SÁBADO 22 OCTUBRE / 20.00.
Auditorio Pilar Bardem. 11 euros (ver descuentos).
Compra: web entradas.rivasciudad.es o taquilla (jueves y viernes, de 19.00 a 21.00, y días con función desde una hora antes).
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Tenía 14 años cuando se le despertó la vocación y, desde entonces, y este mes cumple 37, no ha parado. Tras dos años de estudios en Chiclana, su tierra natal, y en Cádiz, comenzó a buscarse la vida como actriz y un personaje le cambió la vida. Es Pepa Rus, y aún habrá quien la recuerde como la querida Macu, de la serie ‘Aída’. Desde entonces, combina papeles tras las cámaras o sobre el escenario. Y en los últimos tiempos, además, ha dado el salto a la dirección teatral, un camino que no la desviará de su pasión por interpretar: “Nunca podría dejar de ser actriz”, confiesa.
Vecina de Rivas desde hace nueve años, actúa para sus vecinas y vecinos el sábado 22 de octubre, a las 20.00, en el auditorio Pilar Bardem con ‘¡Viva la Pepa!’, una comedia dirigida por Juan Luis Iborra en la que Rus da vida a una madre sola de mellizos que vive en Melilla, con extremas dificultades y que, un día, se vuelve viral en redes sociales y se adentra en política. Una buena salsa de ingredientes que la actriz cocina sola en el escenario durante algo más de una hora.
¿‘¡Viva la Pepa!’ va de maternidad, de supervivencia, de crítica al sistema?
Un poco todo. No deja títere con cabeza, como explica el dire. Es la historia de una superviviente, una luchadora, una mujer a la que se la utiliza mucho, pero se sobrepone y hasta que ella no decide tomar las riendas de su vida de manera real y práctica no cambia su suerte.
¿Es de esas comedias que divierte a la par que deja un poso, una reflexión? Creo que sí, que al final es una comedia que tiene momentos muy emotivos, y lo bonito de una función es que luego la puedas comentar en la cena.
Muchas mujeres podrán identificarse con esta Pepa, madre desbordada por la vida.
Sí, de hecho, en esta trayectoria de gira muchas mujeres me dicen que se han visto reflejadas, madres solteras o con dificultades. Sobre todo las mujeres se sienten muy identificadas. ¿Qué le está llegando del público? Me dicen mucho que se ríen y emocionan a partes iguales.
¿En qué puntos coinciden ambas Pepas, la chiclanera y la de Melilla?
En ver la vida con humor. Eso nos une, pero ella es bastante más luchadora y me gustaría apropiarme de ciertas cualidades que tiene el personaje.
¿Qué otros atributos le gustan de Pepa?
Es una superviviente. Nunca decae, va siempre hacia adelante. Y es muy bonito conservar ese optimismo hacia ciertos problemas muy graves.
Sola en el escenario durante 75 minutos, ¿es todo un reto mantener la atención del público?
El truco es el propio texto, en el que confío, y en la dirección de Juan Luis Iborra. No se puede flaquear y no tienes tiempo de pensar. Hay que estar al cien por cien.
¿Qué lecciones nos deja ‘¡Viva la Pepa!’?
Lo bonito de esta función es que no da lecciones, simplemente plantea una situación, un problema, y desde ahí que cada cual piense lo que quiera, que debata y hable de todo desde diferentes opiniones. Aunque la obra aborda la política, plantea el tema desde un punto de vista muy humano.
¿Le incomoda o le agrada que le sigan identificando con Macu?
Es un personaje que se ha quedado en la memoria colectiva. Fueron muchos años de una serie muy vista, y fue un personaje muy querido al que le estoy muy agradecida, siempre, y estoy feliz de haber sido la Macu y de haberlo sido muchas veces. No me incomoda. Ese personaje ha sido un trampolín profesional y personal y le estaré siempre agradecida. Además la gente siempre te viene con palabras muy amables.
¿Su futuro pasará más por la dirección teatral y menos por la interpretación?
Creo que no podría dejar de ser actriz nunca. Me costaría mucho.
¿Cuándo supo que deseaba ser actriz?
Tenía 14 años y lo tenía clarísimo. Lo probé y me fascinó. Estudie dos años en Chiclana y Cádiz, hasta que dije que esto era lo mío.
¿Fueron duros los inicios?
He tenido mucha suerte. Me fui con 17 años de casa a estudiar: pegar ese salto de irte sola fuera es muy emocionante, aunque a veces se puede hacer cuesta arriba. Pero he tenido suerte de vivir de lo mío, de mi trabajo, que es mi vocación.
¿Cómo fue ese casting que le llevó hasta la Macu?
Hice primero uno y a la semana me seleccionaron para el segundo, con Paco [León, actor], y con mucha gente que no sabía quiénes eran. Fue muy largo, y estaban allí los directores de producción y de la serie, que no sabía quiénes eran. Al acabar me dijeron: ‘Mira, el papel es para ti, vamos a presentarte a tus compañeros’.
¿Por qué eligió Rivas para vivir?
Porque me parecía una ciudad tranquila, bonita y amable, con muchos parques y prestaciones aunque ahora también somos más vecinos y falta alguna prestación, pero es una ciudad que está creciendo y se está haciendo fuerte. Conozco mucha gente que quiere vivir aquí y eso es bueno.