Las tres moiras (diosas griegas del destino) hilaron la hebra de la vida de Chema Martín López (Madrid, 1972) y Beatriz García Carvajal (Guadalajara, 1971) junto a la del teatro. Esta pareja de profesores se encontró mutuamente en Oviedo gracias a su amor por las artes escénicas. Los dos eran estudiantes en la ciudad y coincidieron en el grupo de teatro de la universidad. Con el paso del tiempo, el teatro quedó atrás y solo volvió a sus vidas cuando la psicóloga familiar les aconsejó que buscaran una actividad para compartir en familia y un espacio en el que pudieran estar con sus hijos.
Así pusieron en marcha varios proyectos relacionados con este arte que, aunque no cuajaron, les enseñaron a llegar hasta Le Mirage [el espejismo, en francés e inglés]. Esta asociación de artes escénicas compuesta amateurs del teatro tiene su sede central en el centro de recursos juveniles La Casa+Grande, donde ensayan y presentan sus funciones. Y es conocida por el humor y la alegría que transmiten.
Para Chema y Bea, sus fundadores, Le Mirage es un “hijo” en constante crecimiento que se autogestiona con sus propios recursos y sirve de punto de encuentro para todo tipo de personas unidas por el teatro: “La mayor parte de quienes forman parte del grupo son alumnos y alumnas a las que hemos conocido en las aulas de los centros donde hemos trabajado como docentes, aunque es una asociación abierta para todo el público. Este grupo puede ofrecerles un espacio donde ser ellas y ellos mismos”.
Para ella, es muy importante dar visibilidad a la juventud y poner en valor su fuerza social para cambiar y transformar: “Las nuevas generaciones son capaces de hacer cosas muy buenas, tienen una fuerza tremenda”.
Aunque hoy en día esta familia cuenta 12 integrantes, cuando Laura López Porquera (Madrid, 1998) llegó al proyecto en 2012 lo componían “literalmente cuatro personas”, que ensayaban en una escuela de danza: “Después tuvimos suerte y nos dejaron ensayar en la biblioteca ocupada de Rivas [hoy, Gloria Fuertes], y de ahí el grupo fue creciendo. Me hizo muchísima ilusión ver cómo evolucionábamos”.
Para esta ripense, encontrar el grupo fue como el espejismo (le mirage) de una viajera que busca un oasis en el desierto: “Me salvó de una etapa de mi vida en la que estaba muy triste y no sabía qué hacer, estaba muy agobiada. Por eso siempre estaré muy agradecida a Chema y Bea”.
Marco Gael González Maicas (Madrid 1997) llegó con un amigo un año después. En sus primeras actuaciones, su misión era entretener al público tocando la guitarra entre números, mientras el elenco se cambiaba de vestuario y se preparaba el escenario. A nivel personal, valora mucho la relación que tiene con sus colegas que, para él, “va más allá de la amistad, es algo más”.
LA INFANCIA
La asociación cuenta también con una división dedicada a la infancia (Le Petit Mirage), integrada por personas autistas, con mutismo selectivo o con altas capacidades (superdotadas). Cualidades cuyas características no se valoran en otras escuelas de teatro y música.
También se intenta transmitir la conciencia de grupo con actividades y celebraciones externas. “Ahora, la COVID nos impone más límites, pero en nuestra agenda figuran fiestas de nochevieja, cumpleaños, mascaradas de Halloween, piscinazos, excursiones… Incluso hemos realizado viajes”, indica Beatriz.
Hace ya años que las representaciones cosechan éxito de público y crítica en los municipios vecinos de Madrid por donde emprenden “pequeñas giras”. La taquilla recaudada se destina a la gestión de la asociación y a la protectora de animales Peluditos en apuros.
La compañía estrena su nuevo espectáculo, ‘Anti-viral’, los sábados 27 de febrero y 6 de marzo en La Casa+Grande (19.00, 5 euros). Con este título, Chema, el fundador y actual director de escena, alude a la risa como herramienta para acabar con algunas de las consecuencias de la pandemia, como el hartazgo, el cansancio o la crispación: “Hacer teatro nos da la esperanza de hacer pasar un buen rato a quienes vengan a vernos y devolverles una chispa de alegría”. Le Mirage suele representar comedias donde abordan temas actuales. Uno de los personajes más queridos del grupo es la mala madre, que cuenta sus inquietudes de la vida cotidiana: la dificultad para conciliar o los retos de entender la tecnología. Entre sus referentes, figuran el humor español de José Mota o Martes y Trece, adaptando escenas de películas u obras de teatro y creando monólogos. Lo hacen durante el verano, cuando inauguran oficialmente la época de tormentas de ideas donde surge el contenido al que dan forma durante el año.
MÁS ALLÁ DE LOS SKETCHES
Después de una larga temporada de teatro, al final de la primavera recogen sus cosas para irse de vacaciones. En ese momento, Chema experimenta la misma sensación de vacío que le acompañaba en el cierre de cada temporada de teatro cuando era alumno de instituto”.
Le Mirage ha logrado mucho, pero a sus integrantes aún le quedan un par de sueños pendientes: contar con la infraestructura para montar una obra de teatro completa (no solo compuesta por sketches) y conseguir un telón para La Casa+Grande que anuncie solemne el comienzo y el fin de cada función.