Texto: Álvaro Mogollo
Para un deportista, ser convocado por su selección es un premio al esfuerzo desarrollado. Ganar un gran torneo con el combinado nacional, el culmen. Es el caso de Javier Sánchez Díaz y Miguel Cañadillas Martínez, ambos de 16 años, y que recientemente han conquistado el campeonato de Europa de hockey patines sub 17 con la selección española.
Los dos integrantes del club Rivas Las Lagunas aún están digiriendo el éxito cosechado. «Cuando disputas una competición de tanto nivel, no eres muy consciente de estar ahí. No te lo crees. Y menos cuando ganas», incide Miguel, asimilando aún lo logrado.
El título ganado en la localidad lusa de Torres Vedrás puso el colofón a un torneo magnífico del equipo español dirigido por Jordi Boada. En la primera ronda del campeonato, España venció con rotundidad a Israel, Andorra e Inglaterra, además de empatar ante Italia. En la segunda fase, se midieron a Suiza, Italia y Portugal. Contra la selección anfitriona cosecharon otro empate en el último partido del torneo, que les permitió alzarse con el título.
«Algo inolvidable. En cuanto acabó el partido [contra Portugal] empezamos a celebrar como locos. No nos lo creíamos», afirma Javier Sánchez. Los festejos continuaron hasta bien entrada la noche, con una cena en la que estuvieron presentes toda la plantilla, el cuerpo técnico y las familias de los jugadores.
Miguel Cañadillas es vecino de Alcorcón y jugador del club ripense desde hace cuatro temporadas. Empezó a patinar cuando apenas tenía dos años, y a practicar hockey cuando tenía cinco. Ahora afronta su momento más dulce tras el oro continental y las perspectivas que tiene de cara a esta temporada: «Creo que jugaré en el primer equipo [sénior de 2ª División: liga OK Plata], pero hay que trabajar mucho para ello».
Aunque en hockey las posiciones no están tan definidas, Miguel se desenvuelve en las de retaguardia. Una de las claves del éxito europeo de la selección fue la concentración previa realizada en San Cugat del Vallés durante cinco semanas: «Entrenábamos mucho e hicimos piña como grupo», sostiene.
Javier Sánchez, que juega de portero, ha firmado por el club de Rivas poco antes de la disputa del campeonato de Europa. Llega procedente del CHP Cájar, de Granada, de donde es originario. Este cambio de equipo supone un paso adelante en su carrera: «Es un club importante y la opción de acabar en el equipo sénior jugando en la OK Plata, segunda categoría nacional, es atractiva».
Tanto Miguel como Javier compaginan su actividad deportiva con sus estudios. Acaban de empezar el primer curso de bachillerato. Y el esfuerzo extra que supone compatibilizar ambas cosas ya les ha dado un primer fruto muy significativo. Por haberse colgado el oro en Portugal el 8 de septiembre han recibido la calificación de ‘deportista de alto nivel’ que concede el Consejo Superior Deportes. Esta distinción les permite acceder a estudios universitarios con una nota menor que la de corte.
Respecto a su futuro, Javier es cauto. Prefiere ir paso a paso. No tiene claro que querrá hacer en los años venideros y aboga por centrarse en el día a día de sus estudios y de su carrera deportiva. Miguel sí tiene un plan trazado: «Quiero estudiar Historia porque me gusta mucho. Y si tengo la oportunidad, también el doble grado de Derecho y Economía». Asegura que se puede compatibilizar y que, para él, el deporte complementa su actividad estudiantil y no al contrario.
CRECIMIENTO DEPORTIVO
Ambos inciden en que militar en un club como Rivas Las Lagunas es positivo para su crecimiento deportivo: «Está claro que, al jugar en un club importante, ganas visibilidad de cara a estar en la selección española, pero si no haces méritos, no sirve para nada», afirma Miguel Cañadillas.
Los jóvenes deportistas coinciden en la buena labor desarrollada por la entidad ripense durante los últimos años. «Es un buen club: en femenino estuvieron hace poco en primera división nacional [2017-2018]. Y en el masculino estamos en OK Plata con gente de la casa, que nos hemos desarrollado aquí como jugadores», incide Miguel.
LOS COMIENZOS
La pasión por el hockey les viene de familia. Miguel empezó a practicarlo cuando tenía cinco años, después de llevar varios patinando, porque su hermana mayor ya lo jugaba. Un caso similar al de Javier, que comenzó pronto a patinar y jugar porque veía a su hermano en pista. Precisamente, el hermano de Javier, Armando Sánchez Díaz, es integrante del primer equipo masculino del Rivas Las Lagunas.
Este hecho es uno de los motivos por los que se decantó por el conjunto ripense. La temporada que está en ciernes es un espaldarazo en sus carreras deportivas.
Pese a tener aún edad juvenil, la proyección demostrada y su esfuerzo diario pueden servirles para tener minutos en el equipo sénior. Y en una categoría competitiva como la OK Plata. Ganas les sobran.