaje del presupuesto a gastos sociales y a reforzar los servicios públicos, las nuevas leyes, prácticamente, pretenden convertir estas decisiones en una ilegalidad.

Ahora la prioridad es pagar a los bancos. Me alegro de que se haya admitido a trámite un recurso de inconstitucionalidad contra la Ley de Reforma Local que ha sido presentado por varias comunidades autónomas. Se trata de una agresión sin precedentes, pero los recortes que se han aplicado a los ayuntamientos no se han visualizado públicamente tanto como los que han impuesto en el ámbito sanitario o educativo. Tratan de imponernos las prioridades de gestión y así decirnos que hay que pagar antes a un banco que a un club deportivo, a un asociación de vecinos o a un proyecto de cooperación.

Pretenden que todos los ayuntamientos seamos iguales, que tengamos servicios muy básicos. Lo que quieren (Comunidad y Gobierno central) es asfixiar a los ayuntamientos para que ‘soltemos’ los servicios públicos por inviables y se los puedan regalar a empresas privadas. En Rivas vamos a resistir a este acoso. Creemos en los empleados públicos y vamos hacer viables los servicios con los propios trabajadores y trabajadoras municipales. Y también con la ciudadanía que tiene que comprometerse. Por eso la participación es fundamental.

En el discurso de investidura usted habló del mantenimiento de los servicios públicos como una de las prioridades del nuevo Gobierno local.

Sí, y no va a ser fácil. Pero tenemos un valor que son los empleados públicos. Estamos en condiciones de municipalizar algunos servicios que antes gestionaban empresas externas, de formar a los trabajadores públicos para que desempeñen otras tareas. Sin tener que prescindir de nadie, vamos a realizar una gran labor para que en esta ciudad no se tengan que eliminar servicios públicos. En el terreno del desarrollo local hay nuevas fórmulas que nos están llegando a través de experiencias como cooperativas, coworking o los laboratorios de emprendimiento social a los que queremos prestarle especial atención. Vamos a poder tejer una buena red que garantice el mantenimiento de los servicios públicos y de la calidad con la que se prestan.

Hay 229 familias ripenses, apuntadas al VI Plan de Vivienda, preocupadas por si se van a construir sus casas. ¿Qué puede decirles?

Les puedo decir que ésta es una de las primeras tareas a las que me he dedicado desde el momento en que se me nombra alcalde. Es cierto que la EMV ha sido objeto de debate. Sin embargo, eso no impide que sigamos defendiendo la necesidad de que el Ayuntamiento de Rivas siga facilitando en lo posible el acceso de su ciudadanía a la vivienda pública y de calidad. En el caso del VI Plan, habrá que sacar las fases que sean financiables. Las familias que han confiado en la EMV no se van a sentir en ningún caso traicionadas y les vamos a intentar que cuanto antes tengan una solución. Queremos ser muy claros. Un alcalde no puede jugar con las ilusiones de nadie. Así, si estamos en condiciones de sacar adelante las promociones lo haremos y si no, hablaremos con los vecinos y les devolveremos el dinero que han adelantado. Por lo que he podido conocer, una parte va a ser viable y la pondremos en marcha en cuanto haya financiación.

«Rivas es una ciudad creada por sus gentes»

Las últimas elecciones al Parlamento Europeo en Rivas resgistraron el triunfo de Podemos y un ascenso notable de IU que casi dobla sus votos. ¿Qué análisis hace de los resultados?

El primer análisis es que Rivas es una ciudad diferente y eso, aunque a alguno de fuera le sorprenda, los que vivimos aquí lo sabemos desde hace mucho. La aparición de Podemos ha sido un revulsivo en la Comunidad de Madrid y en el resto del Estado. Creo que se abre un espacio de mucha ilusión en la izquierda con la irrupción esta formación, que defiende buena parte de los planteamientos de Izquierda Unida. De hecho vamos a ser compañeros en el grupo parlamentario de la Izquierda Europea.

Lo primero que hice en la noche electoral fue ir a Copyma, dónde se reunieron sus seguidores, para felicitarles. En Rivas es dónde IU ha sacado los mejores resultados de toda la Comunidad de Madrid. Es el único municipio en el que somos la segunda fuerza más votada y hemos ganado al PP y al PSOE. Rivas sigue teniendo un color diferente, y eso es la garantía de que la base social de la izquierda y sus valores siguen muy presentes entre la ciudadanía, circunstancia que facilita el trabajo que tenemos por delante.

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