Entrevista: José Luis Corretjé.
Rozalén se ha convertido en dos años en una de las revelaciones de la música española. Y no sólo porque sus dos trabajos sean discos de oro en ventas. O porque haya pasado de cantar en pequeños bares a llenar recintos con miles de personas.
Ni siquiera porque ahora gire por Europa o América Latina donde cada vez tiene más fans. Un indicador de la altura que va alcanzando su trayectoria es las flores que le lanzó Raphael, una leyenda viva de la escena musical de este país, después que la cantante albaceteña le compusiera ‘La carta’, una canción para el álbum ‘Infinitos bailes’, publicado recientemente por un artista que ha vendido 50 de millones de discos en su carrera.
Tocada por la inspiración artística, arropada por el cariño de una legión de fans cada vez más nutrida e impulsada por una alegría y un humor incombustibles, Rozalén viene a presentar su música a Rivas, en las fiestas de mayo, en un concierto en el que compartirá escenario con Leiva, el domingo 14 de mayo, en el auditorio Miguel Ríos (compra de entradas).
Este año ha empezado como terminó el pasado: viajando por Europa y América Latina para mostrar su música a un público ávido de escucharle. Y esto sucede cuando hace no tanto sus conciertos se celebraban en pequeños locales. ¿Se acostumbra a este cambio de vida?
A veces pienso que no (risas). Como descanso tan poco, todo sucede tan rápido y no paran de pasarme cosas de lo más surrealista, pues me cuesta hacerme a la nueva situación. Pero también pienso que es bueno no acostumbrarse.
Sus dos trabajos ya son superventas y las ofertas le llueven por doquier. Ahora que está en pleno proceso de elaboración de su próximo disco, ¿no siente cierto bloqueo creativo ante las expectativas creadas?
Estoy terminando de componer las canciones para mi tercer disco y me siento inspirada y más segura de cómo estuve cuando me enfrenté con mi segundo trabajo. Entonces me planteaba que no quería ser una moda pasajera y que también quería evolucionar, y aquello me provocaba zozobra. Pero como todo ha ido tan bien, voy a ser más atrevida, voy a arriesgar con lo que me apetece contar. Porque, al final, una tiene que estar a gusto con lo que hace.
Confiesa que una de sus fuentes de inspiración es la lectura. ¿Quién da de comer a su musa?
Leo mucho y en los últimos meses sobre todo poesía. El último, a Felipe Benítez Reyes. Autores como Eduardo Galeano o Julio Cortázar han llegado con su mundo con mucha fuerza. Ya no veo televisión y eso me deja espacio para la lectura y escuchar mucha música.
En su último trabajo ‘Quién me ha visto…’, habla del desamor y la soledad desde una visión madura y no exenta de sorna. ¿Cuando llegan los palos emocionales es mejor reír que llorar?
Pues sí. Además soy de Albacete, un lugar en el que llevamos el humor por bandera. La risa te salva de todo. A la hora de tirar de ironía, el humor suaviza la crítica.
¿Y cuál es la fórmula para desengancharse del amor romántico que nos meten hasta en la sopa?
Yo me he criado en un entorno feminista que ha alimentado mi padre también. Así que el amor romántico no lo he mamado tanto en mi casa. Es verdad que la música y la poesía están llenas de mensajes que van en esa dirección. Pero cuanto más vives te das cuenta que ‘sin ti no me muero’. Que a lo mejor una tarde lo pasas un poco mal y nada más. Y que lo importante está en otras cosas.
El amor romántico forma parte también de un modo de ver el mundo dictado desde el patriarcado. Y éste también es responsable de las violencias contra las mujeres. Usted que ha participado en proyectos de sensibilización sobre este tema ¿cómo se acaba con el terrorismo machista?
No voy a descubrir nada nuevo si digo que la educación es básica. Y no sólo a la gente más joven. Hay que reeducar a quien ya tiene unos años. En casa vives micromachismos que hay que afrontar todos los días. Hace falta tiempo y ganas de cambiar. Aunque a veces pienso que vamos para atrás en un montón de cosas.
¿Qué otros temas de la actualidad le parecen merecedores de sus letras?
Hay tanto sobre lo que cantar… Hay millones de cosas que me preocupan: que el mundo esté cada día más gobernado por la derecha; que haya un europarlamentario polaco que diga barbaridades de las mujeres; el sufrimiento de los refugiados, un tema que me parece increíble que reaccionemos con tanto egoísmo después de lo que ha vivido Europa en los últimos siglos. También me preocupa y me inspira la enfermedad, el modo en el que nos alimentamos.
¿Cómo fue la experiencia de componer una canción para el álbum ‘Infinitos bailes’ de Raphael?
¡Qué fuerte! Es como empezar la casa por el tejado. La primera vez que compongo una canción para alguien es para Raphael… A la gente le puede gustar más o menos pero, objetivamente, es un artistazo como la copa de un pino. No es normal que esté sobre un escenario tres horas seguidas cantando con la edad que tiene. Además, lo mejor que te puede pasar en esta profesión es tener personalidad en la voz y en la forma de cantar, y eso, a Raphael le sobra. Cuando estuve en su casa me impresionó: es como un museo. Estoy muy orgullosa de haber colaborado con él. Además, mi madre es superfan suya (risas).
Es raro encontrar a alguien tan normal como Rozalén en el mundo de la música. ¿Qué hace para sostener esta actitud?
A mí me parece raro que sea anormal comportarse como alguien normal. Por otro lado no sólo pasa en la música. En otras profesiones también se aplaude. Yo no soy más importante que nadie porque haga canciones y me suba sobre un escenario. Me he criado en un pueblo, vengo de una familia humilde y lo que no entiendo es que alguien te mire por encima del hombro por el hecho de ser conocida.
¿Le preocupa su imagen en las redes sociales? Cuentan que se sigue encargando personalmente de gestionar su perfil de facebook pese a tener 108.000 personas siguiéndola.
Sí, lo llevo yo, aunque no alcanzo a responder los mensajes que me mandan porque tendría que tener un par de vidas más para hacerlo (risas). Escribo comentarios y cuelgo fotos y vídeos, igual que escribo mis canciones. La gente lo agradece porque sienten que hay alguien normal al otro lado. Hay temporadas en las que en un día publico varias veces y hay otras en las que no publico durante días y no pasa nada. Pasa de todo, pero lo habitual es que la gente que me sigue sean personas muy ‘bonicas’ que generan un ambiente muy familiar.
El IVA cultural del 21% se ha convertido en el enterrador del arte y la cultura en este país. ¿Qué le diría al presidente del Gobierno para que reconsidere su actitud?
Ya se lo dicen sus propios compañeros pero no les hace caso. Creo que no está haciendo ningún favor a este país. El cuerpo necesita un alimento y el alma también. Y ahí es donde entra en juego el arte y la cultura. Está empobreciendo a su país.
Llega a cantar a Rivas, a una ciudad que conoce muy bien.
A Rivas le tengo especial cariño sobre todo por Luis Pastor. Cuando llegué a Madrid fue el primero de los maestros que me abrió su casa y me hizo un cocido madrileño que me dejó con el culo torcío. También Rivas me trae el homenaje a los republicanos (2004). El disco del concierto lo he escuchado muchísimo Tengo a muchos amigos y amigas allí. En esa ciudad respiro un ambiente que comparto. Me hace un montón de ilusión ir allí a actuar. Mucho más porque lo hago con Leiva y con Morgan. Además es un concierto fuera de la gira así que iremos descansados y con muchas ganas.·