MIÉRCOLES 19 OCTUBRE / 19.00.
Charla: ‘Caminando a través de las ideas’.
Centro cultural Federico García Lorca.
Concha Jerez (Las Palmas de Gran Canaria, 1941) fue una de las pioneras en el arte conceptual en España. El próximo miércoles 19 de octubre, en el marco del XXV Certamen Frida Khalo de Pintura, regresa a Rivas, ciudad en la que vivió, para impartir una conferencia sobre su obra y el papel de la mujer en el arte. “¿Cuántas mujeres hay en la colección del Museo del Prado?”, se pregunta Jerez para poner el dedo llaga de la escasez de nombres femeninos en la historia del arte. Los medios, la música o la autocensura están también presentes durante esta charla telefónica.
¿Cuál es la clave para sostener una carrera tan dilatada en el tiempo?
En un momento determinado, en 1975, después de mi segunda exposición individual en el Ateneo de Madrid, decidí no entrar en el mercado para desarrollar sin trabas la obra que yo quería en ese momento, muy centrada en espacios específicos. Esta decisión la mantuve hasta 1986, en que me invitó una galerista de Stuttgart (Alemania) a participar en un proyecto internacional, y pensé que ya podía hacer lo que quisiera, porque no me iba a influir la venta posible de mi obra en la forma de hacerla.
Desde hace décadas, centra su trabajo en las instalaciones y las ‘performances’. ¿Por qué se decide por ese formato?
En ese momento que te decía yo quería desarrollar mi trabajo tridimensional en los espacios concretos, teniendo en cuenta ese lugar y dialogando con él. Tenía la necesidad de desarrollar una estética que tuviera en cuenta el lugar donde se hacía, desde el propio espacio o desde la ciudad donde estaba ubicado. Las ‘performances’ surgieron porque decidí que quería presentar mis acciones en público, me interesaba la idea del arte presencial, en el que estaba incluida la propia persona dentro de ese ámbito artístico.
¿Cómo ha influido su formación musical en su forma de entender el arte?
Mucho más de lo que pueda parecer a simple vista. Más que nada, han influido las propias estructuras musicales. Cuando estaba haciendo la carrera de piano, interpreté mucho la música de Bach, que tiene unas estructuras compositivas que automáticamente he utilizado, sin buscarlo, en la realización de mi propia obra, sobre todo de las instalaciones.
¿Qué temas le interesa contar ahora a través de su obra?
Hay desde cuestiones estéticas a cuestiones sociales o políticas, aunque no pretendo dar ninguna lección. El arte es una forma de conocimiento diferente a la que nos plantea la ciencia o la literatura.
Suele ser muy crítica con los medios de comunicación.
Creo que todos debemos ser críticos ante cualquier medio que se nos plantea. No hay un hábito de ser crítico con ello. A mí me gusta ir al fondo de las cuestiones, porque los medios de comunicación nos dan una versión de los hechos pero no es una versión completa.
Se habla mucho de la cultura de la cancelación, pero usted denuncia con frecuencia que la sociedad actual está enferma de autocensura.
La autocensura está presente en nuestra sociedad de una forma impresionante. No nos damos cuenta de hasta qué punto nosotros nos autocensuramos. Yo empecé a hacer mis escritos autocensurados como base de mi obra en los años setenta, durante el franquismo, porque si quería decir lo que yo pensaba políticamente terminaba en la Dirección General de Seguridad o en la cárcel. Después, cuando se murió Franco, me di cuenta de que no solo existía esa censura política, sino que nosotros, en nuestra vida nos autocensurábamos en distintos niveles, incluso personales o laborales.
En Rivas hablará del papel de la mujer en el arte. Solo se cuenta una mujer entre los 50 artistas más cotizados en el mundo. ¿Por qué no se termina de romper esa barrera? Habría que preguntárselo al propio mercado.
En general, la obra de las mujeres se ha infravalorado en siglos pasados. Incluso algunas mujeres firmaban sus obras con el nombre de sus maridos. Se ha avanzado algo, pero sigue habiendo grandes diferencias. Podíamos preguntarnos por cuántas mujeres hay en la colección del Museo del Prado o en museos de arte contemporáneo. Siempre hay un tanto por ciento muy inferior de mujeres. Sin embargo, en mis clases durante veinte años en la Universidad de Salamanca había siempre más mujeres que hombres. Pero en situaciones de triunfo o de aceptación en el mercado hay una mayoría de hombres. Ahora hay un movimiento feminista fuerte, en España está Mujeres en las Artes Visuales (MAV), que ha venido haciendo una gran labor. Existe una ley de Igualdad, pero todavía no se cumple.
Precisamente usted ha recibido el premio Mujeres en las Artes Visuales. ¿Ayudan estos premios a visibilizar a las mujeres artistas?
Sí, ese y en general los premios ayudan a visibilizar. El MAV da premios cada año y es muy importante, pero hay tal retraso en la posibilidad de otorgar premios en relación con la valía de tantísimas mujeres que es un problema.