A sus 38 años, el atleta Jose España Comendador fue el primer europeo en cruzar la línea de meta en el último maratón de Madrid el pasado 28 de abril. Quedó 14º, parando el cronómetro en 2 horas 24 minutos y 51 segundos. Por delante de él, solo las gacelas africanas: etíopes y keniatas, dominadores naturales de una distancia que pone a prueba la fatiga humana (42,195 kilómetros). En mujeres, la primera española fue María García (sexta).
La carrera profesional deportiva de Jose España [él prefiere que se escriba sin tilde, posibilidad que admite la RAE] se ha fraguado pisando tierra y barro en la especialidad de cross. Madrid ha sido su tercer maratón, tras estrenarse en un lejano 2013 en Frankfurt y hacer 2.19.11 en Berlín en 2014. Dice que algún día correrá en Nueva York.
Alejado hoy de la alta competición, aunque federado con el club mallorquín Calviá, trabaja como profesor de Educación Física de instituto, actualmente en Arroyomolinos. En Rivas es profesor de atletismo del club Sons of Running. Nacido en Arganda del Rey y vecino ripense desde hace 15 años, es el atleta que más veces ha ganado el campeonato de cross de Madrid absoluto: lleva nueve años pisando el cajón superior del podio.
Su palmarés abruma, con exclusividades como la de ser uno de los cuatro atletas españoles con internacionalidades en todas las categorías de cross (júnior, sub 23 y absoluta). En su expediente figuran dos mundiales: Kampala 2017 (Uganda), donde finalizó 90º, y Bydgoszcz 2014 (Polonia, 52º). En el Europeo de Chia de 2016 (Cerdeña, Italia), concluyó 26º. Y se colgó el bronce en el campeonato de España de 2016. Ya como júnior, fue campeón nacional en 2005 y ganó sendas platas en juvenil (2003) y sub 23 (2008).
«En una maratón siempre se tienen momentos de crisis. A mí esta vez me dio entre los kilómetros 28 y 30, lo que tardó en hacerme efecto el gel del km 27. Y entre el 38 y 42 uno ya está destruido muscularmente»
Eso en cross. Porque sobre el tartán ha sido subcampeón de España en 10.000 metros en 2016 y bronce en 2013 y 2017. Y acumula oros estatales en las categorías inferiores en 3.000, 5.000 y 10.000. Un polifacético de la zancada que esta vez ha despuntado en el maratón capitalino.
Madrid no es buen territorio para las marcas de maratón: es una carrera de perfil incómodo, con mucha cuesta. No es el llaneo de Valencia o Sevilla. “Y no son solo las rampas. La estadística, además, dice que a nivel del mar se pueden hacer cinco minutos menos [Madrid se encuentra a 600 metros de altitud]. Y, aunque este año la climatología ha acompañado, finales de abril [cuando se celebra] no suele ser buena época para una maratón”, describe.
¿Lo más complicado de una carrera de 42 kilómetros? “En una maratón siempre se tienen momentos de crisis. A mí esta vez me dio entre los kilómetros 28 y 30, lo que tardó en hacerme efecto el gel del km 27. Y entre el 38 y 42 uno ya está destruido muscularmente, pero si estás en el 38 hueles la meta y llegas como sea”.
Jose España resume las claves que marcan la estrategia de una tirada tan larga: “Es como cocinar un plato de cuchara. Cocerlo a fuego lento. No dejarse llevar por el ambiente de euforia de la salida ni por los rivales más rápidos. Hay que saber llegar al final con fuerzas. La maratón es muy larga. Beber bien e hidratarse en todos los puntos es fundamental. Y los días previos, tener muy buena alimentación y llegar descansado”.
«El atletismo es vida y liberación. Y familia. Mis hijas, de 8 y 11 años, también lo practican en el club Ciudad de Rivas”. Pero aclara: “Van porque quieren y les gusta, no es obligación de padre. Han visto lo que tienen en casa y, de momento, les gusta»
Para un atleta de alto rendimiento como él, la preparación maratoniana se anticipa 12 semanas. Con tiradas de 30 kilómetros. Si no se tiene tanta experiencia, se requiere una base mucho más amplia, de otros cuatro meses previos a esas 12 semanas innegociables. La semana de la carrera, sin embargo, “se baja mucho el pistón, con entrenamientos suaves para asimilar lo hecho hasta entonces, con rodajes de 20-30 minutos, no más, para llegar con el equilibrio justo entre piernas activas y descansadas”.
Ya en el palmarés doméstico, España ha ganado las pruebas populares locales: la San Silvestre de Rivas de 2023, la Legua Solidaria del Sáhara o los 10 kilómetros de Rivas. Para este profe de Educación Física, “el atletismo es vida y liberación. Y familia. Mis hijas, de 8 y 11 años, también lo practican en el club Ciudad de Rivas”. Pero aclara: “Van porque quieren y les gusta, no es obligación de padre. Han visto lo que tienen en casa y, de momento, les gusta. Se lo pasan bien, y eso es lo único que importa”.
PARAÍSO NATURAL
Su zona de entrenamiento se expande por el entorno natural ripense: el Parque Regional del Sureste, con sus cerros, lagunas, cortados y vaguadas. Todo a un paso del salón de casa. “Antes no salía de la pista de atletismo del Cerro del Telégrafo. Ahora ni la toco, salvo cuando doy clases con el club local Sons of Running”.
“En Rivas somos unos afortunados por todo lo que tenemos”. Lo dice por la felicidad de correr junto a las lagunas de El Campillo o El Porcal, subiendo a los acantilados de El Piul o deslizarse por el carril bici que lleva hasta su pueblo, Arganda. Entre 90 y 110 kilómetros semanales para quien hoy se define como un “atleta popular”. Popular, sí, pero primer europeo del maratón de Madrid de 2024. Un tipo que en pista de atletismo y con zapatillas de clavos es capaz aún de completar el kilómetro en 2.30 minutos. Es Jose España, la gacela de Rivas.