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Un grupo de chicos y chicas asisten a un particular campamento urbano en el Centro de Emprendimiento e Innovación.
Cada mañana acuden de 9.00 a 14.00 a jugar. Pero en esta ocasión no hay pintacaras, ni juegos tradicionales. Ni siquiera yincanas. En este espacio de formación las niñas y niños aprenden programación e informática de manera lúdica.
Con esta iniciativa, la cooperativa Conecta Lab quiere acercar las nuevas tecnologías a la gente más joven limando la aridez que suele acompañarlas y tratando de hacerlas más cercanas a través de dinámicas divertidas.
La coordinadora del área de formación de la cooperativa, Estela P. Martínez (31 años), explica las bondades de este proyecto: «Los niños trabajan en equipo técnicas que son muy potentes en el mercado y lo hacen de la forma que más les gusta: jugando. Además utilizan la creatividad, las matemáticas, la física y mejoran la inteligencia emocional», detalla.
La rama formadora que plantea ConectaLab también tiene una vertiente destinada a emprendedores y personas en situación de desempleo.
Durante el verano se han realizado pequeñas acciones formativas sobre impresión en 3D, marketing de contenidos, técnicas de StopMotion, domótica, retoque digital y programación, entre otras. Todas ellas gratuitas y abiertas a la ciudadanía.
A partir de septiembre quieren seguir en esta línea, pero con cursos más extensos con los que pretenden generar equipos de trabajo y proyectos.
«En ConectaLab les ofreceríamos después herramientas de colaboración y la posibilidad de alquilar espacios para poner en marcha sus ideas», apunta Estela.