Entrevista: Irene Chaparro
Estrella Morente (Las Gabias, Granada, 1980), hija del cantaor Enrique Morente y de la bailaora Aurora Carbonell, es artista por méritos propios. Entona su cante la última noche del festival Rivas Flamenca (sábado 17 de abril, 20.00, auditorio Pilar Bardem, entradas aquí). Se considera admiradora de creadoras como Virginia Woolf y reivindica la importancia de seguir descubriendo figuras femeninas desconocidas a través de su arte.
¿Qué importancia tienen festivales como Rivas Flamenca?
Todo lo que sea contribuir para que este pulmón que es la cultura siga vivo es fundamental. Es cuestión de querer respirar nosotros, y que el resto pueda seguir respirando. También es importante hacer equipo: es un momento de compañerismo con los demás artistas. Los festivales nos dan la oportunidad de sobrellevarlo de otra manera. Para mí, es muy especial estar en este festival, porque puedo traer de su mano un cachico de Graná con un cantaor tan bueno y respetuoso como lo es mi paisano Juan Pinilla [la otra actuación de la noche].
Dos templos del flamenco como Villa Rosa y Casa Patas han echado el cierre por la pandemia. ¿Por qué es importante mantener vivos los tablaos?
Yo soy una enamorada de Villa Rosa, donde tocaba mi abuelo Montoyita. Y Casa Patas es único para mí: celebré mi comunión allí. Lo pasé mal cuando cerró. Desgraciadamente, los tiempos están cambiando y los espacios se quedan atrás. Quienes los hemos vivido debemos darle paso a la nostalgia y no al pesimismo, buscando otros lugares para rendirles homenaje.
Usted dice que lleva la música en la sangre. ¿Con arte se nace o se hace preparándose?
Cada artista tiene su propio ritmo de trabajo y manera de gestionar su creación. Depende de las vivencias de cada cual y, sobre todo, de las propias intenciones. Es un error muy grande creer que, por tener talento, estás por encima de los demás, pensando que solo tu forma de hacer las cosas es la más adecuada. Cada cual tiene su propia manera de llegar.
Diez años desde la muerte de su padre. ¿Cómo ve ahora la figura de Enrique Morente?
Mi padre, siendo autodidacta, llegó a ser el gran intelectual del flamenco, a pesar de que era muy discreto. Eso no lo reconozco yo como hija, sino generaciones enteras. Y lo hizo gracias a los principios tan brutales que tenía. Su necesidad de búsqueda ha dejado un legado más importante que cantar como cantaba él por soleás o seguiriyas. Nunca se jactó de ello. Era un buscador que se acercaba a la gente joven y un conocedor de la situación que se venía, como la pérdida de los tablaos.
Han pasado 15 años desde que lanzó su disco ‘Mujeres’. ¿Quiénes son las que más le inspiran en su vida y profesión?
Tengo grandes referentes en casa como mi abuela, mi madre o mi hermana, pero además la vida te va enseñando otros ejemplos. Ahora mismo estoy enloquecida con Virginia Woolf o con las mujeres del 27 como Marga Gil, que me parece un espectáculo, o Maruja Mallo. Como mujer tengo la obligación de hablar de otras mujeres que han sido olvidadas. No conozco a mujeres serias que nieguen ser feministas. Me molesta mucho el conformismo, porque se han dado grandes injusticias como que Gregorio Martínez Sierra firmara el libreto de ‘El amor brujo’, de Manuel de Falla, que era obra de su mujer, María Lejárraga. Y estas cosas tienen que saberse. Brindo por todas aquellas mujeres que siguen buceando en el mar medieval de un mundo futurista.
Voces como la de su hermana Soleá, Rosalía o María José Llergo están haciendo un flamenco muy especial. ¿Qué opina de estos nuevos aires?
Cada una tiene su propia manera, su propio sistema. El primer tema flamenco que saca Rosalía internacionalmente es ‘Aunque es de noche’, de mi padre: eso demuestra que la historia de avanzar en el flamenco es la que él comenzó. Todas ellas tienen libertad e independencia a la hora de crear. En cuanto a Soleá, para mí es un caso aparte: se está moviendo en un nivel intelectual especial, y creo que se va a convertir en indispensable. Su propia obra habla por ella. Lo más importante es que quiere hacer algo para los demás.
¿Cómo se le está presentando este 2021?
Estoy abierta a ir donde me llamen para cantar, pero por esta situación voy con cuidado, día a día. Básicamente, escucho música, trabajo, leo y cuando suena el teléfono, voy a entregar el corazón. La mayor parte del tiempo se la lleva el estudio. Estoy componiendo mucho. Ahora para mí es más importante ver qué es lo que vamos a cantar o cómo vamos a iluminar el escenario, para poder ir sacando un poquito el duelo que tenemos todos.
