A sus 19 años, ha sido elegida la mejor deportista de Rivas en 2023. “Toda una alegría, no me lo esperaba”, confiesa. Su bronce en el Europeo de Rotterdam (Países Bajos) y la lucha que aún libra por clasificarse para los Juegos Paralímpicos de París 2024 despuntan en su hoja de méritos. María Manzanero, yudoca de cinturón marrón, compite en la categoría J1, ceguera total, en peso de menos de 57 kg. Entre llave y llave, estudia Trabajo Social en la Universidad Complutense de Madrid: donde acude en metro cada mañana, previo madrugón. Son cuatro años de carrera y va por el segundo.
María lleva sobre el tatami desde los seis años. Vecina de Moratalaz, pertenece al Judo Club Rivas desde hace cinco temporadas. Becada con el equipo de la ONCE en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid, también entrena en el polideportivo municipal Cerro del Telégrafo tres noches a la semana, de 20.00 a 21.30, donde se ejercita su hermano Jorge, de 23 años.
Su entrenador ripense es Paco Lorenzo, fundador del club y referente nacional, varias veces campeón estatal y primer diploma olímpico del yudo español, en Barcelona 1992. “María es una luchadora. Su fortaleza y perseverancia en conseguir las cosas son admirables. Desprende mucha alegría. A pesar de las dificultades que enfrenta, es una chica optimista. Y siempre dispuesta a gastarte una broma”, la retrata Paco Lorenzo.
“María es una luchadora. Su fortaleza y perseverancia en conseguir las cosas son admirables. Desprende mucha alegría. A pesar de las dificultades que enfrenta, es una chica optimista”
Con el equipo de la ONCE, su preparadora es Marina Fernández, con quien acude a las competiciones internacionales. La última fue en Tokio, en el Grand Prix de Japón de diciembre, donde se colgó el bronce.
Los Grand Prix son las pruebas donde se acumulan puntos para el ranking mundial, clasificación que decide la participación olímpica. María ocupa actualmente la séptima plaza, a cierta distancia de la sexta. Y a París solo acuden las seis mejores. El pase se decidirá en las tres siguientes citas, antes de abril: Alemania, Turquía y Georgia. “Está un poquillo lejos la sexta plaza, ocupada actualmente por una argentina. Ella tendría que hacerlo mal y yo sacar medalla en los Grand Prix”, explica la yudoca, que ya ha participado en dos mundiales: Birmingham 2023 (Gran Bretaña) y Bakú 2022 (Azerbaiyán), donde obtuvo una séptima plaza, su mejor puesto.
Competir en el extranjero le gusta. Lo hace desde los 14 años. Los desplazamientos los costea la ONCE. “Son experiencias muy bonitas, haces equipo con el combinado nacional”, explica. Y se conocen otras culturas: “Yo lo que más disfruto es la comida. Me quedo mucho con el tema restaurantes. De Japón, por ejemplo, me ha encantado, sobre todo, la carne”.
Su bronce en el Europeo de Rotterdam (Países Bajos) y la lucha que aún libra por clasificarse para los Juegos Paralímpicos de París 2024 despuntan en su hoja de méritos
El yudo practicado por deportistas ciegos es prácticamente similar al que desarrollan personas con vista: la única diferencia es que el combate comienza siempre con agarre y no se puede soltar al oponente, para no perder la referencia de contacto.
“El yudo es una parte importante de mi vida, algo que he hecho siempre”, comenta María. “Yo sería muy distinta sin el yudo. El deporte ayuda mucho, y más si tienes una discapacidad. Ayuda a superar barreras. A todos los chaves ciegos les diría que practiquen un deporte”. Y menciona un obstáculo social con el que, a veces, se encuentra la infancia invidente. “A mucha gente con discapacidad, cuando es pequeña, el profesorado no le ayuda, por desconocimiento, a desarrollarse en las actividades deportivas, porque no saben cómo adaptarlas. Esa barrera hay que derribarla. En el caso del yudo, afortunadamente, encuentras menos dificultades, porque casi no hay adaptaciones, es una práctica idéntica”.
TAMBIÉN ATLETISMO
Hasta los 16 años practicó también atletismo. “Me gustaba especialmente la velocidad, los 100 metros”, recuerda. Entre sus aficiones, la lectura (es una apasionada de la saga de Harry Potter) y salir con sus amistades, pero “nada de discotecas, somos más de estar por el barrio”, aclara.
“Yo sería muy distinta sin el yudo. El deporte ayuda mucho, y más si tienes una discapacidad. Ayuda a superar barreras. A todos los chaves ciegos les diría que practiquen un deporte”
María ha sido elegida mejor deportista de Rivas en 2023, en modalidad femenina. En chicos, el reconocimiento se lo ha llevado Sergio Canales, campeón del mundo con la selección española de patinaje artístico sobre ruedas. La yudoca vivirá un invierno y primavera intensos, a la espera del verano. París está al acecho y en el estío prevé realizar el examen para abrocharse el cinturón negro. Ojalá la disfrutemos sobre el tatami olímpico.