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- Texto: Nacho Abad Andújar / Foto: Jesús Pérez
«He estado ocho años en el Ros Casares y he ganado muchos títulos. Y te puedo asegurar que las valencianas tienen esta temporada la mejor plantilla de toda la historia». La base titular del Rivas Ecópolis, Elisa Aguilar (cinco ligas y nueve copas), resume bien la sensación que prevalece en el vestuario los días previos a la semifinal de la Copa de la Reina, que se disputa en el pabellón Príncipe Felipe de Arganda del Rey (sábado 10 de marzo, 12.00, por Teledeporte).
El conjunto de Miguel Méndez, vigente campeón, no ha tenido suerte en su emparejamiento. Se enfrenta al equipo nacional más potente que haya pisado cancha española. «Y europea», añade un alto directivo del club. El Ros asusta. «Nos medimos al probable campeón de liga y de Europa, que arrasa a sus rivales sacándoles más de 30 puntos de diferencia», resume el entrenador en el túnel de vestuarios después de ganar al Bourges francés (64-59) el primer partido de octavos de Euroliga.
«Pero afrontamos la Copa con muchísima ilusión. La palabra es ilusión. Nadie nos va a quitar el sueño de competir bien y tratar de llegar a la final», concreta Méndez. ¿La clave para salvar ese primer escollo? «Estar superacertadas y bajar su producción ofensiva. Hablamos de las mejores jugadoras del mundo. Si cada equipo alcanza su mejor nivel, seguramente perdamos. Debemos devaluar su potencial como sea». Si doman a la fiera valenciana, las ripenses jugarían la final el domingo (11.00, por Teledeporte) contra el vencedor del Perfumerías Salamanca-Girona (sábado, 16.00).
«Es cierto que en liga no estamos siendo regulares. Pero a un partido somos muy competitivas. Y a jugadoras como Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar hay que ganarlas a un partido», insisten en el club.»Intentaremos defender con dignidad el título», asegura el presidente, José Luis Pérez.
El choque vendrá precedido de uno previo de liga. Las ripenses viajan a la capital del Turia el martes 6 de marzo. «Será una situación un poco extraña», aventura el técnico. Y si hay que ganar un partido, que sea «el de copa», afirman en el club, pues el Rivas ya no depende de sí mismo para quedar tercero en la fase regular liguera, plaza que permite disputar la Euroliga: «Si ganamos al Ros y luego la final, recuperamos la plaza europea». Porque en el campeonato nacional, el cuadro de Méndez se muestra irregular, y pierde encuentros contra rivales inferiores. Al cierre de esta edición, es quinto (14 victorias, 7 derrotas), empatado con el Mann Filter Zaragoza, cuarto, y a una victoria de la tercera plaza (Girona, 15-6).
«Está claro que si ganas al Ros te metes en la final con un subidón. Y ya te da igual que el rival sea Girona o Salamanca», se envalentona Aguilar [8,4 puntos de media en liga; 2,2 asistencias y 27.05 minutos por partido]. «Pero, con el emparejamiento que nos ha tocado, no podemos pensar ni mucho menos en la final», matiza. La base asegura que el equipo llega a Arganda «sin presión». «La presión la tienen ellas, un club grande que lleva un año y medio sin ganar nada. Nosotras debemos jugar con energía y ver qué pasa».
En la grada, con aforo para 2.780 espectadores, la marea roja se hará notar. El club ya ha cubierto todas las localidades cedidas por la Federación Española: casi 400. «No jugamos en casa, pero casi», se anima Méndez. La afición ripense y la azulona salmantina aportarán el mayor número de seguidores. De Valencia se espera la llegada de otros 200; algo menos de un centenar de Girona.
EL LADO POSITIVO
Un consuelo: hay quien prefiere citarse con el Ros en el primer cruce. «Si disponemos de una opción es en semifinales, porque en la final, viendo la copa de cerca, se antoja más difícil», apunta Nacho Martínez, segundo entrenador. Y recuerda la sorpresa que dio el Rivas al proclamarse campeón en 2011: «La campaña pasada el equipo de Salamanca tenía una gran plantilla [ganó liga y Euroliga]. También nos tocó en el primer partido y conseguimos ganarles. Vamos a ser optimistas. Vamos a ir a por ello».
Quien estos días recuerda la última canasta en juego de la final del año pasado es la escolta Anna Cruz. Su tiro en suspensión a cinco metros del aro cuando faltaban 30 segundos, dio al Rivas su primer título de la historia (59-63): «Ahora que se acerca la Copa, la gente me habla de aquella canasta. Pero no es algo que yo suela recordar por mí misma». Y tira de sinceridad: «La Copa se presenta complicada, como la del año pasado. Sabemos que lo que hicimos entonces, con aquel equipo, fue algo espectacular que nadie esperaba». «Con los altibajos ligueros, nos animaría mucho llegar a Arganda con la clasificación resuelta para la final a ocho de Estambul», insiste Cruz.
¿Se repetirá la proeza de 2011? «Hemos tenido mala suerte en el sorteo. Lo lógico es que perdamos porque jugamos contra un equipo superior, pero vamos a ver si, una vez más, vencemos a la lógica», se dice en los despachos de la directiva.
