- Texto: José Luis Corretjé e Irene Piedrabuena// Fotos: Jesús Pérez
Director de comunicación de la Fundación de Educación para la Salud y coordinador académico del Master Comunicación y Salud de la U. Complutense, se ha encargado de diseñar el programa ‘Rivas Viva’.
¿En España todavía no se ha descubierto el valor de la vida saludable? Durante demasiado tiempo se ha pensado en la salud solo en referencia a lo sanitario, la enfermedad, lo medicalizado. Sin embargo, cada vez está más claro que hay un montón de elementos de nuestra vida cotidiana que nos dan o nos quitan salud. En Europa hay muchos ejemplos. Quizás el más destacado es el de Finlandia. Allí desde hace años pusieron en marcha un proyecto que ha conseguido en dos décadas reducir a la mitad el número de muertes provocadas por enfermedades cardiovasculares. Y lo consiguieron gracias a pequeños cambios en las conductas cotidianas y en el entorno.
«Hay un montón de elementos de nuestra vida cotidiana que nos dan o nos quitan salud»
Estos son los dos escenarios en los que el programa ‘Rivas viva’ quiere intervenir. Desde organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, se llama desde hace años a cambiar el estilo de vida que llevamos. Si hablamos del servicio sanitario, está claro quién se encarga: los gobiernos. Pero si nos referimos a la salud, la respuesta es: cada uno de nosotros. En los ayuntamientos, este proceso de cambio de hábitos no debe liderarlo la concejalía de salud sino que tiene que ser una labor coordinada con Transporte, Educación, Deportes, Cultura, etc.
«Nos estamos muriendo por comer mal, no movernos, fumar demasiado, consumir demasiado alcohol y estar demasiado estresados»
Si pensamos en cuáles son las principales causas de enfermedad y muerte en nuestra sociedad, la respuesta está en que nos estamos muriendo por comer mal, no movernos, fumar demasiado, consumir demasiado alcohol y estar demasiado estresados. ¿Cómo podemos escapar a esos factores? Hay que comer de forma más variada y, en general, tenemos que comer menos. Tenemos que hacer más ejercicio. Hay un gran desequilibrio entre las calorías que ingerimos y las que gastamos. Los trabajos sedentarios no ayudan a corregir esta tendencia. No es casualidad que una de las enfermedades más extendida es la obesidad.
Entendido: al cuerpo hay que ponerlo a sudar. Aunque no todos los ejercicios sirven a todo el mundo.La primera recomendación es: si no estás haciendo ninguna actividad que suponga un gasto de energía, ponte a hacerla. ¿De qué tipo? Depende de la edad y de las características de cada persona. El deporte no es la única actividad que se puede hacer. El consejo que doy es aprovechar lo que une hace todo los días para hacer ejercicio. Por ejemplo, acompañar a los niños al cole andando todas las mañanas. Ir y volver es un trecho moviendo las piernas.
Así no tenemos porque generar más esfuerzo económico ni de agenda. Porque la falta de tiempo y dinero son dos de las principales excusas que se esgrimen para no hacer deporte.