Conduce uno de los podcasts más escuchados de España, ‘Estirando el chicle’, con cerca de cuatro millones de reproducciones al mes, número 1 en la plataforma Spotify y Premio Ondas 2021 [esta entrevista tuvo lugar antes de la concesión del galardón a finales de octubre]. Presenta el popular programa ‘Yu: no te pierdas nada’, junto a Ana Morgade. Es colaboradora de ‘Late Motiv’, de Andreu Buenafuente. Cosecha más de 175.000 seguidores en Instagram, 93.000 en Youtube y 60.000 en Twitter con Living Postureo, una mirada sarcástica de la cultura ‘milenial’ y en el que se puede ver la premiada serie ‘Válidas’. Además, ha sido guionista de ‘La Resistencia’ y ha participado en ‘Las que faltaban’, entre otros éxitos. La lista es larga. Y es, también, vecina de Rivas.
Victoria Martín de la Cova (Madrid, 1989), licenciada en periodismo, con un máster en guion de cine y televisión, es ya una reconocida cómica. De esas que transmiten anécdotas de la cotidianidad con el lenguaje de la calle, como haría la amiga graciosa del grupo. Pero con tesón y horas robadas al sueño detrás de cada carcajada que arranca. Como si cuanto más espontáneo pareciera el gag, más tiempo de faena llevara. “No improvisamos. Si la cosa va bien y la conversación fluye, fenomenal, pero nosotras llevamos siempre nuestro guion porque tampoco sabemos trabajar de otra manera”, reconoce en conversación telefónica con ‘Rivas al Día’.
La cómica que hoy, junto a su equipo, agota en minutos las entradas para ver los directos de ‘Estirando el chicle’ fue una niña que correteó por las calles de la incipiente ciudad, allá por los años 90. “Era como en ‘El Rey León’ cuando le enseña [Mufasa a su hijo Simba] dónde están las tierras. Estaba todo sin construir. Nuestras casas y poco más”, describe sobre el entorno de su hogar familiar, al final de la avenida de Los Almendros, donde recaló con 2 años. En un colegio de Madrid transcurrió su etapa escolar, y en el Luyfe estudió el último curso de bachillerato. Por entonces, aunque reconoce que hoy en el fondo también, utilizaba el humor como escudo. “Siempre he sido muy payasa. Era mi herramienta para que no me hicieran ‘bullying’, como era muy pringada les hacía reír y así me llevaba a la gente a mi terreno porque yo tenía las de perder en el colegio, que es un mundo muy hostil. Era mi arma”.
PRINCESA POR EL DINERO
En aquel tiempo aún no se visualizaba como humorista que pudiera vivir de la risa. La comicidad era su método de supervivencia social mientras soñaba con escribir, su vocación, algo que podría combinar con otras profesiones: “También quería ser Power Ranger y princesa, pero solo por dinero, eh, no por los vestidos”.
Precisamente, si se decantó por estudiar Periodismo fue por su pasión por la escritura, “no por la actualidad, no me apasionaba, si no por el entretenimiento, las series, la ficción. Al final, más o menos íntimamente trabajo escribiendo”.
Hoy recoge el fruto de años de trabajo intenso reforzado por el método de la constancia. Su aparición el programa de Buenafuente, como invitada junto a su otra mitad de ‘Estirando el chicle’, Carolina Iglesias (@percebesygrelos), colocó “el check de oye, que estas chicas existen”, según explica Victoria, y de pronto todo el mundo empezó a llamarlas. “Parece que todo ha sido muy rápido pero ya estábamos aquí haciendo miles de cosas. Y ahora nos gustaría que salieran más programas de mujeres, que haya más referencias”, reclama.
En ese viaje de los márgenes al centro reflexionó precisamente sobre ese lugar que ocupan las mujeres en el humor y la conclusión fue reveladora: en esos márgenes se están quedando ellos. “Estamos acostumbrados a ver en el ‘mainstream’ siempre a los mismos señores, y no hay tantos productos culturales liderados por mujeres porque como luego no los compran… En nuestro caso lo autoproducimos y, después, Pódium Podcast apostó por ello. Pero al final necesitamos diferentes discursos y es el público quien ha apostado por nosotras más que la industria. El público es soberano, se está formando en comedia y está decidiendo”.
Entre esas decisiones fruto de los nuevos hábitos de las audiencias figura la de llevarla a ella y a su compañera al número uno de los podcasts más escuchados de España. Pero queda mucho por hacer, según valora. “Estuvimos en un bolo en Valencia, ante más de 800 personas, con la cómica Patricia Espejo. La mirábamos y pensábamos cómo era posible que ella no estuviera trabajando en todos los puñeteros sitios y esté ‘Manolito Lechugas’ diciendo machistadas y haciendo chistes de maricones en televisión. Hay muchísimas cómicas, y además buenísimas porque trabajan el doble. Pero falta apuesta”, lamenta.
EL ÉXITO DE LO SENCILLO
España es uno de los países más consumidores de podcasts. Según el informe de Spotify 2021 sobre la forma de relacionarse con estos archivos de audio, más de la mitad de la población los escucha. La pandemia espoleó estos hábitos y en el maremágnum de opciones destacan los escritos, producidos y dirigidos por mujeres, con audiencias crecientes. En el que protagoniza Victoria junto a Carolina Iglesias la dinámica es sencilla. Conversan sobre fútbol, periodismo, estereotipos y desigualdades de género, conciencia de clase, enfermedades mentales, viajes… Todo con perspectiva feminista. La audiencia las ha encumbrado a la cima, y ¿cómo le influye este momento a la cómica ripense?: “Te lo tomas con responsabilidad sobre el mensaje que estás mandando, porque nos escucha mucha gente joven y, aunque somos muy burras, hacemos comedia ciertamente positiva”.
El camino hasta el éxito, según explica, “ha sido duro”. “Tiene que gustarte mucho. No hemos tenido fines de semana ni vacaciones ni nada de eso que tiene la gente y que se llama vida. Ahora ya podemos gestionarnos mejor pero la apuesta ha sido al completo. Y sí que mereció la pena. Pero si no quieres salir de tu zona de confort tampoco pasa nada, eh, que me parece horrible esto del ‘coaching’, si no te apetece, no”, resuelve.