- Texto: Irene Piedrabuena / Foto: Jesús Pérez
Una situación prolongada de paro durante dos años y una enfermedad que le cerraba las pocas puertas que se le abrían determinaron la decisión de Kenia Navarrete, vecina de Rivas de 45 años, de abrir su propia tienda de arreglos de ropa en el barrio de La Luna. «Siempre quise ser mi propia jefa pero tenía que alimentar yo sola a tres niños por lo que no podía permitirme una aventura empresarial», explica esta mujer que se crió en Ecuador y vino a España en busca de un futuro distinto.
En el año 1999 el mercado laboral aún tenía plazas para quienes emigraban a tierras españolas. Kenia -madre de tres hijos de 15, 21 y 27 años- compaginó trabajos diurnos y nocturnos para hacer frente a los gastos. Pero cuando la recesión se empezó a sentir en el continente europeo esta mujer luchadora se vería arrastrada por sus consecuencias.
El último puesto laboral en el que trabajó fue en una floristería ubicada en el tanatorio de la Paz. Su horario laboral, de 08.00 a 15.00, se amplió verbalmente hasta las 20.00 habitualmente y en ocasiones hasta las 00.00 ó 01.00 de la mañana. «Trabajaba muchísimas horas pero entonces necesitaba el dinero para mantener a mis tres hijos·», explica. Esta situación se tornó cuando conoció a su marido actual en el año 2009. «Ya teníamos dos sueldos en casa por lo que le dije a la empresa que quería trabajar solo las horas de trabajo estipuladas en el contrato». La respuesta inesperada: el despido.
«Lo peor estaba por llegar. A los pocos meses me noté un bulto en la garganta y a los quince días me dijeron que tenía cáncer de tiroides. El mundo se me cayó encima», explica. Se aferró a su optimismo para sacar fuerzas. «Dependemos de nosotras mismas y hay que tener fe», asegura mientras relata los que fueron los peores momentos vividos hasta la fecha.
«Quería abrir mi negocio en un lugar como este y huir de las políticas de la Comunidad de Madrid», cuenta
Recuperada del todo necesitaba revisiones continúas a especialistas por lo que ningún empleador requería su perfil. Asún así no guarda rencor a quienes le negaron una oportunidad. «Cada cual defiende su negocio, a pesar de que carezcan de humanidad. y de que yo nunca he faltado al trabajo», expresa con buen gesto.
TELARES EN RIVAS
Su relación con Rivas no fue casual. Conocían a un amigo que vivía en el municipio y en sus visitas Kenia se enamoró de las vías verdes de la ciudad y de del ideario político. Animó a su hijo mayor a que alquilase aquí una vivienda de la Empresa Municipal de la Vivienda y después, se vinieron ellos a la calle Agatha Christie. «Quería abrir su negocio en un lugar como este y huir de las políticas de la Comunidad de Madrid», añade.
«El sistema se cambia desde nuestras pequeñas acciones. Apostando por el pueblo»
Examinó la zona en busca de un local y lo encontró escondido en la misma calle en la que vive. «La ubicación puede que no sea la ideal. No sale en el Google maps y da a un descampado, pero cuando la gente lo conozca sé que les va a gustar», asegura esta mujer con dulzura. Desde este pequeño rincón cose, confecciona y arregla tejidos. Una labor en la que se especializó en su tierra natal.
Quiere desligarse de la política empresarial abusiva que a ella le ha proporcionado amargos momentos por lo que si alguien no tiene recursos económicos asegura que no le cerrará las puertas. «El sistema se cambia desde nuestras pequeñas acciones. Apostando por el pueblo», se sincera a la vez que añade mensajes reivindicativos sobre un país del que forma parte.
EMPRENDEDORA
Kenia señala que la mayor dificultad la halló en la búsqueda de financiación. «La concesión de crédito es una de las cosas más díficiles y yo lo necesitaba para realizar la reforma», cuenta.
El resto de asesoría la buscó en el Punto de Asesoramiento para el Inicio a la Tramitación donde le aconsejaron sobre formas jurídicas, tasas, licencias y subvenciones. «Se preocuparon mucho por mí y me han llamado en alguna ocasión para ver cómo evoluciona el negocio», agradece.
Su local de arreglo y confección abrió en junio de 2012. Y de momento las ganancias solo le permiten cubrir los gastos fijos mensuales que ascienden a 1.100 euros. «Ahora coseré disfraces para la cabalgata de Reyes», anota. El perfil de Kenia retrata a una mujer luchadora que ahora combate a la crisis económica desde su taller ‘Navarrete’ de la calle Agatha Christie.
- INFORMACIÓN: TALLER NAVARRETE: Calle Agatha Christie, 11. // 917134157 PUNTO DE ASESORAMIENTO E INICIO DE LA TRAMITACIÓN (PAIT): Calle Crisol, 3 Tf: 91 660 29 96