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Rivas se convierte en una de las ciudades satélites del festival de títeres más popular de España, el Titirimundi de Segovia. Dos espectáculos, uno belga y otro checo, se representan en la plaza 19 de Abril (Casco Antiguo) al aire libre coincidiendo con el certamen castellano. Se trata de una oportunidad estupenda para disfrutar del talento manipulativo titiritero de dos compañías europeas.
‘Plansjet’. Títeres y danzas (Bélgica)
DOMINGO 13 / 19.00. Plaza 19 de Abril.
La pareja flamenca de artesanos, músicos y manipuladores Mieke y Chris Geris, que configuran la compañía Plansjet, de Limbourg (Bélgica), inventa títeres bailarines realizados en tallas de madera que se transforman en pastores, piratas o animales. Sus personajes cobran vida al son de numerosos instrumentos (gaitas, flautas, tamboril o zanfona).
Sus montajes adquieren una bella factura que imprimen sonrisas y alegría en el público. La estética popular de sus espectáculos convierte cada montaje en una experiencia sensorial. Habituales en las calles de Segovia, la maestría de estos artistas flamencos les ha llevado a participar en talleres dirigidos a profesionales de las artes plásticas, constructores, escenógrafos y tallistas para teatro.
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‘Blancanieves’. Vita Marcik (Rep. Checa)
SÁBADO 19 / 12.00. Plaza 19 Abril.
Vita Marcik es un comediante checo, escenógrafo, actor, músico y payaso que fundó su compañía en la ciudad de Drahotêsîce a la manera del teatro ambulante. Sus espectáculos han sido premiados en numerosos festivales europeos: se componen del humor típico y filosofías del narrador popular.
«Es una figura de la Bohemia del sur» (así lo describe la crítica) y su arte no se puede encuadrar en un género teatral concreto. La obra ‘Blancanieves’ con la que desembarca en Rivas se desarrolla en un carruaje teatral que durante la actuación se transforma en cámara real, más tarde en bosque profundo oscuro y, finalmente, en cabaña con siete camas pequeñitas, una mesa y un banco para siete enanos. La historia se acompaña de canciones rítimicas interpretadas por dos ‘farsantes’, con los que el público se obliga a cantar.