«La comedia no está lo suficientemente reconocida»
Entrevista: Nani Cores / Fotografía: Luis Castilla
Tres veces Premio Max al Mejor Autor Teatral, además del Nacional de Literatura Dramática y el Valle-Inclán de Teatro, Alfredo Sanzol es hoy por hoy uno de los dramaturgos y directores que mejor conecta con el público. Su capacidad para desnudar el alma humana a través de su fino sentido del humor tienen la culpa.
‘Rivas Cultural’ habla con él antes de la representación de ‘La ternura’, un espectáculo que habla, según dice, «de la fuerza y la valentía para amar». Más de 18.000 espectadores han reído al son de esta función. La exitosa comedia de tintes shakesperianos, escrita y dirigida por Sanzol, llega a Rivas (sábado 20 de octubre, 20.00, auditorio Pilar Bardem, entradas aquí).
Su afición al teatro le viene de su madre. Pero, ¿cómo se produjeron sus primeros pasos en la profesión?
Haciendo teatro con Ignacio Aranguren en Pamplona me di cuenta de que sobre el escenario se unían varias cosas que hasta entonces tenía separadas: el gusto por la literatura, por la imaginación, la creatividad y también el trabajo físico.
¿Y siempre tuvo claro que lo suyo era escribir textos dramáticos?
En realidad yo quería ser actor. Fue la directora de la Escuela Navarra de Teatro, Maite Pascual, la que me recomendó estudiar dirección en Madrid. Me veía cualidades y gracias a ella, aquí estoy.
¿Cree que esa primera vinculación con la interpretación es la que le ha llevado a desarrollar textos tan cercanos a los actores?
Pertenezco a esa clase de autores, que además es muy prolífica y muy grande, que tienen también gusto por la interpretación. Sófocles, Shakespeare, Molière¿ Antes, lo normal era que los autores dramáticos viniesen del mundo de la interpretación.
Ha reconocido que sus obras se inspiran en vivencias propias. ¿Cómo es trabajar con material tan personal?
Todo el mundo hace lo que hago yo, lo que pasa es que yo lo digo y hablo de ello porque pienso que es muy sano dejar claro que lo que nos pasa a nosotros es importante y hay que contarlo. Es fundamental que los chavales desde el principio sean conscientes de que sus historias son necesarias para el resto de la sociedad. Todos necesitamos de las historias de los demás para poder entendernos a nosotros mismos. Siempre he insistido en que la comedia no está lo suficientemente reconocida.
¿Por qué cree que hay ese sentir general de que va un paso por detrás del drama?
Si apuestas por una historia y lo haces de una manera importante, para la gente eso toma una dignidad. En cambio la comedia lo que hace es hablar de los temas importantes dándoles la vuelta, tomando una distancia a veces irónica, el humor es mucho más escurridizo, más peligroso e inestable. Por eso, a la hora de tener un reconocimiento social es mucho más arriesgado apostar por la comedia.
¿Qué momento vive el teatro español?
Creo que vive un momento estupendo a nivel creativo, hay buenísimos actores, directores y autores. Lo que necesitaríamos es una respuesta pública del tamaño de la importancia que tenemos a nivel artístico.
¿En qué proyectos anda metido actualmente?
Ahora mismo estoy ensayando ‘Luces de Bohemia’ (del 4 de octubre al 25 de noviembre en el María Guerrero), también voy a hacer ‘La Ternura’ en catalán en el teatro Poliorama (actualmente puede verse hasta el 30 de diciembre en el teatro Infanta Isabel de Madrid) y luego toca una zarzuela: ‘El barberillo de Lavapiés’. El musical tiene algo muy festivo y muy loco que me encanta.
Y de Valle-Inclán, ¿qué le atrae?
Lo primero que leí de Valle fue, precisamente, ‘Luces de Bohemia’, y cuando lo tuve entre manos no me lo podía creer: era divertido, sarcástico, ponía patas arriba todos los prejuicios de la sociedad española. Siempre me ha alucinado y lo he imitado escribiendo todo lo que he podido.
Dos de sus últimos montajes, ‘La ternura’ y la adaptación de ‘La dama boba’, tratan de la lucha de géneros. ¿Cuál es su posición frente al patriarcado?
Estamos viviendo un momento muy importante para la humanidad. Todos y todas nos hemos criado en una sociedad muy patriarcal y muy machista, donde se han dado por supuestas una serie de cosas que son horribles y discriminatorias para la mujer. De hecho, los hombres también somos víctimas del machismo porque nos convertimos en brazos ejecutores de ese tipo de ideología.
‘La ternura’ une a un trío de mujeres que quiere fundar una república femenina con otro trío de hombres misóginos. A pesar de todo, ¿estamos condenados a amarnos?
La relaciones de pareja son complicadas, eso nadie lo puede negar, pero de ahí a pensar que todas las mujeres o todos los hombres son iguales hay un abismo. ‘La Ternura’ en cierto modo es una venganza contra los que dividen el mundo en hombres y mujeres. Puedes tener diferencias con la gente por su ideología, opiniones o gustos pero por el género, jamás.
