Texto: Eugenio G. Delgado Foto: Luis G. Craus
El parque agroecológico de Soto del Grillo es una iniciativa municipal que facilita en Rivas el emprendimiento sostenible, el cultivo agroecológico, la puesta en valor de un espacio natural con gran valor paisajístico y el acceso a una alimentación sana, local y de temporada a la ciudadanía.
Dispone de 45 hectáreas de terreno donde se cultivan hortalizas y forraje para ganado, terreno en el que, en 2012, se implantaron 15 proyectos de agroecología, de los que actualmente se mantienen nueve.
Las mujeres están presentes de forma destacada entre las personas que han emprendido en el Parque. Por eso, en el marco de la campaña municipal Marzo Mujeres, cuatro de ellas narran a ‘Rivas al Día’ cómo es el día a día en el Soto del Grillo.
Nieves Pérez es una de las fundadoras de la cooperativa familiar La Huerta de Leo: «Nuestro objetivo es generar autoempleo en el sector agroecológico, haciendo lo que nos gusta: cultivar productos saludables, fomentar los canales cortos, mejorar el medio ambiente, trabajar en un entorno inmejorable y aportar nuestro granito de arena para construir ciudades un poco más agroecológicas. Nuestro proyecto abarca la producción, distribución y venta de productos agroecológicos, así como la formación, sensibilización y educación ambiental mediante talleres, convenios con centros de educación infantil y otros espacios».
La Huerta de Leo, constituida al 60 por ciento por mujeres, también ha participado en el proyecto Madrid Agrocomposta desde sus comienzos en 2016. «Lo que pretendemos es realizar agrocompostaje como actividad secundaria, derivado de la actividad agraria, y conseguir así un complemento a la renta, diversificando los ingresos, y contribuyendo a valorizar los residuos orgánicos no peligrosos, convirtiéndolos en compost para fertilizar las tierras», explica Nieves.
Por su parte, Besana tiene el honor de ser la primera tienda ecológica en abrir sus puertas en Rivas y también la primera cooperativa integral (de personas trabajadoras y consumidoras) de Madrid, formada para abastecer al municipio de productos ecológicos a través de una tienda especializada.
En la actualidad, son tres personas socias y trabajadoras y más de 500 consumidoras. «En nuestra tienda se puede encontrar un poco de todo en alimentación, incluidas frutas y verduras frescas, algunas de nuestra propia huerta y de temporada, además de productos de higiene y limpieza. Asimismo, realizamos talleres, charlas, degustaciones… Y tenemos un pequeño espacio para que la infancia se entretenga mientras sus papis y mamis hacen la compra. Cuando empezamos con Besana buscábamos también una salida laboral acorde a nuestra filosofía de vida», comenta Úrsula López.
En el parque Soto del Grillo se promueve la agricultura ecológica y, además, la Fundación Juan XXIII Roncalli realiza allí una importante labor social. Lo cuenta María Pizetta, encargada de responsabilidad social empresarial de la entidad: «Promocionamos la integración laboral de personas con discapacidad intelectual, a la vez que nos sumamos a un modo sostenible de producción con la creación de empleos verdes y el cuidado medioambiental».
También forman parte de los proyectos en el Parque Mónica Álvaro (Vega Fértil), Natalia Carracedo (Sotillo de EcoDeBio), Irene Pérez (Ternera Vega de Rivas), Hebe Bonilla (Semillando Sotillo) y Elisa Carbonell (Ecosecha).
UNA FORMA DE VIDA
¿Los productos ecológicos son más caros que los convencionales? ¿Y más sanos? Las tres emprendedoras responden sin dudarlo y convencidas. «Es recomendable consumir estos alimentos, principalmente, por motivos de salud, para evitar los agrotóxicos y los químicos que contienen las frutas y hortalizas que se encuentran en los supermercados. Además, si compras directamente a las personas que producen, los precios suelen ser más económicos que los que encuentras en las grandes superficies que se están sumando a la ‘moda bio'», afirma Nieves, de La Huerta de Leo.
«Para nosotras, la alimentación, además de satisfacer nuestras necesidades biológicas, es una forma de relación social, una cuestión ética. Tenemos que ser conscientes de que el consumo es una forma de intervenir en la sociedad día a día. Consideramos que la agricultura ecológica es la única agricultura posible y sostenible. No se trata de una nueva técnica agrícola, sino de volver a cultivar la tierra, no de explotarla», asegura María Jesús Fronce, de Besana.
Maria Pizzeta destaca también los beneficios sociales para personas con discapacidad intelectual: «Esta manera artesanal de producir crea una simbiosis con nuestro colectivo: trabajar al aire libre y en contacto con la naturaleza ayuda a lidiar con las frustraciones que, a veces, aparecen al resultar más complicado el aprendizaje. Este contacto directo permite aliviar el estrés, fortalecer la concentración, mejorar la respuesta positiva a las frustraciones y el sentimiento de bienestar a estas personas».
Nieves hace una última recomendación culinaria para las vecinos y vecinas que quieran acercarse a conocerlas y probar: «El producto estrella de la huerta en invierno es el brócoli y, en verano, el tomate, en todas sus variedades».
Los productos del Parque se pueden distinguir gracias al lema ‘Producto Fresco del Parque Agrario Soto del Grillo’, marca bajo la cual se identifican los productos cultivados allí y los establecimientos en Rivas que ofrecen estos productos. Además, quincenalmente, se pueden comprar en el Mercado Agroecológico de Rivas, el segundo y último domingo de cada mes.·