NOTICIAS

Carmen Díaz: “En los 80, un hijo drogadicto era la mayor vergüenza que le podía pasar a una madre”

Fundadora del colectivo Madres Unidas Contra la Droga de Vallecas, participa en Rivas en la jornada sobre 'Feminismos de barrio' (jueves 11).

Carmen Díaz: “En los 80, un hijo drogadicto era la mayor vergüenza que le podía pasar a una madre”
Carmen Díaz Bermejo, una de las fundadoras de Madres Unidas Contra la Droga en Vallecas, en el centro de la imagen con un grupo de jóvenes.

JORNADA ‘FEMINISMOS DE BARRIO’:
JUEVES 11 MARZO / 17.00. Ayuntamiento: salón de actos. Inscripciones: sensibilizacion.igualdad@rivasciudad.es

En los años 80, tras la entrada de la droga a España por puntos geográficos en los que había gran actividad reivindicativa y cohesión social, la heroína llega a los barrios obreros de las grandes ciudades. Tras ver cómo el problema se convierte en epidemia, Carmen Díaz Bermejo (Don Benito, Badajoz, 1956), una mujer extremeña sin estudios, con dos hijos pequeños y un marido que la apoyaba y apoya todavía, se convierte en una de las fundadoras de la asociación Madres Unidas Contra la Droga de Vallecas. El jueves 11 de marzo participa en Rivas en la jornada ‘Feminismos de barrio’, una de las propuestas de la campaña municipal Marzo Mujeres 2021.

¿Cómo surgió la asociación?

En el año 80 yo vivía en una chabola y formaba parte de la asociación de vecinos de Vallecas, donde luchábamos por tener una vivienda digna. Me llegó una convocatoria del barrio de Entrevías para secundar la libertad a prueba para los chavales que iban a la cárcel con delitos menores provocados por su adicción a la droga. El problema de la droga nunca me había afectado directamente, entre familiares o allegados, pero cuando vi a las madres de esos chicos luchando por la libertad de sus hijos decidí que era en Entrevías donde yo debía estar.

¿Cómo empezaron a organizarse?

Al principio éramos cinco personas que nos reuníamos todos los martes en la parroquia para denunciar la situación de las personas que estaban metidas en la heroína, para contarle al mundo lo que pasaba con la juventud. La mayoría no habíamos podido ir a la escuela, pero nos pusimos la tarea de leer el periódico todas las semanas y debatir en cada encuentro cuál decía la verdad sobre el tema. Descubrimos que todos mentían.

Ante un problema tan extendido, ¿por qué había tan pocas madres a su lado?

En aquel entonces, si el hijo salía alto, rubio y guapo era como su padre. Pero si salía conflictivo era culpa de la madre, que le había educado mal. Las madres siempre estuvieron ahí, pero se escondían. Tenían miedo porque habían sido criadas en el franquismo. Y un hijo metido en la droga era la mayor vergüenza que le podía pasar a una mujer.

El grupo fue creciendo y cambiaron sus vidas.

Sí, lo bonito de esta historia es que fuimos capaces de decirle al marido: ‘Ahí te quedas, caliéntate la cena, que yo me voy a la lucha’. Íbamos a las cárceles, señalábamos los puntos de venta de drogas, denunciábamos que en muchos casos salía de las comisarías, acogíamos a los chavales. De estar en casa lavando y planchando, pasamos a enfrentarnos a la sociedad. En ese momento, nosotras no sabíamos que éramos feministas. Muchos maridos no podían aguantar que sus mujeres salieran a la calle. De hecho, el marido de una de las madres acabó suicidándose.

¿Ningún padre se les unió?

Teníamos a dos padres en la asociación y nos pasó algo muy curioso: el Instituto de la Mujer daba una subvención de 100.000 pesetas al año para que nos formáramos. Nosotras la pedimos, pero nos dijeron que, si había dos hombres, no podían concederla. Debíamos expulsarles. Dijimos que no a la subvención, claro. Reivindicábamos que también los padres eran responsables de los hijos. Y para dos padres que pensaban como nosotras, no pensábamos echarles.

¿Lo que hicieron cambió la visión de las vecinas y vecinos?

Sí, al principio la gente se organizaba para pegar a los yonquis y echarlos del barrio. Decían que nosotras estábamos locas. Todos los sábados nos reuníamos en la Puerta del Sol. El primero nos pegaron. Pero después, la policía, los periodistas, los jueces empezaron a respetarnos porque conseguíamos muchas cosas, no solo en cuestiones que tenían que ver con la droga, sino con todo lo relacionado con la justicia social.

¿En qué se ha traducido esta lucha hoy en día?

Inmediatamente descubrimos que nuestros chavales habían llegado donde estaban por un problema social, por la pobreza. La asociación tuvo en aquel entonces la visión de crear unos estatutos que acogieran a todo el mundo. Decidimos que debíamos luchar por los derechos sociales. Hoy en día, por ejemplo, atendemos a madres solteras o a familias inmigrantes de África. Cuestiones que no tienen nada que ver con la droga de forma directa. También hemos abierto la Casa de las Mujeres en Vallecas. Yo creo que las mujeres tenemos que empoderarnos, saber lo que queremos y luchar. Hay mucho maltrato y creo que se necesitan espacios para abrazarnos y caminar juntas.

Últimas noticias / Feminismos, mujeres y LGTBI

Últimos vídeos / Feminismos, mujeres y LGTBI

AHORA EN PORTADA

TRÁMITES DESTACADOS

Documento informativo que indica la residencia y el domicilio habitual.

Puede consultar todo lo relacion con sus tributos

Realizar el pago de impuestos y tasas on-line

Presentar escritos o comunicaciones dirigidas al Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid

OFICINAS DEL SERVICIO DE ATENCIÓN A LA CIUDADANÍA

SUBIR