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Familias que aprenden juntas a educar

Un nuevo servicio municipal resuelve dudas en las relaciones familiares. Algunas familias ya lo han probado. Y éstas son sus experiencias.

Familias que aprenden juntas a educar

Texto: Patricia Campelo Fotografías: Jesús Pérez

Reportaje disponible en la revista municipal ‘Rivas al Día’

«Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo», dijo Benjamin Franklin hace más de tres siglos sobre la eficacia de la práctica docente.

Esta máxima aun impregna cualquier iniciativa educativa que aspire a inocular conocimientos duraderos. Desde ese punto de partida, y tomando a las familias como las destinatarias de la enseñanza, el resultado mejora si éstas se involucran en el proceso de aprendizaje, participando de manera activa y poniendo en común las dinámicas educativas que utilizan en sus relaciones familiares.

«La práctica nos dice que cuando las familias reflexionan juntas experimentan más cambios dentro del sistema familiar que asistiendo a cursos donde se trasladan conocimientos de forma unilateral», señala José Vicente Salicio, uno de los trabajadores del Área de Acción Social, Igualdad y Participación que ha impulsado el Espacio Educativo Familiar, la iniciativa de aprendizaje para familias ripenses.

Resolver pequeñas y grandes dudas que deterioran las relaciones familiares en las rutinas diarias es uno de los objetivos a conseguir con este nuevo proyecto que el Ayuntamiento de Rivas puso en marcha el pasado enero y que está formado por dos importantes líneas de intervención: talleres de formación y grupos de discusión y análisis con familias que viven situaciones comunes y, en ocasiones, complicadas.

La teoría se plasma en práctica cada semana en diferentes centros educativos del municipio. Los martes de febrero, por ejemplo, tuvo lugar el taller ‘Yo estudio, tú me ayudas, nosotros aprendemos’, en el centro de educación infantil y primaria Dulce Chacón. Allí, en una biblioteca con cortinas de colores, paredes salpicadas con dibujos de duendes y dragones y el retrato de la escritora que da nombre al centro, las familias tomaron asiento en las sillas diminutas y comenzaron, a las cinco en punto, una de las sesiones del taller.

‘Rivas al Día’ compartió con ellas el último día del curso que ha durado tres semanas y en el que han aprendido a optimizar en casa el desarrollo de las tareas escolares. «He aprendido a hacer cosas para que mi madre me pueda ayudar mejor con los deberes», cuenta Rocío, de 8 años, delante de su satisfecha madre, Nieves García.

En la última sesión del taller han coincidido padres y madres con sus retoños bajo el mismo techo. Antes, han trabajado por separado y en esta sesión toca poner en común lo aprendido. Nieves y Rocío son una familia monomarental.

La madre relata lo «difícil» que es en ocasiones asumir ella sola la carga educacional de la pequeña. «Lo más difícil es dejar a Rocío sola con sus deberes, así como despertarle motivaciones», señala.

Dentro del grupo de familias, Nieves ha sentido que caminaba en territorio conocido, sintiéndose arropada: «Encontrarme aquí con otros padres con las mismas inquietudes me ha venido muy bien para marcar rutinas y no tener que hacer siempre de ‘leona'». Se trata de un trabajo «duro», asume, y a desarrollar «a largo plazo».

Un total de 57 familias han participado en los encuentros desarrollados entre enero y febrero

A su lado, cruzada de brazos y sentada en una sillita, Rocío habla con seguridad del taller al que ha asistido y concluye ante el gesto cómplice de Nieves: «Es importante hacer los deberes porque luego sacas muy buenas notas».

Una de las mamás que han participado en el taller, al que se inscribieron 17 familias más, relata la motivación que le empujó a asistir a estas sesiones [puede que haya quien se reconozca en algunas de ellas]: «Quería saber cómo ayudar a mi hijo a hacer sus tareas sin volverle dependiente de mi». «El fin último era lograr que él tuviera cierta autonomía a la hora de estudiar; muchas veces no sabemos dónde está el límite a partir del cual les ayudamos pero les volvemos dependientes», señala Ana Presa sobre las pautas educativas que aplica con su hijo Javier de 11 años.

Precisamente, la mayor dificultad que esta ripense encuentra a la hora de estudiar con su pequeño es saber cuándo tiene que dejarle «más libre» para que él se haga responsable de su trabajo.

«Estas semanas hemos notado una cierta mejoría en su actitud; muchos días llega a casa con los deberes hechos», dice complacida. Para el pequeño también ha sido una experiencia edificante.

Así lo confesó bajo la mirada amable de su madre: «He aprendido nuevas técnicas para poder hacer menos deberes en casa, y me ha resultado fácil y útil», señala Javier haciendo gala de su madurez. Y remata: «No me gusta hacer deberes pero es mi obligación y tengo que hacerlo».

Isabel Cruz acude al taller con sus hijas Adriana, de 9 años, y Paula, de 6. Participa en el segundo grupo que se  tuvo que habilitar ante la gran demanda de solicitudes. Esta familia aterrizó en el Dulce Chacón buscando «alguna idea mágica para que el rato de los deberes no sea un sufrimiento, sino algo normal incluido en nuestra rutina», revela. ¿Se obró la magia?: «Hemos encontrado un grupo de padres transmitiendo los recursos que tenemos todos.

Lo que les va bien a unos les puede ir bien a otros, y vas probando», apunta Isabel. Si en algo coincidieron la práctica totalidad de padres y madres fue en remarcar la diferencia existente entre los hábitos que tenían ellos y los de sus hijos. «Cuando éramos pequeños nuestros padres no estaban tan pendientes de nosotros. Ahora llevamos la agenda de los hijos como si fuera la nuestra y eso es algo que nos han corregido en el curso».

En la misma dirección se pronuncia María Cruz Blanco, madre de Paula, a quien la perspectiva del tiempo le ha llevado a determinar que tal vez ellos [los progenitores] eran «más responsables» que la última generación. «A nosotros no nos ayudaban tanto pero con ellos es distinto. Hay que estar todo el día pendiente».

Chema San Juan, padre de otro Javier, enfatiza la importancia de tener terceras opiniones sobre el modo de ayudar a los menores. «En general todos estamos más o menos igual, y me he dado cuenta de que no soy tan desastre como pensaba», apunta entre sonrisas.

Los talleres del Espacio Educativo Familiar siguen realizándose hasta junio

La opinión mayoritaria de las madres y padres que acudieron al taller: el «intercambio de experiencias» es el aspecto más positivo de esta experiencia. Aunque los deberes suponen el gran quebradero de cabeza de los progenitores, Espacio Educativo Familiar aborda otros aspectos de diferente índole que tratan de dar respuesta a las más variopintas preocupaciones.

Así, este proyecto educativo ha contemplado en los últimos meses encuentros donde aprender a ver televisión con los menores de una manera constructiva, sesiones en las que se han aclarado dudas a familias que tienen a su primer bebé y jornadas para adquirir técnicas que simplifiquen la convivencia entre personas que han rehecho sus vidas. Todo siempre dentro del marco de la reflexión y la participación, involucrando a los participantes a construir ellos mismos el taller bajo la orientación de profesionales del ámbito universitario.

Un total de 57 familias, traducidas en 92 participantes, han asistido a los encuentros desarrollados en enero y febrero.

Para lograr el objetivo último, «crear una red de familias con demandas comunes que se impliquen en su comunidad», según explica el edil de Educación Pedro del Cura, las actividades de Espacio Educativo Familiar seguirán desarrollándose las próximas semanas. Ayudar a los menores a superar el paso de primaria a secundaria, analizar las dificultades a la hora de ayudar a los adolescentes a tener iniciativas, reflexionar de manera conjunta sobre cómo ponerles límetes a los hijos e hijas y ofrecer respuestas a las familias primerizas son algunas de las inciativas previstas.

PRÓXIMAS ACTIVIDADES DEL EEF

– Motivación en la adolesciencia hacia el estudio y la participación. Los martes del 13 al 27 de marzo de 17.30 a 19.30. 15 plazas para unidades familiares.

– ¡Llegó el momento! De primaria a secundaria. Los jueves del 15 al 29 de marzo de 17 a 18.30. Diez plazas para familias.

– Marcando límites. Las normas y su cumplimiento en casa. Los miércoles del 11 al 25 de abril de 17.30 a 19.30. 15 plazas para familias.

– El mundo del bebé. Del 13 de abril a 22 de junio de 17.30 a 19. Diez plazas para familias con bebés hasta 11 meses y futuros padres y madres.

Para apuntarse en los cursos de marzo se abre un periodo de preinscripción entre el 5 y el 8 de marzo. Del 26 al 29 de marzo será posible preinscribirse a los talleres que comienzan en abril. Preinscripciones: en el Bhima Sangha, el Área Joven de Parque de Asturias, 010 y www.rivasciudad.es

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