Son jóvenes y conscientes que lo que está en juego es su futuro. Contribuyen de forma muy activa en su comunidad educativa con el objetivo de mejorarla día a día, sabedores de que ello repercutirá directamente en su progreso personal.
Pablo Morales, alumno del IES Duque de Rivas, considera que el estudiantado debe enfocar su lucha en velar por la educación, «por recibirla, porque sea algo público y al alcance de cualquiera». Forma parte del programa de alumnos mediadores en el que trabaja por darlo a conocer. «Lo formamos varios estudiantes y tratamos de evitar los conflictos que surgen entre el alumnado».
Sara Ros ejerce el mismo papel en su instituto, el Europa. «Intentamos llegar a soluciones para las partes en conflicto y, de esta manera, mejorar la convivencia en el centro», explica.
Esta alumna mediadora, que ya percibe las mejoras del programa en su centro, asegura que el punto fuerte en la educación son los padres y docentes, pero no los únicos: «Los propios estudiantes también podemos enseñar muchas cosas contribuyendo a la formación del alumnado», asegura, y aprovecha para pedir mayor colaboración, «somos unos cuantos los que estamos en muchas cosas; el estudiantado debería involucrarse más».
«Somos quienes más tenemos que velar por una educación de calidad»
Por su parte, Pablo considera que, en la actual coyuntura por la que pasa la educación pública en la región, los y las jóvenes deben ayudar y «no aprovecharse» de la situación. «Si hay huelgas, debemos acudir después a las clases de recuperación o estudiar por nuestra cuenta», aconseja. «Los docentes nos han ayudado y apoyado siempre; ahora nos toca, por nuestro bien, apoyarles a ellos», asevera.