VIERNES 11 MARZO / 20.00
Auditorio Pilar Bardem. 11 euros.
Compra: web entradas.rivasciudad.es y taquilla (jueves y viernes, de 18.00 a 20.00, y días con función desde una hora antes).
Forma parte de esa legión de cómicas que ha hecho saltar las costuras del corsé del humor, ese que hasta hace bien poco abarcaba en lo mediático a muchos hombres y solo a un puñado de mujeres. Pero ellas siempre han estado ahí y hoy los públicos las reconocen y las piden, catapultándolas de los márgenes al ‘mainstream’. Nerea Pérez de la Heras (Madrid, 1982) es un ejemplo. Periodista, cómica, escritora… Artista que provoca, que agita conciencias derrochando ácida ironía con la que hilvana los ideales del feminismo. Y lo hace escogiendo las batallas, según recomienda en esta entrevista, para no desgastar. Porque a veces las ganas disminuyen y el machismo crece.
En 2016 se sentó a escribir sobre igualdad, perspectiva de género, violencias machistas… Y le salió ‘Feminismo para torpes’. Lo que nació con vocación de conferencia animada es hoy un montaje teatral que se actualiza con cada hervidero político o social. La política madrileña, Eurovisión, las meninas de las calles de Madrid o Pérez Reverte. Todo lo que pasa por su prisma socarrón desemboca en risas. Y el jueves 11, en el auditorio Pilar Bardem, el público ripense tiene la oportunidad de comprobarlo.
¿Cómo nace ‘Feminismo para torpes’?
Fue en 2016. Empiezo a implicarme en asociaciones feministas y me apetece mucho explicar todo lo que estoy aprendiendo en un momento dado. No sabía cómo hacerlo pero tenía el título, ‘Feminismo para torpes’, porque tenía la sensación de que había muchas situaciones ligadas a la violencia estructural y a la desigualdad que sufrimos las mujeres que eran fácilmente explicables con metáforas y ejemplos comprensibles para todo el mundo. Empecé a tomar notas de todo esto y se formó una especie de conferencia teatral en la que yo soy una maestra de ceremonias y dirijo en escena a un actor y a una actriz.
«Me tomo muy en serio mi faceta de cómica»
Actualiza el espectáculo según los acontecimientos. ¿Qué novedades ha incorporado últimamente?
El triunfo del PP en la Comunidad Madrid, por ejemplo. El feminismo está muy ligado a las políticas sociales y a la defensa de lo público porque las mujeres somos quienes nos ocupamos de los cuidados en esta sociedad capitalista. El feminismo siempre defiende la justicia social para todo el mundo, no solo para las mujeres, algo que choca profundamente con este triunfo del neoliberalismo más bestia. Y eso es una de las cosas que he metido últimamente. Hago también una contestación al discurso de [Macarena] Olona en el que dice que la violencia no tiene género. Y hay mil chistes, por ejemplo, sobre las meninas de las calles de Madrid o Eurovisión. Todo se va moviendo en función de lo que va pasando. Y siempre paródico.
Los mensajes que se escuchan en un patio de butacas, ¿llegan más, son más efectistas?
Creo que sí. La risa, la relajación, la escucha de otra persona que no te está leyendo la cartilla, pues te lo está diciendo con un chiste, relaja al público y por ahí entran cosas interesantes. También me río mucho de mí misma. Y el público es cincuenta, cincuenta, casi. En todos los años que llevo hay muchísimo público masculino.
¿‘Feminismo para torpes’ acaba llegando al público que más necesita escucharlo?
El público que es absolutamente hostil al feminismo no entra en el espectáculo. Pero hay gente que todavía compra algunos prejuicios, algunos mitos que tiene muy presentes, pero conserva un poco de curiosidad, y esa gente sí absorbe. Lo digo con conocimiento de causa porque me escriben mucho por Instagram y me dicen: ‘Ah, mira, esto no lo había visto así’. O a la salida mucha gente me dice que va a traer a una amiga, a un primo, a un colega o al novio. Y vuelven.
«Es una responsabilidad de cada ciudadano enterarse cómo es la sociedad en la que vive»
Todo el mundo sabe de alguien a quien le vendría bien escuchar estos mensajes.
Claro, o hay gente semiconvencida, curiosa, que llega con dudas y se lo pasa bien. Y hay cosas muy generacionales, chistes para gente de 25 y otros para gente de 85. Veo a las señoras de pelo blanco que con la parte de los cuidados se les desenrosca la cabeza de asentir.
¿La risa es un vehículo que llega más lejos y más rápido?
Es una forma de dar un primer paso. Pero no tenemos ninguna obligación las feministas de resultar amables. Yo utilizo el humor porque me parece un lenguaje cómodo y porque me muevo bien en esa manera de crear. Pero estamos hablando de algo muy serio. La violencia machista se lleva muchas vidas y a otras las castiga mucho. Por tanto es una responsabilidad colectiva tomar esto en serio como un problema social prioritario. El feminismo trata de explicarlo, de hacer pedagogía y, a veces, humor. Pero es una responsabilidad de cada ciudadano enterarse cómo es la sociedad en la que vive. Esa información, accesible para todo el mundo, también figura en el espectáculo, que está generado no solo para hacer pedagogía. Me gusta que las tías que ya son feministas echen un rato buenísimo. Es fundamental que tengamos nuestros espacios para despatarrarnos y pasárnoslo pipa.
Las redes sociales han reforzado esas burbujas de opinión en las que nos movemos y que nos hacen percibir la realidad en función de las noticias que nos dan los algoritmos. ¿Vuelven más pasiva la lucha?
Creo que es peligrosísimo que nuestra percepción de la realidad esté condicionada por el algoritmo que hace una empresa privada. Y que solo estemos en el teléfono escuchando a gente darnos la razón. Eso es peligroso porque no te enteras del mundo en el que vives de verdad. Por eso nos pegamos una hostia cada vez que da un subidón la ultra derecha. Pero hay que estar un poco más despierta. La falta de movilización social no es culpa de las redes sociales, sino de las herramientas institucionales para pararla como ha sido la Ley Mordaza, que ha marcado un antes y un después en cuanto a número de manifestaciones en España, y es porque la gente no puede pagarse una multa. Entonces dejas salir a la calle.
Este mes, el 8M es una de las pocas citas para verse en las calles. Toda oportunidad es buena para salir a las calles.
Yo creo mucho en la lucha, en la constancia del día a día. El 8 de marzo está bien y sigue siendo necesario porque las mujeres seguimos sin formar parte de lo general. Todavía somos una cosa marginal y todavía se nos reserva un mes. Suelo poner el ejemplo de una revista de arte en la que en el número de marzo titulaba ‘Mujeres retratistas’. A mí me gustaría que el título fuera retratistas a secas. ¿Por qué no se puede decir que son artistas y hay que especificar que son mujeres artistas? En cambio, cuando lees artistas no te sorprende encontrarte debajo cinco nombres de tíos. Hasta que eso sea de otra manera y las mujeres no seamos humanos de segunda categoría, pues marzo sigue siendo necesario para visibilizar. El objetivo es que esto desaparezca.
«Hay que elegir las batallas porque hay que intentar no desgastarse y que no nos desvíen la agenda hacia cosas muy básicas»
El auge de la ultraderecha son más palos en la rueda del progreso. ¿Hay que contestar sus ataques o hay que ignorarles?
Hay que elegir las batallas porque hay que intentar no desgastarse y que no nos desvíen la agenda hacia cosas muy básicas, pero a la vez no dejarles ganar terreno porque el número de jóvenes adolescentes de entre 18 y 25 que cree que la violencia machista no existe es alarmante. Y eso es un terreno ganado por la ultraderecha porque se aprovechan de una falta bestial de educación de la sociedad. Y lanzan este tipo de mensajes muy sencillos, muy populistas, de la violencia no tiene género, y si a un chaval nunca le han hablado sobre violencia estructural, se lo zampa. No hay que dejarles. Hay que estar empujándoles y a la vez siguiendo con nuestro camino.
Periodista, cómica, escritora… ¿Cómo se define Nerea Pérez de las Heras?
Pues mira, yo cada vez más como artista, la verdad, porque. Porque, bueno, creadora, no como activista, eso nunca que las activistas son gente que les ponen multa y las detienen. Yo diría que creadora porque bueno, porque es lo que tienen en común todas esas cosas que has mencionado. Y luego tengo una obra de teatro nueva que se llama Cómo hemos llegado hasta aquí,
Entonces ya después de una segunda obra de teatro, pues creo que puedo decir que estoy más cerca de la de la creación de cultura que del periodismo.
En el año de los 40, ¿reflexiona sobre el paso del tiempo? ¿Es una edad frontera?
Pensaba que iba a serlo, pero está resultando está resultando que no. Me parece que hay demasiado miedo, inquietud y angustia alrededor de cumplir los 40 cuando eres una mujer y no lo estoy sintiendo para nada. La verdad es que me siento cada vez disfrutando más de mi curro. Algo que ni de broma sentía con 20 años que es todo preocupación, ansiedad o presión. Ahora me lo estoy pasando fenomenal.
Un mensaje para el público ripense. ¿Por qué tienen que ir a verla?
Porque voy a hacer todo lo posible por que salgan mejores en todos los sentidos pero sobre todo de ánimo, porque la faceta de cómica me la tomo muy en serio y me gusta hacer reír a la gente.
¿Podría recomendar un libro, una serie y una película?
Un libro, ‘El pensamiento heterosexual’, de Monique Wittig, un clásico del feminismo. Una serie, ‘Yellowjackets’. Y, en vez de una peli, me gustaría recomendar a una ‘youtubers’, ‘Contrapoint’ y al podcast ‘Las hijas de Felipe’.
