SÁBADO 24 FEBRERO / 20.00.
Auditorio Pilar Bardem. Abonos tres noches festival Rivas Flamenca: 70 y 60 euros. Compra: restaurante El Mirador, web entradas.rivasciudad.es o taquilla (jueves y viernes, de 18.00 a 20.00, y días con función desde una hora antes).
Seguramente sea la voz más reconocible del mundo flamenco en la actualidad. Cuando José Mercé (Jerez de la Frontera, 1955) se refiere al nombre que aparece en su DNI, José Soto Soto, reconoce que “el apellido pesa mucho”. Este último eslabón de una extraordinaria saga de cantaores regresa con su disco “más íntimo”: ‘El Oripandó’. Así es como se definen el sol y el amanecer en el idioma caló.
“No quiero que sea un disco al uso, para mí es una obra”, avanza en esta charla en la que habla de las nuevas voces del flamenco, de su familia y de la pérdida de su hijo Curro, hace ya treinta años. A él le brinda el tema ‘Jamás desaparece lo que nunca parte’ (“Me cuesta la vida hacerlo en el escenario, me desahogo y lloro”, apunta), que suena tan distinto y tan flamenco a la vez, y en el que se deja ver la buena mano de Antonio Orozco, productor de este trabajo con el que Mercé llega a Rivas el sábado 24 de febrero, en el festival Rivas Flamenca.
Regresa al festival Rivas Flamenca (2018). ¿Qué valor tienen estos eventos para artistas consagrados como José Mercé?
Tienen mucho mérito. Es una maravilla lo que se está consiguiendo en Rivas. Para el mundo del flamenco es de agradecer mucho. Hay que dar un diez a la gente que organiza el festival, porque están luchando por el flamenco y están apostando por nuestra cultura. Ya es hora de que la gente se entere en este país de que el flamenco es la cultura más importante que hay.
Viene presentando nuevo disco. ‘El Oripandó’. ¿Es tal vez su disco más personal?
Sí, por supuesto, es mi disco más íntimo. Habla de mi vida. No quiero que sea un disco al uso. Para mí, es una obra, en la que hemos estado trabajando Antonio Orozco y yo. Hemos estado dos años y pico haciendo ese trabajo, son ocho temas en los que hablo de mi vida. Nos ha costado mucho, pero al final ha salido lo que queríamos.
El Oripandó es el nuevo amanecer, en caló. ¿Cómo se adivina esa nueva luz en su disco?
Empezamos en la tiniebla y acabamos con la alegría, con setenta músicos que suenan a gloria bendita. Creo que es una historia muy bien contada y que tiene mucho trabajo, porque cuando llegué al estudio y vi todo eso, yo me quería ir. Aquello me parecía un mundo, yo no estaba acostumbrado a eso. Y ya me pilló Antonio, me pillaron los músicos, me dijeron que me tranquilizara y al final tengo que agradecerles a ellos porque, afortunadamente, pudimos hacerlo y creo que ha salido una obra. Porque ‘El Oripandó’ es una obra. Yo no quiero pecar de nada, pero me parece que es un trabajo que habrá que escucharlo mucho y con el tiempo nos daremos cuenta de lo que es.
‘Jamás desaparece lo que nunca parte’ es un homenaje a su hijo Curro. ¿Se acostumbra uno a vivir tras la pérdida de un hijo?
Te acostumbras a vivir, pero estás marcado como cuando marcan a una res, para siempre. Eso está más claro que el agua. Esa frase [el título de la canción] se me ocurrió y la cogió Antonio Orozco. Estuvimos hablando de mi hijo y demás y le dije: es que Curro no se ha ido, está siempre con nosotros y va a hacer ya treinta años desde que se me fue. Pero realmente no se ha ido. Entonces, ‘Jamás desaparece lo que nunca parte’ es un tema que me cuesta la vida hacerlo en el escenario, pero me desahogo y lloro, me gusta hacerlo, me siento feliz cantándole eso a mi hijo.
¿Cómo fue el proceso de creación de ese tema?
Hablando mucho Antonio [Orozco] con mis hijas, con mis nietas, con mi mujer. Recordábamos a Curro, qué hacía, qué no hacía… Ha sido un trabajo grandioso. Antonio, con esa sensibilidad que tiene, pasaba a la escritura todo lo que le contábamos nosotros, la familia entera.
Hay una canción que le han escrito sus hijas y nietos, ¿qué importancia tiene la familia para José Mercé?
Toda la del mundo, yo sin mi familia no soy nadie. Lo más grande que yo he hecho en este mundo es tener esta familia, afortunadamente. Es el premio más grande, mi familia.
¿Y su mujer?
Con mi mujer hago 50 años de casado en septiembre. Me casé con ella en 1974. Si no hubiera sido por mi mujer, sabe Dios lo que hubiera sido de mí. La mujer es la que tiene más fuerza, ella fue la que me dijo que teníamos dos hijas y que yo no sabía hacer otra cosa que cantar. Me cogió de la mano y me llevó a cantar.
De alguna manera, ha sabido atraer al gran público rompiendo los cánones más clásicos del flamenco. Eso está al alcance de muy pocos, tal vez de Camarón o de Morente.
Yo digo lo que decía José [Monje, ‘Camarón de la Isla’] cuando hizo ‘Le leyenda del tiempo’, y es que este disco hay que escucharlo mucho, sacarle toda la enjundia que tiene y al final, no sé si este año, al que viene o al que sea, ‘El Oripandó’ será una historia que permanecerá siempre. Será eterno.
Es que es un disco muy rompedor.
Es de otra forma y, sin embargo, te puedo decir que es muy flamenco, desde que empieza hasta que termina. Todo está dentro de la raíz del flamenco, no se aparta de ahí en ningún momento. Desde que empieza en la mina, con ese martinete o el taranto, hasta que nos vamos a hacer unos tangos o un canto un poco más metido en el mundo del pop. Después hacemos una bulería que puede ser un rock. Es algo que nunca se ha hecho antes, esa es la verdad.
En todo caso, Mercé no rehúye del cante más puro.
No, por supuesto que no. Es que ni se me pasa por la mente. Vengo de una dinastía muy grande, de la que yo he mamado eso. José Mercé no va a dejar nunca de cantar por seguiriya clásica, ni por soleá, ni por bulerías, ni por alegrías, ni por lo que me pongan. Eso lo tengo muy claro.
El apellido Soto y Jerez de la Frontera deben pesar mucho.
Mucho. A partir del tío Paco de la Luz, que fue mi bisabuelo, creador de una seguiriya, pasando por mi tío Manuel Soto ‘Sordera’, mis primos y toda mi familia… Es que lo que hemos mamado desde chiquititos.
En 2018 nos dijo que el flamenco tiene sus momentos, pero que nunca está de moda en España. ¿Dónde está el problema?
Yo te diría que el flamenco no tiene moda, podemos estar más bajos, más altos, pero el flamenco es eterno. Moda no tiene, eso está muy claro. Eso te lo puedo decir claramente, que el flamenco no tiene moda, es eterno, siempre estará ahí.
¿Qué nuevas voces del flamenco le gustan, le motivan?
Hay muchas voces nuevas en el mundo del flamenco. Hay chavales y chavalas que lo están haciendo muy bien. Yo espero que cojan la buena línea, que respeten siempre la base y la raíz, y luego que se creen su personalidad. Yo siempre digo una cosa: lo que valga se quedará y lo que no, nos olvidaremos. Así de claro.
Va a salir de gira con ‘El Oripandó’. ¿Tiene ganas?
Sí, muchas ganas. Salimos ahora en 2024 con ‘El Oripandó’, hasta diciembre, cuando empezaremos con un nuevo trabajo.