Un espacio de formación y asesoramiento para las personas que quieren emprender una idea de manera colectiva, a través de una cooperativa, sociedad laboral o una empresa del ámbito de la economía social y solidaria. La Concejalía de Desarrollo Económico, Empleo y Formación del Ayuntamiento de Rivas ha presentado la nueva programación del proyecto municipal Rivas Coop, que se puso en marcha en 2013.
Gracias a ‘Rivas Coop’, el año pasado se formaron en el municipio a 66 personas, 18 grupos promotores recibieron asesoramiento y se contribuyó al nacimiento de cuatro cooperativas de trabajo. Esta nueva temporada, además de formación y asesoramiento, habrá encuentros de networking y de economía social solidaria (ESS), una feria que concentrará todas las iniciativas de ESS de Rivas y se publicará un blog informativo propio.
El Ayuntamiento de Rivas viene apoyando a los emprendedores y emprendedoras ripenses a través de diversos servicios públicos municipales: asesoría para la creación de empresas, Centro de Iniciativas Empresariales (CIE), RivasLab o Rivas Networking.
Entre las iniciativas que se han concretado figuran la Escuela de Cooperación y Emprendimiento dirigida a mujeres, la jornada ‘Economía Social y Banca Ética’, la apertura del Centro de Emprendimiento e Innovación (CEI) de Rivas o la Lanzadera de Empleo y Emprendimiento Solidario para Jóvenes.
LAS PERSONAS, EN EL CENTRO
La economía social solidaria es una forma de entender la actividad económica que pone en el centro a las personas, su calidad de vida y su bienestar, el medio ambiente y el desarrollo sostenible. Pretende incorporar unos valores universales que deberían regir la sociedad: equidad, justicia, fraternidad económica, solidaridad social y democracia directa. Y se propone, por tanto, como una alternativa viable para la satisfacción de las necesidades individuales y globales.
Las empresas de la ESS (fundamentalmente cooperativas y sociedades laborales) son una fórmula mundialmente consolidada de creación y mantenimiento del autoempleo orientado a la satisfacción de las necesidades personales y de las comunidades. Estas empresas han demostrado en los tiempos de crisis económica una mayor resistencia que las empresas mercantiles, gracias a la propiedad colectiva de la empresa y a la gestión democrática, manteniendo el empleo de las personas que las integran como socias trabajadoras.
