SÁBADO 5 MARZO / 20.00.
Auditorio Pilar Bardem. 11 euros (entradas agotadas).
Venta: web entradas.rivasciudad.es y taquilla auditorio (jueves y viernes, de 18.00 a 20.00, y días con función desde una hora antes).
Es sin duda una de las actrices del momento. Belén Cuesta (Sevilla, 1984) está girando por todo el país con la obra ‘El hombre almohada’, del irlandés Martin McDonagh, dirigida por David Serrano. Cuesta interpreta a la escritora Katurian, autora de cuentos muy oscuros con los que revisita su pasado y en los que la violencia infantil tiene una fuerte presencia. “Los actores tratamos de entender al personaje o lo que vamos a contar desde nuestra propia experiencia”, explica la actriz ganadora en 2020 de un Goya por ‘La trinchera infinita’ y musa de nuevos creadores, como Javier Calvo o Javier Ambrossi (‘Los Javis’). ‘El hombre almohada’ se representa en el auditorio el sábado 5 de marzo (20.00).
Llega a Rivas con ‘El hombre almohada’, una historia realmente dura y muy compleja. ¿Cómo ha sido el proceso de puesta en escena de la obra?
Aunque la obra es un poco dura, la experiencia ha sido muy positiva y muy placentera de hacer, porque hemos ensayado con tiempo, y las cosas, cuando se hacen con tiempo, se disfrutan más. Y, además, estoy con tres actorazos en escena [Ricardo Gómez, Juan Codina y Manuela Paso]. Es una suerte poder trabajar con ellos cada día.
El autor de la obra, el irlandés Martin McDonagh, dice a través de la protagonista que en la vida real no hay finales felices. ¿Hasta qué punto está de acuerdo?
Yo creo que sí que hay finales felices. Me considero un poco más optimista, aunque la palabra resulte un poco naíf. Pero sí, creo que hay finales felices.
¿Qué importancia le da Belén Cuesta al pasado, a la memoria?
Para mí es fundamental. No sé quien decía que lo único real es lo que hemos vivido, quienes hemos sido y nuestro pasado. Lo demás no existe, ni el presente. Es muy importante saber quiénes somos, es nuestra esencia.
En su papel de actriz, de creadora de personajes, ¿se ha enfrentado alguna vez a su pasado a la hora de trabajar algún papel concreto?
Al final, siempre trabajamos con nuestra propia experiencia. Tratamos de entender al personaje o lo que vamos a contar desde nuestra propia experiencia. Todos lo hacemos de alguna manera u otra, pero por puro conocimiento. No me he basado en nada específico que yo recuerde, sino que todas las imágenes, a la hora de trabajar, parten de nuestro propio conocimiento, que es la experiencia.
Ahora que se habla tanto de la cultura de la cancelación, ¿es responsable el autor de una obra artística, como pueda ser esta, de la interpretación que le dé la sociedad a través del tiempo?
No, para nada. Creo que el artista no es responsable de cómo uno entienda o mire desde un punto de vista la obra en sí.
¿Cómo es compartir escenario con Ricardo Gómez?
Quizás ambos sean dos de los actores revelación de los últimos años. Disfruto muchísimo actuando con Ricardo. Me encanta estar en escena con él, es un maravilloso actor. A nivel personal y laboral, ha sido un descubrimiento. Es una fortuna poder compartir escenario.
David Serrano ya la dirigió en ‘Los universos paralelos’, un montaje muy duro también.
Con David Serrano hice también una película, ‘Tenemos que hablar’, una comedia. Estuvimos en Mérida con ‘La metamorfosis’, que no tenía nada que ver. Lo que me gusta de David Serrano es que se atreve con todo, lo mismo monta ‘Billy Eliot’ que ‘Grease’, o de repente hace ‘El hombre almohada’. Siempre lo digo, cuando me llame David iré encantada, porque me gusta su forma de trabajar. Todo el proceso con él es algo muy creativo y placentero. Me parece uno de los directores más interesantes.
La suya ha sido una carrera fulgurante. Decenas de películas, series, montajes teatrales. ¿Cómo lo hace?
Supongo que trabajando. Será por eso que dicen de que el trabajo llama al trabajo. En esta profesión, a veces tan difícil, no hay que tirar la toalla. Además, cuando una hace lo que le gusta, de alguna forma o de otra, hay una recompensa. He hecho lo que me han dejado hacer, porque esta profesión depende mucho de que te dejen.
Ha interpretado mucha comedia, pero el mayor reconocimiento le llegó con ‘La trinchera infinita’, un drama con mucha violencia también.
Es un drama, sí, pero sobre todo es una historia fascinante, que recoge muchas historias reales. Siempre digo que, como actriz, me encanta que me dejen probar géneros, distintas pieles y colores. Disfruto muchísimo con el drama y con la comedia, me encanta volver a hacer comedia también. Pero es verdad que ‘La trinchera infinita’ es uno de los trabajos a los que más cariño tengo, sin duda.
¿Cómo fue recibir el Goya a la mejor actriz?
Fue la mejor noche de mi vida, porque fue en mi ciudad [Sevilla], con mi familia, en el sitio donde yo estudié arte dramático, con mis compañeros y amigos de toda la vida, el día antes había sido mi cumpleaños… La recuerdo como una noche superemotiva y superdivertida.
¿Qué han supuesto los Javis en su carrera?
Javi Calvo y Javi Ambrossi han sido mi mayor golpe de suerte. Aparte, son mis amigos, por supuesto. Pero es que a partir de todo lo que hicieron, empezó la gente a verme y me contrataban luego.
Y por si fuera poco, ‘La casa de papel’. ¿Le queda algún techo por romper?
Espero que me dejen seguir trabajando y asumir retos, cosas que me resulten todavía complicadas, que es todo. Sí, que me dejen seguir trabajando, que es lo que todos los actores quieren.
La pregunta ya es demasiado común en estos tiempos, pero ¿cómo ha sido trabajar durante la pandemia? ¿Ha afectado al montaje de alguna manera?
Hemos tenido suerte y toco madera, porque hasta el momento no hemos tenido que cancelar, aunque en el teatro sí que se notan los aforos. En el rodaje de ‘La casa de papel’ también tuvimos suerte y tampoco paramos, porque había un equipo de producción que estaba haciendo encaje de bolillos todo el rato. Dentro de esta época tan rara, hemos ido solucionando todo como hemos podido.