Con los acordes nocturnos de la banda sonora de la película ‘Los siete magníficos’, se estrenó la orquesta sinfónica de Rivas Alma Mahler. Fue el pasado viernes 12 de mayo, al aire libre, durante las fiestas de mayo, en el antiguo frontón del Casco Antiguo. Ante unas 1.100 personas, según cálculos de la Concejalía de Cultura. Un ambiente popular para un proyecto sonoro local. Es la primera vez que Rivas cuenta con una sinfónica. Integrada por 70 instrumentistas, una cuota relevante corresponde a residentes en la ciudad.
La batuta la empuña Jorge García Cuenllas, profesor de flauta de la Escuela Municipal de Música (EMM): “Queremos que toda la ciudadanía disfrute de una orquesta sinfónica en directo y que pierda el miedo a la música clásica. Por eso hicimos nuestra presentación en el mejor momento posible, en las fiestas de la ciudad”.
La idea de crear una sinfónica surge del propio Jorge y Tamara Gómez, chelista y también docente de ese instrumento en la EMM. Ambos mantienen una intensa vida musical fuera de la misma. “La casualidad hizo que surgiera el germen de una orquesta profesional casi como un imposible, pero la serendipia quiso que fuera Aída Castillejo, nuestra alcaldesa, quien nos animara a presentar un proyecto y ver su viabilidad. Ambos tenemos mucha experiencia tanto como intérpretes como en la gestión de agrupaciones. Y, sin dudarlo, aceptamos el guante lanzado. Lo cierto es que el proyecto entusiasmó desde el primer momento y gracias a eso, seis meses después, lo que parecía un imposible ya es una realidad”, recuerda Jorge García.
Para su primer concierto presentaron una plantilla de casi 70 músicos. “No podía ser menos para un repertorio tan exigente como las bandas sonoras. Hace falta una gran sección de instrumentos de viento y percusión, y para equilibrar la sonoridad se necesita una nutrida base de cuerda, con 22 violines, ocho violas, seis chelos y cuatro contrabajos”, repasa Tamara Gómez.
La formación ha pretendido incluir al mayor número de profesionales de Rivas. Además de vecinas y vecinos, también elevan sus notas al viento personas relacionadas con la ciudad y músicos de la escuela municipal.
«Una institución cultural debe recoger las inquietudes y los retos de la sociedad en la que se desarrolla. Por eso queríamos un nombre que nos permitiera visibilizar el papel de la mujer en la creación musical»
El nombre de la orquesta, Alma Mahler, es toda una declaración de principios: “Una institución cultural debe recoger las inquietudes y los retos de la sociedad en la que se desarrolla, y desde el primer momento entendimos la orquesta como un vehículo para seguir avanzando en la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Por eso queríamos un nombre que nos permitiera visibilizar el papel de la mujer en la creación musical”, explica la chelista.
A LAS CREADORAS
A la austríaca Alma Mahler (1879-1964) se la conoce por ser la esposa de Gustav Mahler, uno de los compositores más reconocidos de música para orquesta del siglo XX. Pero Alma fue mucho más que la mujer de. Fue una compositora y pianista, subestimada por la misoginia de la época.
Arrinconada por la historiografía musical a un papel subalterno, como ha sucedido con tantas otras creadoras, “Alma era una mujer enormemente talentosa, pero que, por las circunstancias en las que le tocó vivir, no pudo desarrollar todo su potencial, al igual que infinidad de mujeres compositoras a lo largo de la historia”, expone el director. Por eso, “uno de los ejes sobre los que girará la actividad de la orquesta será la valorización del repertorio orquestal escrito por mujeres”. Acontecido ya el primer recital, sueño de una noche de primavera, toca afinar para el futuro. “Tenemos mucha ilusión y muchas ideas, y este primer concierto nos ha servido como carta de presentación hacia lo que esperemos que sea una programación estable y continua”, proyecta Tamara.
«Para su primer concierto presentaron una plantilla de casi 70 músicos. “No podía ser menos para un repertorio tan exigente como las bandas sonoras»
“Queremos hacer del auditorio Pilar Bardem nuestra sede, y ofrecer conciertos para difundir la cultura musical, cercanos al público, pero también comprometidos con nuestros valores. Junto con los conciertos desarrollaremos toda una serie de eventos satélites como charlas de difusión musical, música de cámara, espectáculos didácticos, programas para personas vulnerables o conciertos para la multiculturalidad”, expone Jorge. El abanico de posibilidades parece prometedor. Confían en organizar una cita con el público ripense cada dos meses. Se baraja la idea de englobar toda la actividad de temporada “en un abono que fidelice y fije un público, que ya sabemos que nos demanda”.
El viaje ha comenzado. Ahora toca navegar nuevos mares sonoros, a lo Jack Sparrow en ‘Piratas del Caribe’, película con la que la sinfónica despidió su concierto inaugural. Larga vida a estas huestes bucaneras que izan por bandera la música ripense. Que su travesía sea una melodía eterna.