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- Texto: Patricia Campelo e Irene Piedrabuena// Fotos: Luis García Craus
Desde el pasado enero, un grupo de diez mujeres ripenses ha cambiado su rutina diaria. Hasta finales de junio participan en un programa municipal que aúna formación y práctica remunerada. El factor que tenían todas ellas en común era su situación de desempleo de larga duración, hijos e hijas a su cargo y estudios no oficiales.
En su caso, realizan una jornada de siete horas y media cada mañana de lunes a viernes: la primera mitad de la mañana reciben formación en el IFIE y, después, trabajan en el archivo municipal. Allí realizan labores administrativas. «Me dará mucha pena irme», aventura Natacha Durán (30 años), la más joven del grupo.
«Hay que cambiar la rutina, abrir la mente, es muy duro estar en casa»
Cuando acaben, se marcharán con una certificación profesional y seis meses de experiencia remunerada en un archivo municipal. «No es lo mismo un currículum que diga que en los últimos cinco años has estado criando a tus hijos que poder decir que acabas de estar trabajando en un Ayuntamiento, y que has hecho el curso de auxiliar administrativa», sentencia Laura Ramos (31 años).
Todas valoran la experiencia como positiva, y subrayan la importancia de la actitud activa ante el desempleo. «Hay que cambiar la rutina, abrir la mente, es muy duro estar en casa», advierte Laura. «Esto te activa, te da una forma positiva de ver las cosas», añade Olga Chisvert, de 41 años.
Este programa municipal ha empleado a 65 personas desempleadas de larga duración que habían agotado todas las prestaciones. Se trata de una medida temporal, que mejora la empleabilidad de quienes participan gracias a la experiencia práctica y a la formación obtenida. Además del grupo de archiveras, el Ayuntamiento también ha contratado a 45 peones de mantenimiento y a diez dinamizadores comunitarios.