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Rivas acoge el sábado 29 y domingo 30 de octubre la Copa de España de Quadball (antes llamada Quidditch, que por motivos legales con el legado de JK Rowling se ha tenido que cambiar el nombre). El evento, que celebra su séptima edición, reunirá a equipos de toda España (siete u ocho) que lucharán por una plaza en el Europeo de Clubes de Quadball.
La primera copa se disputó también sobre la hierba ripense. Y ahora vuelve al estadio de atletismo del polideportivo municipal Cerro del Telégrafo. En España, las tres últimas copas han pasado por las manos de Madrid Lynx, Dementores A Coruña y los vigentes campeones Malaka Vikings (Málaga).
El quadball (o quidditch) es un deporte mixto e inclusivo de contacto. Una mezcla entre balonmano, balón prisionero y rugby. “Un equipo está formado por tres chasers y un keeper, los encargados de marcar goles haciendo pasar la pelota de voleibol (o quaffle) por los aros, dos beaters, que protegen y generan espacios con la pelota de dodgeball (o bludger) a sus compañeros chasers. A partir del minuto 20 se une a esta alineación un seeker, encargado de capturar la snitch que otorgará 30 puntos al equipo que la capture”, explican desde la organización.
Es un deporte en el que se permiten los placajes y un juego físico. Y con un reto: quienes juegan deben portar un stick en el triángulo que forman las piernas con el suelo (a modo de escoba voladora). Si desmontan, ya sea porque reciben un beat o porque pierden el stick, están obligados a volver a aros y pasan a ser jugadores no hábiles en campo hasta que vuelvan a montar tras tocar sus aros.
DIVERSIDAD, IGUALDAD
Uno de los grandes valores de este deporte es la diversidad: hay normas de género que ayudan a preservar la inclusividad. No se pueden tener a cuatro personas en el campo que se identifiquen con el mismo género.
