Texto: Eugenio G. Delgado
Uno de los ejes del desarrollo y el bienestar de Rivas es la promoción de la práctica del deporte entre su ciudadanía, como demuestra que 55.000 usuarios y usuarias utilizan semanalmente las instalaciones deportivas municipales [una persona puede ser usuaria varias veces].
El objetivo es que disfruten de unas condiciones de vida mejores y más saludables y, entre esta activa población, se trabaja con especial sensibilidad para cubrir las necesidades de las personas con capacidades diferentes.
«Me gusta mucho nadar porque me divierte y ayuda a estar mejor físicamente y ser más autónoma. Empecé con cuatro años y se me da muy bien. Sé nadar yo sola de maravilla», asegura Irene Gutiérrez Sánchez, joven ripense de 23 años, con parálisis del lado derecho de su cuerpo debido a la epilepsia, y a la que le encanta el agua.
Los sábados asiste a clases de natación, con terapia individualizada, con la Asociación de Padres y Amigos de Personas con Discapacidad de Rivas (Aspadir); los martes y jueves, a las sesiones municipales con participantes de toda condición. Ambas actividades las realiza Irene en la piscina del polideportivo Cerro del Telégrafo.
Jorge Martín Posadas también acude a las mismas clases con Aspadir, organización que trabaja este curso con 45 personas, de los tres años a la edad adulta, con necesidades especiales como autismo, discapacidades motoras, síndrome de down, ELA o enfermedades raras.
Jorge tiene 25 años y sufre parálisis cerebral motora: «Soy todo un veterano. Empecé a nadar a los seis años. Me relaja y me viene muy bien para ejercitar brazos y piernas, porque casi siempre voy en silla de ruedas. El estilo que más me gusta es crol. Me entretengo mucho con las compañeras y compañeros. Me gusta mucho hablar y relacionarme», confiesa este licenciado en Historia que cursa un máster en Documentación, Archivos y Biblioteca en la Universidad de Alcalá de Henares.
BALONCESTO Y OTROS DEPORTES
Los miércoles son un día sagrado para Belén Baena Mijarra. «Mi tía Juli ha tenido que cambiar la celebración de su cumpleaños porque le dije que yo no iba a faltar a baloncesto. No me pierdo los entrenamientos por nada del mundo», dice esta vecina de 21 años, con parálisis cerebral que encesta en el pabellón del colegio público Dulce Chacón, con FUNDAR (Fundación para el Desarrollo, Atención y Apoyo de la Discapacidad en Rivas).
Esta organización acoge actualmente a 90 usuarias y usuarias que pueden ejercitarse en varias modalidades desde los cinco años hasta pasados los 50: fútbol, fútbol sala, fútbol 7, multideporte (baloncesto, bádminton, voleibol, hockey y patinaje) y natación y psicomotricidad.
A esta última actividad está apuntada Irene Martínez Alves, de 23 años y diagnosticada con síndrome de down: «Voy a clases individuales con un monitor. Es muy intenso y hago muchos ejercicios en el agua. Haciendo deporte me siento más independiente y feliz. Me gusta mucho la sensación de poder moverme sola dentro del agua».
Para Felipe Alcaraz Buendía, presidente de FUNDAR, «más allá de la función rehabilitadora, el deporte les estimula mucho y las rutinas les vienen bien para estructurar su vida. Además, sirve para normalizar su situación. Si eres visible, automáticamente se eliminan barreras», asegura.
Noelia Martín Posadas, coordinara de natación de Aspadir, destaca que el «deporte mejora su salud, les hace estar más animados y tener mucha más autonomía».
MÁS DE 1.244 PERSONAS
En cuanto a las escuelas deportivas municipales, una persona con diversidad funcional puede participar en cualquiera. El abono deporte dispone de una modalidad para discapacidad, con un precio de 17,50 euros únicamente el primer año. A partir del segundo, la persona puede acceder a la práctica deportiva que se realice con monitor de forma totalmente gratuita. De esta medida se benefician actualmente 1.244 personas.
«En nuestros planes estratégicos, tanto en la creación de nuevas infraestructuras como en los planes deportivos de escuelas deportivas y eventos, uno de nuestros objetivos prioritarios es facilitar todo lo posible el acceso al deporte a personas con diversidad funcional «, señala la concejala de Deportes, Vanessa Millán.
Las dos Irenes, Jorge y Belén coinciden: »Rivas está bien preparada para personas con discapacidad. Hay muchos deportes para hacer». Pero siempre se puede mejorar. Por ejemplo: Belén y Jorge solicitan que «las entradas a los polideportivos sean con puertas automáticas o correderas. Si se abren hacia fuera o hacia dentro con un tirador resulta muy difícil abrirlas cuando vamos en silla de ruedas o eléctrica». Irene Martínez reclama algo sencillo: «Soy bajita (1,29 metros) y me gustaría que pusieran una percha bajita para poder dejar la toalla. Ahora están todas muy altas y no llego».
MEJORAR ADAPTANDO
Noelia Martín, de Aspadir, también celebra que en Rivas «haya buenas instalaciones. Lo único que falta es mejorarlas y adaptarlas totalmente. Así estas personas podrán acudir sin acompañamiento y conseguir ser autónomas e independientes», apunta.
Desde FUNDAR, Felipe Alcaraz lanza una propuesta: «Sería fantástico que hubiera pronto unas instalaciones exclusivas para el deporte adaptado. Facilitaría mucho la organización y la participación de este colectivo en muchas más actividades».
